El comienzo

A solo dos meses de la fecha de llegada que mi universidad de destino había fijado yo aún no sabía si me iba o no porque no podía contar con el apoyo de mis padres... Nunca fuí una estudiante brillante pero siempre fui sacando las cosas hasta que llegó el final del curso pasado y me di cuenta de que no había puesto demasiado de mi parte para aprobar... Así llego Julio y ¿que aprobe? Pues una asignatura de ocho que tenía. Me sentía fracasada, vacía y hasta con ganas de abandonarlo todo... Pero mis padres me ayudaron de nuevo a recuperar la confianza en mi misma y a comprender que solo los cobardes dejan las cosas medias y yo era una persona muy valiente.

Me plantee cambiar de carrera, tomarme un tiempo de reflexión para volver a la universidad con toda la garra pero finalmente no hice nada de eso sino que decidí empezar de nuevo, renovarme y replantearme mis metodos pero siguiendo el mismo camino que había tomado.

Llego entonces diciembre y les dije a mis padres que si no pedía la Erasmus en ese momento no iba a irme nunca así que lo rellené todo y aunque no me dieron mi primera opción estoy contenta porque voy a estar en una ciudad chulisima con gente que me llama la atención positivamente y con la que espero establecer una bonita amistad.