Residencia Reina de la Pau - Barcelona, España - Reseña
Me alojé en esta residencia durante el año académico de 2016-2017. Estoy escribiendo esta reseña simplemente para aclarar cualquier duda, en especial en relación a los estándares y expectativas de América del Norte, algunas cosas no fueron como yo esperaba. No digo que esta residencia sea mala, solo digo es que no es para todos. Los siguientes puntos son problemas que tuve que tratar durante mi estancia allí.
La razón principal por la que escribo este blog es que la página web de la residencia es extremadamente engañosa y de todos los puntos que menciono a continuación ninguno aparece en la página web. Es por eso que siento que cometí un gran error al venir a esta residencia, simplemente no es lo que se anuncia. A mi llegada a esta residencia, sentí que me habían mentido y engañado. Y debido a que soy una buena persona, y confié en esta residencia y sus falsas afirmaciones, también pagué 8 meses de alquiler (8 x 803 euros = 6424 euros) y el depósito (610 euros), por lo tanto, no podría irme sin perder una suma de dinero de 7034 euros (10 276 $ canadienses).
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La residencia indica tanto en la puerta de la residencia, como por toda la página web "libertad de horario" y "entras y sales cuando quieras". Este afirmación no es del todo cierta. En primer lugar, si deseas salir por la noche, debes salir de la residencia antes de las 22:00 como muy tarde. Una vez, intenté irme a las 22:05 y tuve que rogar para que me dejaran salir. Además de esto, siempre tenías que decirles a las monjas cuándo ibas a volver a casa. Esto era muy molesto para mí ya que nunca sabía cuándo iba a volver a casa. Si por la noche me estaba aburriendo, volvería a casa antes, y si la noche era divertida, me quedaría más tiempo fuera. Por lo general, no les hace mucha gracias si vuelves a casa antes de la hora a la que habías previsto llegar. Si planeas quedarte más tiempo del que les había dicho, tienes que enviarles un mensaje de texto para informarles. Y para aquellos que no conocen el horario de Barcelona, los bares y discotecas solo abren a las 00:00 y se llenan a las 2:00. Por lo tanto, si tienes que irte antes de las 22:00, básicamente tienes que encontrar algo que hacer durante al menos dos horas. Afortunadamente, tenía la llave del piso de un amigo. Sin embargo, otras chicas tuvieron que sentarse a esperar en el McDonald's o el KFC en la calle Ferran, solo para matar el tiempo, porque no tenían a dónde ir. De todas las cosas que me molestaron de la residencia, esta fue definitivamente la peor. En esta residencia, tienes que planificar, literalmente, todo tu día por la mañana. Tienes que decirles a las monjas por la tarde si faltarás a cenar a las 21:00. En esta residencia, los planes espontáneos son imposibles. Tus días tienen que estar planeados y estructurados o tendrás problemas.
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Tú, como residente, no tienes una llave ni ningún tipo de acceso para poder entrar en la residencia. Al salir, debes dejar la llave de tu habitación en el vestíbulo. A la vuelta, tienes que tocar el timbre. Al principio, me pareció algo tolerable, pero cuando me iba de viaje y tenía un millón de cosas que hacer, se volvió bastante molesto que no pudieran dejarme entrar sin tener que molestar a nadie más. Los fines de semana, principalmente los domingos, aunque a veces también los sábados, cierran por dentro la puerta principal. Entonces tienes que llamar al timbre para que una de las monjas pueda venir a abrirte la puerta y que así puedas irte y salir durante el fin de semana. Esto siempre me hacía sentir incómoda, ya que iba a explorar Barcelona todos los días, me iba por la mañana y volvía por la noche. Las monjas siempre sospecharían algo o harían comentarios.
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Olvídate de la idea de tener visitas (que no sean familiares) que planeen quedarse contigo en la residencia. Si por ejemplo invitas a alguien a hacer un trabajo, ambos tendréis que trabajar en una sala supervisada, y tu invitado tendrá que enseñar una identificación para poder entrar. Nada de fiestas de pijamas o de cualquier otro tipo, no son una opción. Aunque en la página dice "vive a tu propio ritmo", todavía limitan otro aspecto de tu vida.
