Guía Erasmus en BERGEN (NORUEGA)
Hice este Erasmus en el 2004, y por tanto esta guía está bastante desfasada. Pero la encontré por un disco duro viejo a modo de reseña de mi experiencia que mi pidió el coordinador de mi facultad, y a pesar de la antiguedad he pensado que tal vez esta guía puede resultar útil a alguien. La guía original tenía fotos, pero no he encontrado una manera cómoda de subirlo todo. Si la quieres, mándame un mensaje y te la mando. También tengo un montón de fotos que también te puedo mandar. Vamos a la guía en sí:
Generalidades
Como generalmente nos solemos fijar más en los inconvenientes que en las ventajas, empecemos por ellos. Los dos principales inconvenientes de vivir en Bergen son: llueve prácticamente a diario y, como en general toda Noruega, es terriblemente caro.
Empecemos con el tiempo. Bergen es una de las ciudades más cálidas de Noruega, de modo que si has relacionado “Noruega” con “Frío bestial”, verás que no es para tanto. Casi siempre estamos por encima de 0º. Y en invierno, raramente se baja de -5º. En verano se pueden alcanzar unos agradables 20-25º. Además, todas las casas y las residencias suelen estar muy bien equipadas, de forma que no pasarás mucho frío.
Otra cosa es la lluvia. Llueve prácticamente a diario, pero no es de este tipo de lluvias ininterrumpidas. Tal vez una o dos horas cada día. Nieva durante sólo un par de meses, 3 a lo sumo. Pero como la lluvia vuelve enseguida, no es de extrañar que todo se deshiele en un par de días y que todo vuelva a estar nevado poco después. Sin duda, el tiempo de Bergen es bastante aleatorio.
Y los precios: carísimos. Desde luego, olvídate de lujos en el año que pases aquí. Nada de comidas en restaurantes ni de borracheras. Incluso en los más baratos supermercados, la comida puede valer perfectamente 2 o 3 veces más que en España. Y como las coronas noruegas son aproximadamente 20 pesetas, me resultaba mucho más fácil traducir a pesetas que hacerlo a euros. Unos ejemplos:
- 1 litro de leche: 200 pesetas.
- Una barra de pan: de 200 a 300 pesetas (en Oy las hay por 80 pesetas).
- Una tableta de chocolate: 400 pesetas.
- Un paquete de cigarrillos: unas 1000 pesetas (y esto va subiendo poco a poco).
Y consumir en lugares públicos hace que se disparen los precios. Una caña de cerveza te sale por unas 1000 pesetas. Si quieres purificar tu alma y alejarte de bajos y rastreros vicios, sin duda Noruega es el lugar adecuado para ello, sobre todo si tienes que elegir entre fumar y comer decentemente.
Lo bueno: Paisajes espectaculares. Bergen, en particular, es una ciudad bastante bonita, rodeada por montañas y fiordos. Lo suficientemente grande para resultar interesante, y lo suficientemente pequeña para no perderse en ella. Los noruegos son gente, aunque algo reservada, bastante amable y educada. No encontrarás a nadie que te chille porque te hayas saltado un semáforo en rojo y haya tenido que frenar en seco. Ni encontrarás el típico estrés habitual de las grandes ciudades. La gente nunca se pone nerviosa. El índice de delincuencia es muy bajo. Y todo el mundo, hasta los ancianos, dominan el inglés lo suficientemente bien como para no sentirte frustrado por no hablar noruego durante los primeros meses.
Ni siquiera es imprescindible aprender noruego. Yo no lo hice por diversos motivos, y no tuve grandes problemas, aunque vendrá bien si quieres conocer noruegos o conseguir algún trabajo. Más por lo primero, porque en lo 2º, por mucho que aprendas, nunca llegarás al nivel de los alemanes, que son numerosos y que son capaces de hablar en noruego en muy poco tiempo (ya que el noruego es una lengua germánica) y que suelen tener las mismas necesidades económicas que todos los estudiantes. Aunque siempre vendrá bien, para casi cualquier trabajo, tener ciertos conocimientos del lenguaje.
FANTOFT
Encontrar un piso de estudiantes en Bergen es algo difícil. Y venir a la aventura, para encontrar algo en menos de dos o tres días, casi imposible. Si eres estudiante, es mejor mandar una solicitud a la residencia Fantoft y reservar una plaza, para no tener que preocuparte al respecto. Si no te gusta, siempre estás a tiempo de buscar algo en la ciudad, con más detenimiento.
