Parque nacional de Peneda-Gerês

Paraísos secretos de Portugal

El parque nacional de Peneda-Gerês

Empezamos por visitar el parque nacional de Peneda-Gerês.

Se trata de un espacio natural protegido en el que se pueden observar la fauna y la flora de Portugal en su más puro estado. Es un lugar para relajarse y dejarse llevar al son de la naturaleza.

Alojamiento

Empezamos la excursión desde Oporto y nos tomó más o menos hora y media llegar hasta el parque. Para alojarnos reservamos una habitación en una casa rural llevada por una pareja de ancianos. El lugar nos encantó y las vistas eran maravillosas, la única pega era el conservadurismo de los dueños.

Lugares para visitar

Condujimos hasta las cascadas y pasamos el día tranquilos bajo el sol y bañándonos en unas de las aguas más puras e impolutas del mundo. Hacía algo de frío, pero a su vez la sensación de estar dentro del agua fresca era placentera; después del baño fue como si hubiéramos vuelto a nacer. Algunos de los lagos llegan a los 2 o 3 metros de profundidad, pero el agua es tan pura que se puede ver el fondo. De verdad que es una maravilla.

Senderos

Os recomiendo caminar por los senderos de camino a los lagos. Encontraréis un gran número de senderos que os llevarán directamente. Así podréis disfrutar de las vistas desde lo alto de las colinas y llevar vuestro cuerpo al extremo. Nuestra experiencia fue algo diferente: decidimos ir al famoso lago azul recomendado por unos amigos. Por desgracia, al no estar señalizado y repleto de un gran número de obstáculos difíciles de sortear, el sendero no está recomendado al público.

Decidimos aceptar el desafío y nos dirigimos camino al sendero... resultado: nos perdimos. Pero todo fue nuestra culpa, no entendimos las direcciones que nos dieron nuestros amigos. Después de un tiempo volvimos a retomar la ruta correcta. Físicamente fue todo un reto, pero al final mereció la pena. El lago azul es una preciosidad que no se puede describir con palabras.

Además, lo que uno se va encontrando por los senderos le da un toque interesante a toda la excursión. Desde casas hechas de piedra para los marineros hasta caballos salvajes que pasan a tu lado. Si os entra la sed, podéis beber de los manantiales potables a vuestro alrededor.

Hay un gran número de cascadas que son accesibles directamente en coche y para las que no tendréis que andar demasiado. En verano estas cascadas llegan a abarrotarse de gente, pero os aseguro que merece la pena.

Me encantan este tipo de lugares donde uno se puede relajar y pasar un buen rato; además es una buena oportunidad para hacer ejercicio en plena naturaleza. El norte de Portugal ofrece un sinfín de paisajes de este mismo tipo y el parque de Pereda-Gerês al ser un entorno natural protegido no es una excepción. Por eso me encanta mi país: en un radio de tan solo 900 km uno puede vivir diferentes tipos de paisajes, de playas a montañas. Desde la nieve del norte hasta el clima mediterráneo del sur.