Biarritz bajo las luces
¡Hola a todos! Antes de que se termine este maravilloso año, os traigo algo muy navideño, algo muy emotivo y lleno de ilusión que se contagia fácilmente. Hoy os traigo la última escapada que he realizado antes de terminar el año: Biarritz.
Como ya lo había mencionado y dado algunos datos sobre la ciudad en este post, esta ciudad francesa se sitúa entre otras ciudades importantes de los Pirineos Atlánticos como Saint-Jean-de-Luz y Bayona, está muy cerca de la frontera con el departamento de las Landas y del río Adour. Tiene muchos puntos de interés, como le Rocher de la Vierge, el faro, el casino, la gran playa y el puerto viejo, pero hoy nos vamos a enfocar en la navidad que convierte toda la ciudad en otra diferente. ¡Prepararos para ver los cambios!
El parque Pierre Forsans
Este parque se sitúa entre el puerto viejo y el centro de la ciudad, muy cerca de puntos de interés como el Ayuntamiento y la iglesia. Este espacio se vuelve muy visitado, animado y mágico en navidad desde que figuras gigantes con forma de farolas torcidas (simulando un ramo de flores) y de rosas se colocan por todo el parque y se vuelven camaleónicos, tomando colores cálidos y fríos.
Alguno de los colores son el azul, el rosa, el lila, el verde, el beis y el azul celeste. Por otro lado, las rosas solo toman los colores rojo, blanco y amarillo, creando degradados y mezclas entre esos tres. Un total de más de diez “ramos de flores” alumbran el parque y lo llenan de sonrisas de niños y adultos.
Fue de los últimos lugares por el cual pasé y visité, pero verdaderamente me encantó, está claro que dejé lo mejor para lo último. O al menos de lo mejor.
Rue des Halles
Probablemente la calle “Rue des Halles” no os venga al oído, ni siquiera lo habréis escuchado en vuestra vida. Yo tampoco. Es una calle cerca del parque anteriormente mencionado en el cual se encuentra un gran mercado lleno de pescaderías, carnicerías y floristerías. Lo que se convierte mágico en esta zona es la pequeña plaza en frente del mercado.
Para tan poco espacio que hay aquí, el Ayuntamiento de Biarritz ha aprovechado muy bien cada metro cuadrado. En esta pequeña plaza, hay un gran tiovivo de estilo retro y de dos pisos. Es muy grande, mucho más grande que el otro tiovivo de la ciudad, el que se sitúa al lado del casino, en la playa. Además, el tiovivo está rodeado de varias casitas navideñas, formando así un mercado navideño.
En estas casitas, venden chaquetas denim forradas por dentro, pequeños recuerdos de navidad, crêpes y ropa y muebles hechos de pelaje animal.
También hay un pequeño establo con un burro, una vaca y una cabra representando el belén. Aunque no sea mucha cosa, ni mucho menos un gran espectáculo, es un sitio muy acogedor y bien decorado que ha transformado esta calle que pasa desapercibida en otro de los puntos navideños de la ciudad.
La Iglesia de Santa Eugenia
La iglesia es la más importante. También lo es durante todo el año, pero en estas fechas tan señaladas es un auténtico tesoro. Y para descubrirlo, empecemos por su interior y terminemos con el exterior.
En su interior, con la entrada gratuita, el pasillo principal está decorado con velas, flores y cintas de colores, y el altar también tiene alguna que otra luz de navidad. Pero esto no es nada, ya que en el lado noreste de la iglesia hay un gran belén con las figuras de los protagonistas de la navidad en tamaño humano, con un pequeño árbol de navidad con luces azules al lado.
La iglesia, como siempre lo ha hecho, se conserva muy bonito por dentro, y tiene muchos detalles que, con el empujoncito de la navidad, resaltan más de lo común.
Pero el exterior es mucho resalta el triple, ya veréis el porqué. Desde diciembre hasta enero, la plaza de Santa Eugenia se llena de gente más de lo normal, ya que la fachada principal de la iglesia se pinta de colores y de mosaicos, de hologramas que hacen que la iglesia parezca tenerlos. En los dos minutos que duran las animaciones (con 45 segundos de descanso entre las animaciones), la iglesia muestra figuras de aves rojas y verdes, un árbol plateado que gira sobre sí mismo, un pulpo dorado rodeado de olas, la fachada de la iglesia con mosaicos azules, rojos, verdes, …
Las transiciones están muy bien elaboradas, y en esos dos minutos de espectáculo, a uno se le vuela la cabeza de tanta sorpresa. Desde luego, los franceses se toman muy en serio la navidad.
El Casino Barrière
El casino se ubica en la Gran Playa, muy cerca de las rocas y del puerto viejo. En navidad, sus cuatro paredes exteriores se cubren de luces rojas, dándole un toque exótico, al estilo “Las Vegas”. Las columnas del casino también se enredan con luces navideñas de color dorado, y el bloque brilla más de lo normal. Brilla con luz propia.
Además, en el lado izquierdo del casino se monta un gran árbol de navidad artificial hecho de luces doradas puestas en espiral. Es precioso. Las farolas que se encuentran a su alrededor también se llenan de luces doradas, aunque también de una especie de material plástico del mismo color que provoca que la luz sea más intensa.
Y por si fuera poco, los bares y restaurantes que completan la zona también colocan sus lucecitas y sus adornos de navidad. Me enamoró, era una locura.
