Hoy el sol se ha alegrado de verme

Hoy parece que el sol ha querido hacer que me sienta un poco querida. Después de las desilusiones de la semana pasada, la enfermedad de estos últimos días y los remordimientos por haber estado en casa sin hacer nada, hoy he salido por primera vez a la calle. Conforme me iba vistiendo para ir a tomar un café a casa de una amiga, el cielo ha ido despejándose y el sol ha salido a sonreírme para después irse a brillar allá donde yo no puedo no estar con la gente que quiero. Siento envidia por ese sol que puede ver a mi amado, a mis amigos y a mi familia. Me ha giñado un ojo pero para qué? Solo para que me acuerde de todo lo que no tengo aquí.

El sentimiento de hoy es la envidia (o es melancolía) tanto esa sana que se siente por una amiga que ha ligado como por ese sol que puede ver y tocar con su luz lo que yo no puedo y tanto anhelo. Lloro y no se por qué; ya que debería sentirme afortunada por estar aquí, por ser libre y por sentirme tan querida aunque sea en la distancia. No cambiaría pero hoy necesito sacar esa motivación de alguna parte para quedarme aquí y seguir con mi vida y no coger un avión y perderme en las caricias de mi madre en la cabeza o las de un amante al que tanto añoro.

Dicen que hay días fáciles y días difíciles en la vida y que una Erasmus es una pequeña vida resumida en menos de un año. Pues hoy es uno de esos días difíciles de la Erasmus pero que si los superas y sigues adelante después de ellos te hacen sentir mejor y disfrutar más de esta experiencia. Gracias por ser así, vida o gracias por ser así, Erasmus.