Fantoft, a pesar de ser un conjunto de edificios de aspecto industrial bastante feo, es un lugar agradable. Cientos de estudiantes de todos los países se reúnen aquí, de modo que el ambiente internacional es muy grato. Además, es relativamente barato (algo menos de 40.000 al mes, menos que casi cualquier otra cosa que puedas encontrar aquí), y las condiciones son buenas: agua gratis, electricidad gratis y una conexión gratuita a Internet realmente rápida (llega a velocidades de 700 KB/seg.). Todas las habitaciones cuentan con calefacción central, que viene a ser suficiente. No necesitas gruesos edredones. Con un edredón más bien fino pasé el invierno sin problemas. Y, si eres especialmente friolero, intenta pillar habitación en el piso 18 que, por ser el teóricamente más frío, las habitaciones de este piso cuentan con una calefacción eléctrica extra. Están razonablemente bien amuebladas, y de espacio suficiente. Pero es una residencia de estudiantes; no esperes lujos.
Pero hay bastante que hablar de los diferentes bloques en la residencia. Los bloques A-B-E-F-G y H se dividen en habitaciones individuales, con cocina y baño propio, y habitaciones dobles, con dormitorio individual pero con cocina y baño compartido con otra persona. Los bloques C y D se ubican en el edificio más alto, de 18 pisos, y todas cuentan con baño individual y cocina a compartir con otras 8 personas. A primera vista, llama más la atención lo de tener tu propio baño y tu propia cocina, sobre todo teniendo en cuenta que los precios son similares. Sin embargo, no es así. A no ser que seas un tipo bastante insociable, en los bloques C y D es donde está toda la acción, donde se reúne más gente y se hace más vida social. Muchos grupos se hacen a partir de estas cocinas compartidas, y es el lugar adecuado para hacer 7 amigos que verás a diario durante todo el curso. Mucha gente en los otros bloques se han sentido aislados por este motivo, más aún teniendo en cuenta que Fantoft carece de lugares de ocio común, y han intentado por todos los medios trasladarse a los bloques C y D, consiguiéndolo tal vez varios meses después. Suelen ser estas cocinas compartidas los lugares de sociabilidad, no sólo en las comidas o cenas, sino los lugares a donde suelen ir los vecinos cuando no tienen nada que hacer y quieren pasar el rato charlando. También es donde se suelen hacer las fiestas. El club Fantoft está abierto por las noches, y es un lugar agradable, pero no tan personal como las cocinas. De modo que, sobre todo si eres español o de carácter sureño, intenta venir con tiempo para pedir una habitación los bloques C y D, en el edificio alto. Hay dos grupos sociales en los que no te costará entrar: la gente de tu nacionalidad y la gente de tu cocina. Si anulas uno de estos dos grupos, mejor que te lleves bien con los tuyos o que sepas hacer amigos. De todas formas, y aunque las relaciones suelen ser buenas, también sé de otras cocinas que se han llevado a matar. Mi experiencia particular, en el piso 18 del bloque C, ha sido excelente. Compartía cocina con dos noruegos, una japonesa, un sueco, un alemán, un español, un koreano y una islandesa. El ambiente era muy multicultural, y siempre tuvimos buenas relaciones entre todos (salvo por unas reglas en la cocina demasiado permisivas, que hacían que ésta estuviese permanentemente sucia).
No hace falta decir que cuanto más alto sea el piso que pidas, más espectacular será la vista desde tu ventana. Y, por cierto, las vistas desde las habitaciones pares son bastante más bonitas que las de las habitaciones impares. Las pares dan a un bonito valle, y donde puedes ver a la gente ir y venir de la ciudad (en el último piso, incluso puedes ver el fiordo cercano). Las impares dan a la ladera de una montaña, y apenas ves algo más que árboles. Y si te molestan los ruidos, intenta evitar las dos habitaciones contiguas a las cocinas. Y sobre todo el piso 1, justo encima de la habitación de las lavadoras.