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Hay una cantidad absurda de ruido dependiendo de la temporada y en qué dirección mire tu habitación. Si te sientes cómodo con el ruido de por la noche, entonces esto no te molestará tanto. Sin embargo, yo que vengo de una ciudad tranquila de Canadá, no pude dormir con tanta cantidad de ruido. La residencia da a un bar de la misma calle. Durante los meses más cálidos, la gente está fuera hablando, gritando, rompiendo botellas y demás hasta las 2:00-3:00 de la mañana. A veces me despertaba algún borracho que gritaba a las 5:00-6:00 de la mañana. Muchas veces, alguna otra chica y yo tuvimos que llamarles la atención desde nuestras ventanas, pidiéndoles que se callaran, sin ningún éxito. Desde marzo hasta junio, esto fue un problema constante. No solo durante el fin de semana, sino también durante los días de diario. El problema es que las monjas conocen al dueño del bar. E incluso si te quejas del ruido, no hacen nada. También debes tener en cuenta que si solicitas cambiar de habitación, te cobrarán 300 euros (437 $ canadienses), incluso si hay una habitación vacía.
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Más cosas de las habitaciones: yo estaba en la habitación 301, en el tercer piso de la residencia. En este piso, así como en todas las habitaciones de toda la residencia (a excepción de las habitaciones de las monjas, obviamente), ninguna tiene aire acondicionado. Obviamente, esto fue un problema en septiembre y después también en mayo y junio. Barcelona puede ser una ciudad muy calurosa e increíblemente húmeda. Las temperaturas alcanzaron los 35 ºC cuando estuve allí en junio. Fue ahí cuando se hizo difícil dormir y concentrarse a causa del calor. Junto a la falta de aire acondicionado, hay que añadir que no se te permite tener tu propio ventilador ni ningún otro tipo de dispositivo de enfriamiento porque "consume demasiada energía". Llegamos al punto en que yo, al igual que otras chicas en mi piso, acabamos en nuestras habitaciones con las ventanas y puertas abiertas en un intento de crear una corriente de aire entre todas las ventanas abiertas del pasillo. Muchas veces, incluso tuvimos que dormir con las puertas abiertas. A las monjas no les gusto nuestra idea, pero tampoco nos ofrecieron ninguna otra solución. ¿Qué pasaría si alguien con una enfermedad o una afección cardíaca que les impide tolerar el calor viniera a esta residencia? ¿Qué se haría para acomodar a esta persona?
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Las habitaciones no son tan grandes como se anuncia. A mí, como era una estudiante extranjera con un año de estancia, me pusieron en una de las habitaciones más pequeñas de la residencia, si no en la más pequeña, mientras que a las chicas que se iban a casa todos los fines de semana y cuyas habitaciones estaban prácticamente vacías, les ponían en unas habitaciones enormes que apenas estuvieron ocupadas. La asignación de habitaciones es completamente aleatoria y no hay ningún tipo de lógica detrás. El tamaño de la habitación también causó muchos comentarios fuera de lugar y completamente innecesarios de las monjas sobre el "estado de mi habitación". Continuaron comparando mi habitación "desordenada" con las habitaciones más "limpias" de chicas que se iban a casa o todos los fines de semana, o una o dos veces al mes. Esas chicas limpiaban una vez y tenían suficiente para que les durara una semana o un mes. Y cada vez que se iban a casa, llevaban o traían cosas de casa según las estaciones. Dicho esto, tenían todo lo que necesitaban para cada temporada. Yo lo tenía todo en mi cuarto: bikinis, pantalones cortos, zapatos, botas, abrigos de invierno, sombreros, guantes y bufandas, entre otras cosas. Así que, naturalmente, considerando que estaba en una habitación pequeña, era difícil mantenerlo todo organizado en todo momento. Utilizaban esta pequeña habitación y la cantidad de cosas que tenía como argumentos en mi contra durante las acaloradas discusiones que mencionaré más adelante. Teniendo en cuenta que son "monjas" quienes dirigen esta residencia, su comportamiento no era muy cristiano.
