Día de playa en Tarnos

¡Buenos días! Hoy os traigo un nuevo artículo sobre una de las muchas playas del departamento de las Landas, en Francia: la playa de Tarnos.

Esta playa se sitúa en frente del municipio francés que tiene el mismo nombre: Tarnos. Es un pueblo muy pequeño formado por chalets, tiendas de tablas de surf, campings… Un pueblo veraniego de toda la vida. Es el municipio landés sureño más cercano a Bayona y a la desembocadura del río Adour, que separa los departamentos de las Landas y los Pirineos Atlánticos, concretamente con el territorio histórico vasco-francés de Labort (“Lapurdi” en euskera).

Mi familia y yo decidimos hacer una pequeña excursión a esta playa francesa porque queríamos un sábado tranquilo, para relajarse, y ya nos sabíamos de memoria todas las playas vascas. Queríamos cambiar un poco. Madrugamos un poco y hacia el mediodía ya llegamos a esta playa rodeada de dunas, como todas las playas de la zona. Sinceramente, la primera impresión no fue nada del otro mundo, ya que me recordaba mucho a otras playas como Vieux-Boucau o Moliets-et-Maa, aunque aquí apenas había gente.

Si queréis que os diga la verdad, aquella fue la primera vez que mi padre vino con nosotros a una playa en las Landas, y creo que no se lo esperaba así: me atrevo a decir que se llevó un disgusto, se imaginaba otra cosa. Y lo digo porque no paraba de repetir que “para mejores playas, las que tenemos a quince minutos de casa”. No estaba del todo equivocado, pero era hora de cambiar un poco de aires. Aquella playa era inmensa, tenía olas impresionantes y, sobre todo: ¡No había nadie que conociéramos! Una razón más que suficiente para apreciar aquella playa.

El agua estaba muy fría, así que no me atreví a bañarme. Además, había mucha corriente en el mar. Pero no es algo que me extraña de las Landas, pues en todas las playas en las que estado en Aquitania he podido observar la monstruosa corriente que las sacude. Y claro, carteles de advertencia por todas partes, excepto aquí. Pero sí banderas rojas marcando un límite para bañarse en el mar.

Algo que me pareció curioso de esta playa es que está dividida en dos partes: la playa en sí, accesible para todo tipo de público, y la playa nudista. De esto me di cuenta yo mientras caminaba por la orilla, ya que las vistas al infinito por donde seguía creciendo la playa me parecían de película, y de un momento a otro me encontré a un señor mayor tumbado en la toalla sin nada puesto. Y más adelante un grupo de mujeres de la misma manera, y más personas… Fue ahí donde decidí darme la vuelta y volver a mi pequeño rincón en la playa.

Fue la primera vez que experimenté algo así, puesto que las playas nudistas en el País Vasco no son tan accesibles y abiertas. Pero bueno, ¡Una anécdota más!

Y con esto termino este artículo sobre Tarnos, aunque aquel día no visité solamente la playa, sino que también visité Bayona, que estaba en plenas fiestas. Pero de eso ya hablaré más adelante.

¡Hasta otra!

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