Berna
Viaje a Berna
Ya que es la capital de Suiza, me pareció esencial ir a visitar Berna. Mi compañero de piso había encontrado una tarifa que ofrecía la línea de transportes con la que dos pasajeros podían viajar por tan solo 90 francos suizos si uno de ellos tenía la «half fare card»; así que, nos dirigimos hacía Berna. El trayecto en tren entre Ginebra y Berna no es muy largo, tardamos 1 hora 45 minutos en llegar. Alrededor de las 11 de la mañana ya habíamos alcanzado nuestro destino, así que tuvimos suficiente tiempo para visitar la mayor parte de la ciudad antes de que oscureciera.
Una vez que salimos de la estación de trenes, nos dirigimos hacia Spitalgasse, la calle principal de tiendas que lleva a los lugares de interés más importantes de Berna. La primera atracción turística que visitamos fue la Iglesia del Espíritu Santo (Heiliggeistkirche). Se construyó en el siglo XVIII con el objetivos de ser una iglesia protestante y, hoy en día, se considera que es una de las iglesias más bonitas de toda Suiza.
La ciudad de las fuentes
A lo largo de Spitalgasse encontraréis varias fuentes. Berna cuenta con un total de 250 fuentes, todas ellas famosas por conmemorar a personajes y acontecimientos históricos importantes. Como, por ejemplo, la fuente Pfeiferbrunnen que representa a un gaitero o la fuente Anna-Seiler-Brunnen, construida en memoria de Anna Seiler, fundadora del primer hospital de Berna en 1354. Son tan bonitas y están tan bien conservadas que no pude resistirme y les hice unas fotos. Cada fuente cuenta con una característica diferente.
Continuamos caminando hasta llegar a Bärensplatz, donde, por suerte para nosotros, se estaba celebrando un mercado agrícola. ¡Había tantos manjares apetecibles a la venta! Yo me compré una empanada jamaicana y mi compañero de piso un taco del puesto mejicano. La comida tiene mucha calidad en los marcados suizos. Cada vez que visito una nueva ciudad, a no ser que me hayan recomendado previamente un buen sitio a donde ir a comer, prefiero comer algo que haya comprado en un mercado, ya que es más barato y normalmente los alimentos tienen mucha calidad. En cambio, es arriesgado ir a un restaurante porque, aparte de que la calidad puede que brille por su ausencia, es probable que sea mucho más caro.
La plaza Bärensplatz se sitúa justo en frente del Bundeshaus, el Parlamento suizo. Este edificio es impresionante. Es de estilo neorrenacentista, similar al estilo arquitectónico de abunda en Viena, y cuenta con preciosos tejados verdes y fachadas ornamentadas. Desafortunadamente, el sol se encontraba en ese momento en una mala posición, por lo tanto, la foto que le hice al Bundeshaus es algo chocante y no le hace justicia, pero el edificio es realmente maravilloso.
Puentes e iglesias
Antes de continuar nuestro recorrido turístico por Marktgasse, cruzamos rápidamente hacia el otro lado de la calle para conseguir contemplar unas vistas espectaculares desde el puente Kornhausbrücke. Berna es fascinante, no sé con que otra ciudad podría compararla. La ciudad está compuesta por pequeñas colinas y valles; es un lugar muy tranquilo. Después de abandonar el puente, también nos tomamos un momento para admirar el Kornhaus, que precisamente le da nombre al Kornhausbrücke. Este elegante restaurante es un gran ejemplo de la arquitectura barroca bernesa; sus techos están repletos de frescos Münger.
Seguimos con nuestra visita y caminamos a la largo de Kramgasse e hicimos muchas fotos a los interesantes edificios de arquitectura germano-suiza. Me di cuenta de que en las calles de Berna hay muchos pequeños cafés independientes, y si hubiese tenido más tiempo me hubiese gustado explorarlos a fondo. Sin embargo, giramos a la derecha hacia Kreuzgasse y llegamos a la plaza Münsterplatz donde se encuentra la hermosa catedral barroca conocida como «Berner Münster». Esta catedral, finalizada en 1893, es un gran ejemplo de arquitectura gótica. Se dice que es la catedral más alta de toda Suiza, y por lo que pude ver, estoy completamente de acuerdo.
A continuación, proseguimos por una calle secundaria que nos llevó al Münsterplattform. Desde aquí se pueden admirar unas preciosas vistas del lado oeste de la ciudad, con el río fluyendo hacia las presas y las casas construidas de forma vertical en los valles; sin duda, ¡es un paisaje digo de una tarjeta postal! Dimos un paseo por el parque del Münsterplattform; al ser otoño, las hojas de los árboles eran una mezcla de colores cálidos. Nos hicimos unas fotos y, después, volvimos sobre nuestros pasos por Gerechtigkeitsgasse hasta llegar a Nydeggasse, donde descubrimos su puente, el Nydeggbrücke. De todas las zonas de Berna que habíamos visitado hasta el momento, esta es sin duda la mejor. Aquí es donde se encuentran los edificios construidos en las colinas que se funden con el paisaje de los valles. Me pareció muy bonito el hecho de que todos las edificios tienen alturas diferentes. Parece que los han lanzado y han caído en diferentes posiciones.
Una vez que cruzamos el puente, llegamos al famoso «Bear Park» o Bärenpark. Hay un pequeño itinerario que se puede hacer de forma gratuita y tendréis la oportunidad de ver a los osos grizzly de Berna. Tengo que admitir que me dio pena el pobre animal, pero aun así fue una buena experiencia. El Bärenpark os permitirá descender hasta la orilla del río y caminar por la ribera; tendréis también una buena panorámica frontal de las viviendas que se encuentran cerca del río.
Visitando un museo y disfrutando de la naturaleza
Finalmente decidimos hacer algo más "instructivo" y aprender un poco a cerca de nuestra herencia suiza en lo que a productos se refiere. Así que, fuimos al «Swiss Brand Museum» situado en el número 72 de Gerechtigkeitsgasse. Este museo cuenta con una exposición dedicada a una gran variedad de productos inventados por los suizos. Me sorprendió mucho enterarme de que los suizos inventaron el papel de aluminio.
El siguiente lugar de interés que estaba en nuestro itinerario era el Rosengarten. A pesar de que la temporada de otoño no es el mejor momento para ir a visitar un jardín de rosas, ya que básicamente no hay rosas, decidimos ir a echarle un vistazo puesto que habíamos oído que se puede contemplar una magnifica panorámica de la ciudad desde allí. El Rosengarten está situado en Alter Aargauerstalden, que no estaba precisamente cerca para nosotros. De hecho, tuvimos que coger el autobús número 10 desde Bundeshaus a Rosengarten. Podéis imaginaros que pasear por este jardín en primavera es una experiencia muy agradable, cuando todas las rosas decoran el jardín con sus preciosos colores. También hay una cafetería donde podréis sentaros, tomar un té o un café y disfrutar del paisaje.
Después de haber visto todos los lugares de interés importantes de Berna, decidimos marcharnos y explorar la próxima vez otra ciudad suiza. Así que, cogimos de nuevo el autobús número 10 que nos llevó de Rosengarten a la estación de trenes.
En resumen, Berna es probablemente la ciudad más importante de Suiza a la que debéis hacerle una visita. Puede que os resulte algo pequeña, y puede que no tenga tantos museos como Ginebra, o tantas tiendas como Zúrich, o tantas montañas como Montreux, pero, después de mi visita, entiendo por qué la escogieron para que fuera la capital de Suiza. Tiene una gran cantidad de historia y cultura que merece realmente la pena conocer para apreciar la ciudad.
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