Bonn, ex-capital de Alemania y situada a orillas del río Rin. A una hora y cuarto en dirección sur desde Duisburgo.
Esta ciudad posee uno de los mercadillos de navidad más completos que he podido conocer en este año 2015.
Nada más salir de la estación central de tren, está la calle “Poststraße” que recorriéndola 2-3 minutos se llega a una de las plazas principales de la parte antigua de la ciudad, donde comienza el mercadillo navideño. Dicha plaza es “MünsterPlatz”, o plaza de la catedral, cuyo monumento se encuentra a mano derecha, como se aprecia en la siguiente imagen:
En esta otra foto podemos observar la entrada a dicha plaza, y a simple vista se puede apreciar una pequeña noria, un puesto de “Glühwein” y mucha decoración navideña.
Atravesando la plaza, a mano izquierda, se encuentra la calle “Vivatsgasse” por la cual se llega a otra zona de mercado navideño en “BotterPlatz”, donde se encuentra una puerta de la antigua ciudad, “Sterntor”, que está a su vez rodeada de casetas.
A parte de estas dos zonas de mercado navideño, que considero las más destacadas, el visitante puede perderse por las calles de la parte antigua de la ciudad y podrá encontrarse con pequeños rincones con algún que otro puesto.
En esta ciudad fue donde probé por primera vez este tipo de salmón a la brasa. Sin duda alguna totalmente recomendable ya que tiene un sabor excepcional y va acompañado entre pan y pan con algo de lechuga y salsa a elegir, entre otros ingredientes. Además, lo ofrecen de tres tamaños diferentes, aunque su precio no es que sea muy barato. Como se puede suponer, casi todo lo que se vende en este tipo de mercados tiene un precio más elevado de lo normal. Dichos precios varían entre 6 y 12 euros; así que con el tamaño grande uno puede prácticamente comer y quedarse a gusto.
Otra de los productos típicos de estos mercadillos que probé en Bonn fue la “Glühbier”, o cerveza caliente. De color rojizo y con un sabor un tanto diferente a la cerveza normal, esta cerveza sin duda es para beberla cuando está calentita, ya que al irse enfriando su sabor no es tan bueno como el del principio. Además para calentar el cuerpo después de visitar la ciudad está genial, y si es en buena compañía, mejor que mejor. ¡Muy recomendable!
Por último, destacar que hasta en Alemania se encuentran unos buenos churros con chocolate, aunque no sean como los tradicionales de España. Esta vez me los tomé con una amiga alemana que conocí en mi antiguo Erasmus en Karlstad, Suecia.