13 curiosidades sobre Eslovaquia y Bratislava

¡Hola a todos! Hoy vengo a hablaros un poquito sobre la ciudad en la que vivo actualmente, Bratislava. Es la capital de Eslovaquia, un país en centro Europa que limita con Austria, República Checa, Ucrania y Hungría. Y me veo en la obligación a ubicarlo de forma tan exhaustiva porque me he encontrado con mucha gente que no sabe dónde se encuentra o que creen que  forma parte de los países nórdicos. Y os confesaré que la primera vez, yo también tuve que buscarlo en el mapa.

Pero hoy no quiero explicaros sobre que podemos encontrar turísticamente hablando en Bratislava. Hoy quiero centrarme en curiosidades que fui conociendo día tras día, después de 2 años y medio viviendo en este país. Y es que Bratislava y Eslovaquia en general, tienen cosas que a veces pueden chocar con nuestra cultura o lugares muy pintorescos en una ciudad de medio millón de habitantes. ¿Queréis saber cuales son esas 13 curiosidades? ¡Vamos a ello!

1. Coronas en el suelo

Si visitas el casco histórico de Bratislava y eres muy observador, encontrarás que en las calles más turísticas hay como unas medallas doradas incrustadas en el suelo, con una corona grabada.

Esto se debe a que cuando Bratislava formaba parte del Imperio Austrohúngaro, los reyes eran coronados en esta ciudad. Las coronas simbolizan el camino que seguían una vez coronados desde la catedral de San Martín y recorriendo varias calles del casco histórico.

2. Edificio de la radio

No quería dejar pasar la oportunidad de hablar sobre este llamativo edificio que ha sido calificado como uno de los edificios más feos construidos en el periodo comunista. Y es que sin duda es un edificio que no pasa desapercibido y que reúne las características de la arquitectura comunista. Simplicidad en las viviendas de la población, pero megalomanía en los edificios públicos.

Y es que este edifico es una enorme mole de hierro en forma de pirámide… ¡invertida! Como lo leéis. Y desde luego hay una gran diversidad de opiniones, pero ahí sigue en pie y en funcionamiento para goce estético de algunos y horror para otros.

3. Vida subterránea 

Una de las cosas que más me llamo la atención cuando vine a vivir a Bratislava fue encontrarme un gran número de bares e incluso salas de concierto que eran subterráneos. Todo construido escaleras abajo, sin ventanas, aunque con un sistema de ventilación. El único problema es que en Eslovaquia aún está permitido fumar en los bares. Si unes ambas cosas, a veces puede dar bastante pereza salir a tomar una cerveza.

Sin ir más lejos, acerca de esta vida subterránea, hasta hace unos meses, una de las discotecas más famosas de la ciudad se encontraba en un búnker bajo el castillo. “Subclub” era su nombre e ir allí era toda una experiencia.

Este gusto por lo subterráneo está directamente relacionado con el clima frío de invierno que puede alcanzar -15 grados, y bajo tierra se mantiene mejor el calor.

4. El alcohol

No es un mito que en los países eslavos el alcohol forma parte de su vida, algunos creen que es para superar el frío invernal y calentarse por dentro, yo no sabría decir por qué. El caso es que España es un país de buenos bebedores con la tradicional cerveza a medio día o algún licor digestivo después de comer. La diferencia es que los españoles, en la mayoría de los casos, beber se convierte en un ritual de socialización y nuestras bebidas tienen muy poca graduación comparadas con las eslovacas.

En Eslovaquia es normal tomarse un chupito de algo fuerte antes de la comida, para ir abriendo el estómago. Y por las noches es habitual verlos en los bares con dos vasos: uno con alcohol fuerte y otro con cerveza o bebida refrescante, y van mezclando sorbos de uno con sorbos de otro. ¿Y qué tipos de bebidas podemos encontrar? Pues desde la más conocida de todas; el vodka, hasta otro repertorio de bebidas de mayor graduación, como el Borovicka, es un alcohol muy fuerte en olor y sabor que se prepara con el fruto de un árbol de la zona, el Becherovka que está hecho con diferentes tipos de hierba, Hruskovica es un licor de pera pero mucho más fuerte del que conocemos, y el más famoso de todos, el Tatratea, hecho con hierbas que provienen de las montañas Tatras. Y su graduación va desde 30 grados a 72.

5. La nieve

Que en Eslovaquia nieva mucho en invierno no es ningún secreto (aunque cada vez menos debido al cambio climático), y a pesar de que es un hecho completamente predecible que cada año nevará, Bratislava nunca está preparada para ello.

Si caen unos pocos copos de nieve que se acumulan en el suelo, no hay problema, pero si comienza a nevar de forma continuada durante días, la ciudad se colapsa por completo. ¡Y nunca están suficientemente preparados para esto! El caos se apodera de la ciudad: transportes públicos con retrasos, aceras imposibles de andar por la cantidad de nieve acumulada, atascos inmensos de coches… Lo peor es lo que llega después de la nevada, charcos inmensos de nieve derretida y barro. Una escena muy poco atractiva para los turistas desde luego, pero también para los que vivimos aquí.

6. El nudismo

Puede que en Eslovaquia no haya playas para refrescarse en verano pero hay cientos de lagos y muchos de ellos se encuentran a los alrededores de Bratislava, algunos artificiales y otros naturales.