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La limpieza semanal está incluida en el alquiler mensual. En América del Norte, el personal de limpieza limpia tu casa o apartamento independientemente de lo desordenado que esté, porque, bueno... en eso consiste ser personal de limpieza. Aquí, a menos que tu habitación esté prácticamente impecable, el personal de limpieza no la limpiará. En mi opinión esto es algo contradictorio y hasta una pérdida de dinero. Si pago para que limpien mi habitación y tengo que limpiarla yo antes de que el personal de limpieza venga al cuarto, entonces ¿qué sentido tiene pagar al personal de limpieza? Hay otro personal de limpieza en Barcelona que lo limpia todo, incluidos los platos, independientemente de lo sucio que esté el lugar. He sido testigo de esto, ya que estaba en casa de una amiga mientras le limpiaban el apartamento porque ella estaba fuera. Tuve una experiencia muy desagradable y poco acogedora e incluso impactante con respecto a la "limpieza" de mi habitación. Ocurrió durante mis primeros días en Barcelona. Estaba volviendo de Belgrado a Barcelona, y tenía escala en Zurich. Yo apenas llegué, pero la enorme maleta que había facturado, no lo hizo. Me llevó 2 días conseguir que mi maleta llegara a Barcelona. Cuando recuperé mi maleta, tiré todo lo que había en ella encima de la cama para poder organizarme adecuadamente y ponerlo todo en el armario. Como tenía muchas cosas, me iba a llevar un tiempo recogerlo todo. Luego me di cuenta de que tenía que ir a clase y dejé todo allí tirado. Todavía no estaba al corriente de que tenía que limpiar antes de que pasara el personal de limpieza, ya que aún no llevaba en Barcelona ni una semana. Cuando volví, me encontré con una nota en mi puerta que decía que no habían limpiado mi habitación porque estaba "demasiado sucia" y que "si esto volvía a suceder", me echarían de la residencia. A mí me pareció demasiado duro para una chica que estaba en Barcelona completamente sola y que había perdido su maleta, que en menos de una semana en la ciudad ya me estuvieran amenazando con expulsarme de la residencia. ¿Qué hay de los de los valores cristianos de "paciencia", "enseñanza" y "amabilidad"? Todos los miércoles me ponía nerviosa por si volvían a ponerme otro papel en la puerta.
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En cuanto a lo que incluye la habitación: yo pagaba 803 euros (1200 $ canadienses) al mes, y mi habitación no incluía ni sábanas, ni mantas, ni toallas. Tienes que traerlos o comprarlos tú misma. Yo no fui consciente de este gasto a mayores hasta que no llegué a España. Teniendo en cuenta que yo tengo un amigo que alquilaba un apartamento entero en El Raval, en el que dormía casi todas las semanas, por el mismo precio, me parece que esta residencia es exageradamente cara.
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El precio de 803 euros al mes incluía desayuno y cena y no incluía la comida. El desayuno es exactamente la misma comida todos los días, desde principios de septiembre hasta finales de junio. De lunes a viernes, el desayuno es de 7:00 a 9:00. Los sábados y domingos, el desayuno es a partir de las 9:00 hasta las 11:00. La cena en sí es decente, excepto que es a las 21:00 todas las noches, de lunes a viernes. Lo que pasa es que si estás fuera y no planeas volver antes de las 21:00, debes avisar de que no cenarás allí. Esto nos lleva a lo que mencionaba en el primer punto con respecto a tener todo siempre planeado. Debes tener mucho cuidado con esto, ya que debe informar por la tarde si no va a estar allí a la hora de cenar. Si sales después de cenar, básicamente tiene que comer a toda prisa vestida y maquillada para que puedas irte antes de las 22:00. Yo lo hacía y aún así me llevaba comentarios de las monjas sobre "lo excesivamente rápido que como". Por si no os lo esperabais, comentarios que no apreciaba demasiado.
