Nevadas emocionantes

Once y media de la noche. Comienza a nevar. Escuchas un grito en el pasillo: Snow, snow! Yo estaba liada hablando con una amiga. Me asomo para verlo pero no salgo, hace mucho frío. Una conversación reconfortante. Ahora nadie piensa que soy una mala persona. Mis amigos me adoran y yo siempre debería haberme valorado de esa manera. Ahora sabéis que no siempre me consideraron un ángel.

Con esta charla me sentí liberada. Me sentí amada. Ya no estoy sola. Ni lo estaré cuando vuelva. Lo de sentirse sola por no estar con mi familia cuando estaba allí se acabó. Aquí tengo a mi familia Erasmus. Puede sonar a tópico o a innatural pero aquí realmente solo nos tenemos los unos a los otros. Nos encanta estar juntos. Nos cuidamos unos a otros. Escuche esta canción: www.youtube.com/watch?v=Pe-Eosmk6oE . Este no es el último día pero yo voy a vivir mi vida cada día como si lo fuera. Voy a ser feliz y voy a hacerlo desde el momento en que me levante.

Me fui a jugar con la nieve. Medio campus estaba allí tirando bolas de nieve. Salté, grité, me deslicé, casi me caigo, me tiraron bolas, las tiré yo. Me sentí como una niña. Muchos nos sentimos de nuevo niños… Podía haber visto nevar pero nunca me había nevado encima de mi cabeza, nunca me lo había pasado tan bien con mis amigos en la nieve. Nuestro mayor deseo era que siguiera nevando sin parar y que hoy nos quedáramos sin clase pero no hubo esa suerte… no creo que esto sea como España que en cuanto caen cuatro copos de nieve en la ciudad, se colapsa. Que bonito está nuestro campus nevado, aquí tenéis las fotos:

Home sweet home