¡Hola a todos, viajeros! En la entrada del día de hoy voy a contaros mi experiencia en un pequeño pueblo de Eslovenia, conocido por su precioso lago: Bled.
Si hay algo que me llamó especialmente la atención de mi viaje a Eslovenia fue lo verde que era el país. Mientras viajábamos en tren recorriendo Eslovenia, todo lo que se veía al otro lado de la ventanilla eran paisajes increíbles de montañas, lagos y bosques. A pesar de que nuestra parada principal era Liubliana, capital del país y de la que ya os he hablado en otro post anterior, decidimos dedicar un día a visitar el lago Bled.
Habíamos oído hablar de este lago tan sólo unas semanas antes de partir de viaje, porque no es un destino muy conocido en Europa, y eso que es una auténtica maravilla. Pero sí es cierto que cada vez recibe más turistas, y si estás leyendo esta entrada es porque ya has oído hablar de él, o porque te ha intrigado el descubrir cómo visitarlo. Te aseguro que cuando termines de leer esta entrada te entrarán unas ganas infinitas de hacer un picnic a orillas del lago y pegarte un buen chapuzón.
El lago Bled
El lago Bled es un lugar increíble, y tiene de todo. Desde aguas cristalinas de un color entre verde y turquesa, una isla en medio del lago en la que se encuentra una iglesia, y un castillo medieval a lo lejos, sobre uno de los acantilados. Realmente parece sacado de un cueto de hadas. Del castillo medieval no os podré contar mucho porque a mis amigas y a mí no nos dio tiempo a visitarlo, pero por lo visto el paisaje que se ve desde arriba de todo el lago merece mucho la pena.
Algunos datos curiosos que me resultaron interesantes cuando busqué información sobre Bled es que el lago tiene más de dos kilómetros de longitud, y que la iglesia que os he comentado que se encuentra en medio de la isla data del siglo XV y se conoce como la iglesia de la Ascensión. La pequeña isla en la que se encuentra es la única isla natural del país. No obstante, sólo hay una manera de llegar hasta la isla (que puede visitarse), y es yendo en barquito. Nosotras no lo hicimos por falta de tiempo, pero seguro que merece la pena entrar a la iglesia, la entrada cuesta 3 euros.
Otra actividad obligatoria a hacer si decides visitar el lago es la de bañarse en sus aguas. En teoría, recomiendan bañarse en las zonas de piscina habilitadas para ello, pero la entrada cuesta unos 7 euros. Si avanzas por el paseo principal, que rodea el lago, te aseguro que no te será difícil encontrar algún rincón de arena o césped donde poder dejar tus cosas y bañarte medio a escondidas. El paisaje es realmente asombroso, y para nuestra sorpresa el agua no estaba tan fría como esperábamos (aunque es cierto que el día que visitamos el lago nos hizo muy buen tiempo).
Si lo tuyo no es nadar, siempre puedes optar por alquilar alguna de las pequeñas barquitas a disposición de los turístas, o montarte en una de las góndolas que te dan un paseo por el lago (y que además llegan a la isla central). También puede que prefieras rodear paseando todo el lago, pero necesitarás alrededor de hora y media para hacerlo. Aún así las vistas serán preciosas, e incluso podrás subir al mirador y ver el lago Bled desde las alturas. Aquí es donde está el castillo, cuya entrada cuesta 8 euros.
Dónde comer
Verás que alrededor del lago, sobre todo en la primera parte nada más llegar, hay un montón de puestos de souvenirs y comida, tipo mercadillo, así que si te animas podrás comer por allí. Os recomiendo encarecidamente que comáis en estos puestos porque podréis probar muchos productos locales y comidas típicas, y además si hace buen tiempo, como la comida es para llevar, podéis sentaros en algún banco y os aseguro que tendréis una comida con vistas inigualables.
Tampoco puedes irte de Bled sin probar su famosa Kremma Rezina, una tarta de hojaldre rellena de crema y con azúcar glas por la parte de arriba. Es muy empalagosa, así que mejor compartid un trozo, pero está realmente rica, y después de un día entero caminando y nadando en el lago, es la mejor opción para reponer energías. Os recomiendo que vayáis a probar este postre en algún hotel o restaurante que esté más céntrico (es decir, más en lo que es el pueblo de Bled), porque están más baratas. Las que puedes encontrar cerca del lago, al ser la parte más turística, tienen un precio más elevado, aunque tampoco es el fin del mundo (un trozo cuesta alrededor de 5 euros).
Cómo llegar
Llegar hasta el lago Bled fue más fácil de lo que habíamos previsto, pero aún así tendrás que echar un buen rato en el trayecto. Como imagino que irás desde Liubliana, basta con que cogas el tren en la estación de la capital y te llevará hasta la estación de Bled, que se llama Lesce Bled. Se tarda un poco más de una hora en este trayecto, y si no tienes el pase Interrail, tendrás que comprar el billete directamente en la estación de Liubliana (en Eslovenia no se pueden coger con antelación online).
Una vez hayas llegado hasta la estación de Bled, nada más salir verás una parada de autobús, y desde aquí podrás coger uno que te lleve hasta el lago. Lo mejor será que preguntes al empleado de la estación de tren, porque te darán buenas indicaciones de qué autobuses llegan al lago, aunque la mayoría lo hace. Un ticket te costará alrededor de 1,30 euros, pero compra ida y vuelta que te sale más barato.