Como se lleva ser ex-Erasmus

Hace más de un año comenzó el mejor año de mi vida sin duda. Jamás volveré a tener la libertad que allí tuve, jamás sentiré todo lo que allí sentí pero la vida sigue y lo bueno es que muchas cosas ya se quedan formando parte de ti y eso hace que nunca dejes de ser Erasmus. Ahora me quedo alucinada cuando veo cerca de 400 lecturas en muchos de mis posts pero lo cierto es que me encanta saber que le he servido de ayuda a mucha gente que está ahora disfrutando de lo que yo ya hice y que a mucha otra la entretuve con mi graciosa forma de contar las cosas. Ahora me siento realizada porque me pegué un puto año de fiesta (porque no reconocerlo ahora) pero también un año en el que más he viajado en mi vida, en el que también disfrute de todo aquello que nunca había tenido. Los chicos con los que me lié, los amigos que hice, los ratos que disfruté con ellos como si fueran una familia y los errores que cometí ahora son como un baúl en mi memoria en el que puedo acurrucarme y del que puedo sacar infinitas cosas que necesito día a día para seguir viviendo.

Este año necesito tranquilidad y estabilidad y en cierto modo lo estoy consiguiendo porque ahora sí que tengo un chico dispuesto a estar a mi lado, una carrera por la que luchar y un sitio donde sentirme yo plenamente porque está lleno de todas las épocas, malas o buenas, de mi vida. Ahora tengo flores, budas, velas, cojines, una cama de matrimonio y todas esas tonterías que me hacen levantarme por la mañana. Nada me gustaría más que volver a Brighton pero no estoy preparada y tampoco puedo porque ando corta de ahorros. Busco una oportunidad de conseguir mis sueños y mostrar quien soy pero de momento debo conformarme con dos de ellos que se vuelven muy rutinarios como son la carrera y la dieta…

Ya no estoy aquí como antes pero todos tenemos fecha de caducidad aunque yo seguiré dando guerra!