Bremen

Publicado por flag-es Desirée Núñez — hace 12 años

Blog: Una sevillana en Alemania
Etiquetas: flag-de Blog Erasmus Bremen, Bremen, Alemania

Hola amigos, hace una semana estuve en Bremen y ayer estuve en Hamelín, dos ciudades musicales de cuento. Ahora voy a explicaros como llegar a Bremen desde Hildesheim, que cosas podéis visitar una vez allí y mis experiencias en esta ciudad musical. La ventaja de ir a Bremen, es que no es necesario madrugar mucho porque la mayoría de las cosas que hay que visitar están en el centro, el cual no está muy alejado de la estación de trenes. En mi caso me levante a las 8 de la mañana para poder comenzar mi viaje a Bremen a las 9:43.

Bien, comencemos con los trenes que debéis coger. En este viaje solo serán necesarios 2 trenes (no como para ir a Hamburgo que son necesarios 3) y su duración total no es superior a las 2 horas. El primer tren que hay que coger es el que nos lleva a Hanóver y una vez allí, coger un tren dirección Bremen. La escala que tenéis que hacer aquí no es muy larga, por lo que el viaje no se hace pesado.

Al llegar a la estación de trenes, el camino hacia la zona turística no es muy largo, aproximadamente 15 minutos andando. Mientras vas camino al centro de la ciudad, al pasar por encima de un río puedes ver el Mühle am Wall (un molino en el que en su interior ahora hay una cafetería) si vais el año que viene (2013) a partir del 20 de mayo podréis verlo a la perfección porque las obras de restauración habrán finalizado, desgraciadamente yo no pude verlo debido a dichas obras, pero volveré el 20 de mayo para poder verlo sin necesidad de internet.

Cuando llegáis al centro encontrareis muchas tiendas para comprar, pero eso no os interesará mucho ver, porque son tiendas que podéis encontrar en todas las ciudades. Si seguís andando llegareis a la plaza del mercado (Marktplatz) en la que se encuentran la  mayoría de los edificios importantes de Bremen: el ayuntamiento y la catedral, St. Petri Dom; además de la famosa estatua de los músicos de Bremen, en la que no pude sacarme una foto tocando el hocico del burro porque había mucha gente que también se la quería hacer. Allí también veréis la oficina de turismo, en la que habrá mapas para poder moverte por la ciudad con mayor facilidad y no perder el tiempo buscando las cosas que quieres visitar, aunque si el mapa ya lo llevas de casa mejor porque suele haber mucha gente. Enfrente de la oficina hay una chocolatería que recomiendo visitar porque ponen chocolate a probar, y está realmente delicioso. Si tenéis algo de dinero y queréis hacer un regalo a alguien, tenéis una tienda de dos plantas llena de chocolate; podéis comprar figuritas de chocolate, tabletas de chocolate, tazas con chocolatinas dentro, etc., un regalo que seguro que encantará.

Otra parte que no os podéis perder es  barrio Schnoor, Schnoorviertel, en el podéis encontrar muchas tiendas para comprar recuerdos de la ciudad, además de disfrutar de preciosas callejuelas en las que te encantará pasear. Alejándonos un poco de las calles y acercándonos al río, nos encontramos con la iglesia de San Martini, el horario de visitas es hasta las 13, pero si tenéis suerte como yo, la señora os deja visitarla incluso después. Es una iglesia como otra cualquiera (estoy un poco cansada de visitar tantas iglesias), pero la señora que nos dejó entrar fue muy simpática y nos hizo de guía.

Lugares donde poder comer no os puedo recomendar, ya que fui al McDonals a comer y no pude disfrutar de comida casera. Lo que si os puedo recomendar es un puesto que hay en el barrio Schnoor, donde venden Glühwein y está realmente rico. El precio era más o menos razonable, 2,80€ una tacita de este vino caliente típico alemán. Después de beberlo conseguiréis entrar en calor y podréis olvidaros del frío que hace en Alemania, aunque si vais en verano, a lo mejor ni será necesario tomar Glühwein para entrar en calor.

De camino a la estación de tren para volver a casa, en la calle donde están las tiendas, nos encontramos a un hombre tocando el piano y vendiendo su disco a 10€. Esto me pareció muy curioso, porque ninguna de las canciones era suya, eran versiones de canciones; eso sí, tocaba muy bien el piano y con el frío que hacía, tenía mucho merito.

Sinceramente esta ciudad es preciosa, me gustaría poder volver, porque además de que no pude frotar el hocico del burro y tocar sus patas (si pides un deseo, dicen que se cumplirá), no pude visitar el planetario ni el teatro de Bremen ya que están un poco más alejados del centro, ni ver el molino sin los andamios. Pero aún sin ver todo lo que hay que hay en esta ciudad, me parece preciosa, y es por ello que os recomiendo visitar Bremen, porque seguro que os encantará y querréis volver, como yo.

Un saludo desde Alemania

 


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