El comportamiento de Berlín.

Para cualquiera que haya viajado anteriormente a la capital de Alemania, la ruda manera en la que los berlineses se tratan unos a otros puede haber sido una sorpresa y no de las agradables. Ya sea en el U-Bahn (metro), la cola de la caja en los comercios o en parque, los berlineses parecen estar constantemente de mal humor y culpan al resto del mundo por ello.

El comportamiento de Berlín.

Lo que si es cierto es que no es tan difícil como parece romper esa dura apariencia exterior. Desde mi experiencia personal puedo decir que la manera más fácil de tratar con los berlineses enfadados es la amabilidad. Después de un par de frases agradables, el 90% de esas temerosas caras malhumoradas se quebrarán, y la mayoría, incluso sonreirán. Así que, prepara tu sonrisa más grande y sincera por que la vas a necesitar! Una vez que te hayas comunicado con un verdadero berlinés, serán unos grandes ositos de peluche que intentarán ayudarte en lo que puedan. (Curiosamente, el símbolo de Berlín también es un oso). La mayoría habla inglés decentemente, la mayor parte de jóvenes, mejor dicho. En una ciudad llena de gente que ha emigrado de otros países, tampoco es difícil encontrarse con uno de ellos.

El comportamiento de Berlín.

Otra cualidad esencial que va a necesitar para su próximo viaje a Berlín es... ignorancia. Si, has leído correctamente. Cada vez que alguien de Berlín encuentra algo que no puede explicar o mínimamente le incomoda, la ignorancia es la respuesta. Verá esta situación en el metro cuando suba una persona hablando consigo misma, en lugares públicos cuando alguien actúe fuera de lo normal y en muchas otras situaciones. Mientras este comportamiento puede resultar negativo en ciertos momentos, también puede ser liberador si estás en el lado opuesto. Desde que te guste usar los tacones más altos posibles, patrones coloridos o sin ningún color (esto depende también de la hora del día y la ocasión), la gente simplemente lo aceptará ( aunque con el encogimiento de hombros habitual).

El comportamiento de Berlín.

Una anécdota que me gusta contarles a mis amigos de siempre es la vez que mi amigo, de camino a casa, se encontró con alguien que llevaba un televisor en la cabeza (básicamente, su cara estaba reemplazada por una pantalla). Su única reacción fue un ligero encogimiento de hombros y un "Bueno, esto es Berlín". Sin embargo, también puede facilitar cosas que no son muy comunes, como mudarte de piso en transporte público. Mover una silla por Berlín fue más divertido de lo que pensaba antes de probarlo.

El comportamiento de Berlín.

Así que recuerda, puedes matar de amabilidad a los berlineses y así ser quien quieras en esta preciosa ciudad!


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