El Acuario
El acuario se sitúa en puerto viejo, cerca de la Rocher de la Vierge. Es un lugar muy turístico, ya que en él los visitantes se pueden cruzar con tiburones, leones marinos y muchas más especies de animales marinos. Pero ésta no es la razón para visitarlo en navidades, sino ésta: durante estas fechas, en la tienda de regalos “L’Atalaye” suelen poner en un escaparate entero varias figuras y peluches de animales marinos y polares como pingüinos, medusas, osos polares, pulpos, ballenas, mantas raya, focas, tortugas, etc.
Algunos de estos peluches están colgados por unos hilos que suben y bajan, simulando que los animales están flotando, y todo el escaparate está decorado con pequeños árboles navideños blancos, nubes, estalactitas de hielo, pequeñas luces, rocas y muchos regalos envueltos. Y la verdad es que es muy chulo.
Puede parecer algo infantil, algo para niños, pero tanto a mí como a otros adultos a mi alrededor también nos gustó mucho. Al fin de al cabo, todos somos como los niños. La ilusión nunca se pierde.
El Centro de Congresos de Bellevue
El centro de congresos se ubica entre el casino y la iglesia de Santa Eugenia, en frente de la plaza de Bellevue. Desde la plaza, se puede observar que el congreso está compuesto por tres edificios de estilos diferentes: moderno, estilo “Place de la Bourse” y estilo “Ayuntamiento de Donostia”.
Los tres edificios, al igual que la Iglesia de Santa Eugenia, se llenan de animaciones y muchos colores. Las animaciones del centro de congreso cuenta la historia de Biarritz, la evolución de su ciudad, visitando las décadas del siglo XX. También cuentan la relación de la ciudad con el mar, con los viajes marítimos que se realizaron desde su puerto y con la fauna marítima que se encuentra debajo del mar vascofrancés. En total, aparecen varias ciudades aparte de Biarritz, como Nueva York, por ejemplo, y también otras tribus como las tailandesas.
En general, no solo aparece Biarritz como protagonista, sino también el resto del mundo, y todo esto acompañado de música.
El Ayuntamiento
El papel del Ayuntamiento en estas navidades es casi la misma que el del casino: iluminarse de luces de neón para resaltar entre todos los edificios.
Pero el Ayuntamiento no solo se ilumina de rojo, sino que tiene el chollo de cambiarse de color cada poco tiempo. Así, en medio minuto se ha podido cambiar de azul a verde pasando por lila, rojo y muchos tonos más.
Delante del Ayuntamiento, muy cerca del casino y de su árbol de navidad, hay una figura con forma de una caña de bambú con las hojas enrolladas a sus lados (al menos es lo que veo yo) llena de luces blancas y doradas. El blanco le da un color muy limpio y puro al monumento, y el dorado solamente lo embellece más y lo incorpora al resto de luces de la ciudad.
Cuando lo descubrí, vi que había muchos niños merodeando y corriendo entre los arcos que, en mi opinión, representaban unas hojas. Era un espacio con mucho movimiento, muchas cámaras con flash y, sobre todo, con muchas sonrisas.
El Centro de la ciudad
El centro de la ciudad es el lazo que juntan las demás atracciones turísticas que se localizan bajo las luces navideñas. Todas las calles del centro (y sobre todo la calle de la iglesia) están bajo luces y figuras hechas de luces colgando desde un lado hasta el otro. Las luces que predominan son de color dorado y plateado.
Otro detalle muy importante es la decoración de las farolas. Todas y cada una de ellas están enredadas en luces doradas y en plástico bañado en oro y con forma de círculos que reflejan la luz. Las calles se vuelven totalmente doradas.
Muchas de las casas tienen las fachadas llenas de luces y más luces, y los escaparates de las tiendas tienen figuras de animales, pingüinos con gorros de navidad, coronas navideñas y pegatinas que ponen “Joyeuses fêtes” (“Felices fiestas”), todos con el espíritu navideño.
En la plaza Georges Clemenceau, el espíritu es mucho más mayor. La fila de palmeras que llena da plaza se cubre de más luce itas, desde arriba hasta abajo, y todo su entorno también se llena, pero de ambiente. De ambiente sacándose fotos y comiendo castañas o churros, tomando un café o comprando los regalos de navidad en el último momento.
La ciudad resurge en estas fechas y consigue unir a todos sus habitantes con un solo propósito: gozar de la navidad.
La Gran Playa
Y por último, la Gran Playa. Es verdad que aquí no se lo curran mucho, que no llenan la playa de luces, que el único “toque navideño” es la luz roja neón vestida de luces doradas del casino, situado en el lado oeste de la playa… Lo sé, pero lo tenía que mencionar, sí o sí. La playa de Biarritz siempre me ha gustado, es de los lugares que más atractivos me parecen de la ciudad, ¿Cómo no lo iba a mencionar?
Dicho lo dicho: es verdad que en esta playa no hay nada de especial en cuanto a adornos, pero la playa por la noche es un lugar muy especial.
Ya cuando estés agobiado de tanta gente paseando por el centro, sacándose fotos con el árbol de navidad o aplaudiendo a las animaciones de la iglesia, lo mejor que puedes hacer es venir a la playa, tumbarte en una toalla y disfrutar del sonido de las olas mientras que cada poco tiempo las ves alumbradas por el faro situado en la otra punta de la playa.
Eso sí que es un buen final y una buena despedida al año.
¡Y hasta aquí el último post del año! Espero que os haya gustado la publicación y que disfrutéis de lo que queda de año. ¡Nos vemos en 2019!
Galería de fotos
Contenido disponible en otros idiomas
- Italiano: Le luci di Biarritz
- Français: Biarritz sous les lumières
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