Nunca insistiré lo suficiente en el hecho de venir lo antes posible, a principios de Agosto o a principios de Enero (según el semestre en el que te encuentres). No sólo por elegir una buena habitación, que siempre es importante, sino por el hecho de asistir a la semana de acogida. En esta semana se dan cursos básicos sobre cultura noruega, y por la tarde se hacen actividades para conocer la ciudad y a los otros estudiantes. Las actividades que se hacen al principio del segundo semestre no son tan intensas, pero las del primer semestre, a principios de Agosto, están muy bien. Desde escalar el monte Floien hasta un viaje en barco por los fiordos. Si insisto tanto en asistir a estos encuentros no es tanto por las actividades en sí, sino por el hecho de que conoces a una buena parte de la gente de la residencia, hasta el punto de que muchos grupos se hacen en esta primera semana. Podría pasar que llegaras 3 semanas después y descubrieras que casi todos los grupos de amigos ya se han hecho y es algo difícil entrar en ellos. En el aspecto social, estas dos primeras semanas son casi más importantes que el resto del curso. También son más numerosas las fiestas.
También es notable un curioso efecto que se da a principio de semestre: todo el mundo es nuevo, todos quieren hacer amigos y todos están en la misma situación. Verás que todos tienen una gran apertura a los demás, deseando entablar una conversación mientras esperáis el ascensor. Es una sensación de “todos queremos ser amigos” digna de ser vivida, y que lamentablemente se va perdiendo conforme los grupos se van formando.
Un aspecto positivo de Fantoft es que, a pesar de ser bastante feo, se encuentra en medio de un valle muy bonito. Y un aspecto negativo es que se encuentra a 6 kilómetros de la ciudad. Si a eso añadimos el hecho de que el autobús es tan caro como el resto de cosas noruegas, podrás ver este inconveniente en todo su esplendor. El bono de un mes cuesta la friolera de 8.000 pesetas, y un viaje individual a la ciudad cuesta unas 500 pesetas (y, sí, otras 500 volver). Si no tienes que ir a la ciudad a diario sino, tal vez, dos o tres veces por semana (como me pasaba a mí), no es muy descabellado pensar en la posibilidad de ir en bici. Pero a esto hay que añadirle el inconveniente de la lluvia diaria, de las cuestas, y de que es algo peligroso. Además, hacer este trayecto en invierno es, como mínimo, digno de elogio. Lo que finalmente he hecho yo es ir en bici excepto cuando nevaba, que me sacaba un bono de autobús, ya que algunas partes del trayecto se congelaban, aumentando el peligro. Si has tenido la buena idea de venirte en coche desde España para disponer de un cómodo medio de transporte durante el curso, debo comentarte que entrar en Bergen en coche te obliga a pagar 200 pesetas. Algo que, a la larga, no compensa, a no ser que vayas con varios. Pero creo que esto lo han quitado hace poco y que vuelve a ser gratis. No estoy seguro de este punto.
Otro punto positivo de Fantoft es que la venta de diversos artículos, sobre todo de estudiantes que se van, es bastante barata. Las bicis cuestan unas 10.000 pesetas, los edredones o mantas por unas 1.000, ordenadores por unas 20.000, etc. Otra razón para venir de los primeros y poder comprar barato lo que los últimos estudiantes del curso pasado venden antes de irse. Eso significa: 1 de Agosto para los que vayan a ir el primer semestre o todo el año, y 1 de Enero para el segundo.
Universidad
Concretamente, yo estudio Filosofía. Y era de los pocos estudiantes extranjeros de la carrera. Y, como es razonable, no iban a cambiar el lenguaje con el que imparten las clases sólo por mí. Sólo una asignatura se impartía en inglés, concretamente “Philosophy and Literature”. El resto, en noruego. Y aunque hubiese aprendido noruego, cre que me hubiese sido imposible seguir una clase de Filosofía en este idioma (ya me cuesta en inglés...). Pero la beca estaba ofertada en inglés, de modo que tenía el derecho de hacer el examen en inglés y de que me proporcionaran el material de lectura en dicho idioma. Pude encontrar gran parte del material en inglés en la biblioteca, y para los textos comunes no resultó difícil encontrarlos en Internet, incluso en castellano. Y los que no pude encontrar de ningún modo, me fueron facilitados por la persona encargada de los estudiantes internacionales. En caso de problemas puntuales, no hay una institución como el servicio de relaciones internacionales de España que se encargue de ayudarte. Es más una tarea de la persona encargada de las relaciones internacionales de tu facultad en particular. Eso hace el trato más personal y directo. Al menos, en mi caso, fui excelentemente tratado, tanto por esta persona (Vigdis Kvam) como por su equivalente en España (Juan Carlos León).
