De viaje a Berlín
¡Hola a todos!
Hace un par tuve la suerte de visitar, junto a algunos amigos, una de las ciudades europeas más fascinantes: Berlín. Y es que, con los precios que muchas veces se encuentran en compañías aéreas “low cost”, ¿quién puede resistirse? Yo vivo en Madrid y encontramos una oferta muy tentadora a dicho destino volando con Ryanair (cada billete de ida y vuelta no superó los cincuenta euros), así que nos dejamos llevar por la oferta y comenzamos a planificar un viaje que fue inolvidable.
La popular Puerta de Brandeburgo.
Del aeropuerto al alojamiento en Berlín
Si bien el aeropuerto de Berlín-Schönefeld (zona C de Berlín) no está cerca del centro, Berlín es una ciudad muy bien comunicada, con diversas líneas de metro, tren y tranvía. Tuvimos que coger dos trenes pero no resultó nada complicado llegar a nuestra estación de destino: Anhalter Bahnhof. Los billetes se pueden comprar en la máquinas expendedoras del aeropuerto y es muy importante validarlos antes de subir al transporte que vayamos a utilizar; se trata de introducir los billetes en la ranura de unas máquinas que se encuentran en los andenes para así registrar la fecha y la hora de inicio del trayecto (solo hay que validarlos una vez porque si aparecen con errores o ilegibles quedan invalidados). Y con esto hay que tener mucho cuidado porque hay revisores en todos los medios de transporte y nos arriesgamos a que nos pongan una multa si no llevamos el billete validado.
Éramos seis y todos nos alojamos en una misma habitación (para seis personas), en literas, en un albergue situado muy cerquita del Checkpoint Charlie y de otros lugares que queríamos visitar; el nombre del alojamiento es un tanto curioso: “The Three Little Pigs” pero os puedo asegurar que el sitio está genial, muy limpio y, sobre todo, céntrico. Lo peor de este tipo de sitios es, en ocasiones, tener que compartir el baño pero, considerando el poco tiempo que se pasa en una habitación cuando viajas, tampoco resulta algo dramático. No teníamos incluido el desayuno pero como había un supermercado Lidl al lado, con muy buenos precios, nos apañamos perfectamente y ahorramos bastante en comida. En este alojamiento también alquilan bicicletas así que, a pesar de la cercanía del lugar al transporte público, optamos por dar pedales algunos días mientras nos dedicamos a explorar la zona A, el centro de Berlín.
Pero, como alternativa a la bici y a bajo coste, existe el autobús número 100 que recorre los principales lugares turísticos. Aquí podéis encontrar toda la información. Nosotros no llegamos a utilizarlo pero es algo que ya habíamos mirado y que nos pareció una buena idea antes de decidirnos por alquilar bicis.
¿Qué ver en Berlín?
Desde el Tiergarten (como el Parque del Retiro para los madrileños) hasta la Iglesia Nueva (con unas preciosas vidrieras azules), hay un montón de lugares que visitar en esta encantadora ciudad:
- El Memorial del Holocausto, en memoria de las víctimas del nazismo;
- Alexanderplatz, con su gran ambiente y el famoso Reloj Mundial;
- Nikolaiviertel, el barrio más antiguo de Berlín;
- Lo que queda del Muro y de la historia del mismo;
- La East Side Gallery (estación Warschauer Straße) y sus coloridas y reivindicativas pinturas;
- La Columna de la Victoria;
- El Monumento de Guerra Soviético;
- El Parlamento o Reichstag (estación Bundestag);
- El Museo “Topografía del Terror”
Son tan solo algunos sitios que os recomiendo. Y no querría olvidarme de la Catedral y su majestuoso altar; hay también una cripta (de los Hohenzollern), pero si algo me gusta de la Catedral de Berlín son las vistas que se aprecian desde la cúpula... ¡impresionantes!
Vidrieras de la Iglesia Nueva.
Muro de Berlín.
"El beso entre Honecker y Breznev" en la East Side Gallery.
La Isla de los Museos
Hacer la ruta de la llamada “Isla de los Museos” (estación Friedrichstraße) es un imprescindible si se visita Berlín. En este enclave se hallan los museos más relevante: el Museo de Pérgamo, el Museo Antiguo, el Museo Nuevo, la Antigua Galería Nacional y el Museo Bode. Al lado del Museo Antiguo hay unos jardines maravillosos pero es interesante saber que ese césped no siempre ha estado ahí y que ese espacio fue utilizado durante la II Guerra Mundial para mítines y desfiles.
Hay bonos para acceder a todos los museos durante tres días (Museum Pass Berlin) o durante un único día. Nosotros utilizamos el pase de un día que compramos por internet anticipadamente con descuento para estudiantes y cada entrada costó en torno a 10 euros.
Dónde comer en Berlín
Además de comprar algo de comida en el supermercado y probar el típico Currywurst (que puede encontrarse hasta por tres euros), comimos casi todos los días sobre la marcha y en los puestos que se encuentran en cualquier lugar del centro. La comida nos parecía bastante digna e incluso barata. En cualquier caso, no muy lejos del Museo del Muro está Simon-Dach-Straße, una calle repleta de restaurantes con una gran oferta entre la que elegir. Yo os recomiendo el "Pizza Dach" por su calidad y precio; además, cierran bastante tarde.
La verdad es que no gastamos mucho dinero en comer; con el ahorro, tuvimos la oportunidad de probar las distintas variedades de cerveza, pero esa historia la dejo para otra ocasión.
Desde Berlín
Tan solo hicimos una excursión desde Berlín y decidimos que fuera al Campo de Concentración de Sachsenhausen; ninguno de nosotros habíamos estado en un lugar como este con anterioridad y teníamos bastante curiosidad. Llegar desde Berlín es muy fácil, nosotros cogimos un tren hasta Oranienburg, la última parada de la línea, y justo a la salida de la estación hay una parada de autobuses; un panel informativo indica los tiempos de espera para los distintos números de autobús y los diversos destinos. Para llegar al campo desde allí se pueden tomar dos autobuses, el nº 804 y el 821, aunque hay muchas personas que hacen el recorrido a pie porque la distancia es de unos 2. 5 km y no se tarda demasiado en llegar.
La entrada al campo de concentración es gratuita, aunque se pueden dejar donativos. Nosotros compramos un mapa y una audioguía (por tres euros) para poder entender mejor la historia del lugar (una por cada dos de nosotros; el sonido era bueno y no tuvimos problema).
¡Hasta el próximo viaje!
Galería de fotos
Contenido disponible en otros idiomas
- Italiano: Viaggio a Berlino
- Français: En voyage à Berlin
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