Mes 1 - Desolación (Parte 1)

Bueno, antes de nada, solo puedo decir que la experiencia erasmus, es una de las más enriquecedoras de mi vida. No solo por el hecho de vivir en un país extranjero, estar solo, ser independiente y que nadie te conozca, sino también porque aquí he conocido grandes personas, y lo más importante, he aprendido el significado de la palabra amistad en su máxima definición. Amigos de esos a los que esa palabra se les queda corta y tienes que empezar a denominarlos, familia.

Después de esta aclaración vayamos pues al meoyo de la cuestión. Mi primer mes aquí sólo puede definirse con la palabra que da título a este post. Desolación. ¿Por qué? No creo que sea díficil imaginarlo. Como ya comenté, los primeros días fueron díficiles. Llegar a un país que no conoces, a una gran capital Europea e ir cargando con tus bártulos sin saber bien a donde vas.

Aún recuerdo el primer día, después de estar perdida por la ciudad (coger una guagua que lo llevaba a ninguna parte y acabar en algún lugar en medio de la nada del que no sabía como volver) fui a Alexanderplatz a dar un paseo, alrededor de las 7 de la tarde... ¡No había nadie! Entré en un café para evitar así el riesgo de morir congelada, y empecé a replantearme mi situación. Debía aguantar 6 meses así. Sóla, con un frío insoportable (especialmente si vienes de las Islas Canarias) y en una ciudad fantasma. Obviamente, no. No todo es tan malo como parece ser en un primer momento y a pesar de que fueron unos días con esas ideas en mente siempre estuve segura de que eso cambiaría y que pronto en aquella ciudad oscura y gris, pronto saldría el sol y me enamoraría con su luz. Efectivamente, así fue.

Fuente

Mentiría si no añado que dentro de esta complicada situación siempre podía avanzar pues estaba acompañada por una estudiante de mi universidad en España que, aunque en ese momento no la conocía demasiado, se convirtió progresivamente en un apoyo esencial en esta aventura.

Me hace gracia recordar, esos días de desolación, de no entender una palabra, de no entender como funciona la burocracía alemana, de perdernos por miles de calles, de sentirte desamparada cuando llegas a la habitación de tu residencia y darte cuenta de que ese va a ser tu espacio durante este periodo... Ahora escribo, desde esa misma habitación, sentada en la cama y sintiendome triste pues a mi compañera de aventuras se le ha acabado el erasmus y porque a mí solo me queda un mes más aquí y no quiero que acabe nunca.


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Comentarios (3 comentarios)

  • flag- Aguilucho Recién Nacido hace 13 años

    Claro que al principio es muy complicado, y se de gente que hasta se plantea volver... pero como tú cuentas, son cosas de las que luego gusta acordarse!!

  • flag- Ylenia hace 13 años

    Está claro, y ese es sólo el inicio de la aventura. Ya iré posteando el resto. Hay muchas cosas buenas que contar.

  • flag-es ANA OLMEDA hace 13 años

    es normal sentirse perdida al principio, nadie llega a un sitio nuevo y lo sabe todo, pero merece la pena!

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