Volviendo al tema de las asignaturas, aunque la mayor parte del temario se imparte en noruego, hay varias asignaturas en cada carrera que se imparten en inglés. La página web de la universidad suele estar actualizada con respecto al programa de asignaturas preparadas para el siguiente semestre, y esta información también cuenta con traducción al inglés (http://www.uib.no/info/english/).
Por otro lado, también hay asignaturas especialmente enfocadas a los estudiantes internacionales, y que no forman parte realmente de ninguna facultad en particular. Son las asignaturas SAS (Scandinavian Area Studies, creo), y tratan diferentes aspectos de la cultura Noruega y Escandinava, desde el estudio del idioma noruego hasta la antropología, sociología o literatura escandinava. Yo hice el de antropología, y no estuvo mal, aunque tampoco lo considero muy interesante. Al menos son asignaturas en las que suspenden muy poco (salvo en la del lenguaje, que no son tan permisivos).
Últimos consejos
Supongo que muchos se preguntarán qué tal es la fiesta noruega. Intentaré definirlo todo lo bien que lo puede definir alguien poco aficionado a las fiestas. Los noruegos empiezan la fiesta en lo que llaman “Vorspiel” (o algo así), que es el equivalente al botelleo español, pero en casa de alguien. Beben entre amigos hasta que están lo suficientemente chispados como para salir de juerga, aunque casi todos se lo suelen pasar bastante mejor en las casas que luego saliendo. Luego van a los típicos pubs y clubs nocturnos, en muchos de los cuales tienes que pagar para entrar. Imagináos lo caras que son las bebidas allí dentro que hasta los noruegos prefieren beber por su cuenta. No lo puedo confirmar, porque nunca me pedí nada, pero supongo que con lo que un noruego se gasta saliendo a lo largo del año se podrían comprar un par de F-18.
A pesar de su frialdad y educación, los noruegos cuando beben degeneran como cualquiera. Y suele haber peleas, chicos intentando ligar con cualquier miembro del sexo opuesto (preferiblemente humano) y otras características típicas de ambientes etílicos. Mención especial a Kvarteret y sus múltiples salas con música diferente, llevado por estudiantes voluntarios, lo que permite unos precios más asequibles. Curiosamente, y tras la entrada en vigor la prohibición de fumar en lugares públicos, mucha gente tiene que salir fuera a fumar. El último autobús es a las 12 y algo, con que si queréis tener una noche larga, seguramente tendréis que pillar un taxi que es, como habréis supuesto, bastante caro. Andar hasta la residencia tampoco es muy descabellado si es verano (se tarda aproximadamente una hora y cuarto).
La otra alternativa está en Fantoft. Casi todos los fines de semana se suele montar una fiesta en alguna cocina, a la que van muchos de los estudiantes que ya conocerás de vista. Muchas veces, sobre todo al principio del semestre, se monta más de una, y la gente va alternando enter una y otra toda la noche. Y el club Fantoft tampoco está mal. Otro lugar al que poder ir si ninguna de las fiestas en las cocinas te ha convencido.
No dejéis pasar la oportunidad de viajar por Noruega. Junto con Irlanda, Escocia o Suiza, Noruega es uno de los países más bonitos de Europa y del mundo. La zona de Bergen es especialmente bella, y sus alrededores, especialmente los fiordos, son una preciosidad. Si sois muchos tal vez podáis alquilar un coche. También podéis coger ferrys o trenes, a precios razonables siempre que llevéis vuestra tarjeta de identificación como estudiante en Noruega (te la dan un par de semanas después de registrarte). Si no la tienes, la carta de aceptación servirá. También mencionaría las islas Lofoten, en el norte de Noruega. Viajé una semana por allí, y son muy bonitas y relativamente despojadas de turistas.
Si aún estás dudando si ir, no puedo recomendartelo con más efusividad: Vivir un año en Noruega ha sido una de las mejores experiencias de mi vida. Lo único que lamento es no tener la posibilidad que tienes tú ahora de ir de nuevo allí.
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