Pero llama mucho la atención que en un lugar que hasta hace poco ha sido muy conservador (de hecho en muchos aspectos lo sigue siendo), el nudismo en los lagos esté tan aceptado por la sociedad. Cosa que me parece estupendo dicho sea. Todos los lagos cuentan con un área nudista no señalizada, aunque se ve a simple vista, pero algunos lagos son nudistas en todas sus áreas. Esto no significa que tengas que ir completamente desnudo a bañarte, yo lo hago en bikini, pero sí que es un aviso en caso de que visitéis alguno y encontréis personas desnudas bañándose o tomando el sol. Es totalmente legal.

7. Día del orgullo gay

Una de las cosas que más me llama la atención es que el día del orgullo gay y el día de la familia tradicional ¡son el mismo! Se celebran a mediados de julio y en Bratislava puedes ver en una misma plaza a gente manifestándose por el orgullo gay y otras en el lado opuesto reclamando la familia tradicional. Eso sí, siempre muy pacífico y sin enfrentarse los unos a los otros en ningún momento. No obstante, como dije anteriormente, Eslovaquia es un país que aún necesita progresar mucho más en la homosexualidad por lo que la cantidad de gente que acuden a estas celebraciones no superan el mil probablemente. Por eso aún se pueden seguir celebrando de forma consecutiva.

8. Quítate los zapatos

Esta costumbre se da en toda Eslovaquia y tengo que admitir que aunque ahora la siento como mía, al inicio me costó acostumbrarme. Y es que quitarse los zapatos y dejarlos a la entrada de la casa, incluso en casas ajenas, es una norma que todo el mundo cumple. Algunas casas tienen zapatillas de invitados preparadas a la entrada, otras no y vas directamente descalzo por la casa. Esto tiene sus ventajas pues he comprobado que la casa se mantiene mucho más limpia de esta forma, pero no deja de ser gracioso si por ejemplo te invitan a cenar a una casa dónde tienes que ir elegante. Te pones un bonito vestido y un peinado apropiado pero luego vas descalza por la casa.

9. Barco hotel: botel

El río que divide la ciudad en dos es el Danubio, un río navegable debido a su anchura y profundidad. Por lo que ver barcos ir y venir es algo totalmente normal. Pero también hay barcos que se encuentran permanentemente anclados a sus orillas con el fin de convertirlos en restaurantes, discotecas y ¡hoteles! Y es que es posible pasar una noche (o las que sean) flotando en el Danubio. La verdad que yo nunca me he hospedado en ninguno pero por lo que he escuchado es un reclamo bastante turístico.

10. Capital fronteriza

Bratislava es la única capital europea que se encuentra en la frontera con el país vecino Austria. Y es que Viena y Bratislava están separadas por tan solo 48 km. Por lo que es muy habitual ir y volver en el día. Y esto es lo que hacen bastantes eslovacos cada día que deciden trabajar en Viena, cuyos salarios son mucho más elevados que los eslovacos debido a que el precio de vida es mucho más caro, pero viven en Bratislava, una ciudad muy barata comparada con la vecina Austria o incluso con España. Viven con un sueldo mucho mayor que la media salarial eslovaca, pagando precios adaptados a los salarios eslovacos. Que, por cierto, es de 520€ el sueldo mínimo.

11. La ciudad de los nombres

A lo largo de la historia, Bratislava a formado parte de diferentes territorios y eso lo podemos observar en la cantidad de nombres diferentes que ha tenido acorde a quien poblaba sus tierras. Desde Istropolis durante la edad media, Presburgo el nombre alemán que adquirió durante el imperio Austrohúngaro o Pozsony, el nombre húngaro y como se sigue reconociendo actualmente en Hungría.

No fue hasta el inicio de Checoeslovaquia en 1919 cuando recibió el nombre de Bratislava.

12. Pintadas en la universidad

En Bratislava existen diferentes universidades con sus respectivas facultades esparcidas por toda la ciudad, pero todas tienen algo en común. Si paseamos por alrededor de sus edificios y observamos el suelo, vamos a ver unas pintadas con nombres de personas, el nombre del grado que estudiaban y el año. Esto se debe a que es tradición escribir los nombres de las personas que se han graduado, el año y el grado en que lo han hecho. La verdad que ignoro si lo hace todo el mundo pero es muy frecuente encontrarlo si hay algún facultad cerca.

13. Vistas desde el castillo

El castillo de Bratislava, fácilmente reconocible por su forma cuadrada y sus torres en cada esquina, se alza en una de las colinas más altas de la ciudad, por lo que domina toda la ciudad alrededor de él. Y es que las vistas desde el castillo de Bratislava son como un viaje en el tiempo, porque desde ellas podemos observar los diferentes periodos históricos que ha sufrido Bratislava a través de las edificaciones que vamos a encontrar.

Desde el mirador principal, que es dónde se encuentra la puerta principal que da acceso al interior del castillo, podemos observar un barrio al otro lado del río que se llama Petrzalka. Este barrio se construyó durante el periodo comunista y el barrio entero está formado por torres altas y de forma rectangular, llenas de ventanas. La arquitectura sobria que caracteriza las casas construidas durante este periodo. Eso sí, han pintado cada torre de un color diferente (tonos pastel en su mayoría), para hacerlas un poco más bonitas.

Si continuamos hacia el lateral derecho encontramos el casco histórico perteneciente en su mayoría a la época en la que Bratislava era parte del Imperio Austrohúngaro y la parte más bonita de la ciudad. Lleno de elegantes torres con tejados verdes y acabados en pico, casas en tonos pastel y tejados a dos aguas…

Desde el castillo también se puede ver en la lejanía una zona con muchos molinos de viento. Eso ya forma parte de Austria, por lo que se puede vislumbrar el país vecino desde el castillo.

¡Y hasta aquí las curiosidades de este país eslavo!

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