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Si te apuntas para comer, cenar o ambos, tienes que tener en cuenta que tanto la comida como la cena no se sirven los fines de semana y feriados religiosos, que se sirven en horarios establecidos y que las monjas no es que sea precisamente flexibles. Si te pierdes una comida, no te la reembolsan. Dicho esto, si planeas viajar mucho como yo, no optar por un plan de comidas será tu mejor opción. Ten en cuenta que si te inscribes en un plan de comidas, pero cambias de opinión más adelante, te cobrarán 100 euros (145 $ canadienses) solo por cancelarlo.
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La cocina de la residencia no tiene horno ni licuadora, y tampoco te la puedes traer tú misma. Entonces, si eres una adicta a los batidos como yo, mala suerte.
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En cuanto al espacio para almacenar de la cocina, cada uno tiene un cajón del congelador, medio estante del frigorífico y medio cajón de la despensa para almacenar toda su comida. Si compras demasiada comida al mismo tiempo, no tendrás dónde colocarla.
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La lavandería: lavar la ropa cuesta 3 euros (4, 50 $ canadienses) y secarla otros 3 euros. Por lo general, yo solía lavar la ropa a mano, porque no quería pagar 3 euros cada vez que necesitaba lavar algo. A la hora de secar la ropa, las cosas se complican según la temporada y el tamaño de la habitación. La terraza de la azotea tiene tendederos para secar la ropa, pero si está lloviendo, como suele ser el caso de diciembre a marzo, debes secarlos en la secadora o colgarlos en tu habitación, si es lo suficientemente grande.
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Hay una sala de ordenadores que tiene una impresora disponible, aunque los ordenadores no van muy rápido. En cuanto a la impresora, debes comprar tu propio papel, y cada página cuesta 0, 19 euros (0, 30 $ canadienses), lo cual es muy caro, teniendo en cuenta que en mi universidad de Canadá una página 0, 06 $ canadienses. Otra cosa que debes tener en cuenta es el wifi de la residencia, así como el de Barcelona, no es el mejor. Se conectaba y desconectaba constantemente, y muchas veces era imposible hacer llamadas a través de Facebook debido a retrasos, cortes y pérdida de señal, entre otras.
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Al ser una residencia cristiana, no está abierta todo el año. Está cerrado durante todo el mes de agosto, 2 semanas durante el período de Navidad y Año Nuevo, y media semana durante Semana Santa. Si decides quedarte aquí, te sugiero que viajes a algún lugar o busques a algún amigo que te deje quedarte en su casa mientras la residencia está cerrada. Es posible que las monjas no dejen esto del todo claro, por eso he pensado que sería mejor escribirlo aquí, por si acaso. Es posible pagar la residencia por días. Por ejemplo, si sus exámenes terminan en mayo y quieres viajar hasta que tengas que hacer los exámenes de recuperación a finales de junio, no tienes que pagar el mes entero. Yo me enteré de esto en mayo, cuando ya era demasiado tarde como para cambiar los pagos y los dos últimos meses ya estaban pagados enteros. Es muy útil saberlo si planeas viajar mucho como hice yo.
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Si pagas el alquiler mediante transferencia bancaria, espera pagar aún más cuando llegues a la residencia, ya que siempre se pierde dinero en los pagos por transferencia bancaria porque la tasa de cambio de dólar a euro cambia diariamente. Esto quiere decir, que aunque envíes 803 euros, tendrás que pagar en efectivo la diferencia que se haya perdido en la transferencia cuando llegues allí. Mi recomendación es que si puedes, pagues en efectivo. No cometas el mismo error que yo, que pagué el alquiler de varios meses a la vez. Al hacer esto, estás encerrado y no puedes irte sin perder no solo tu depósito, sino también todo el alquiler que ya habías pagado. De hecho, mi mejor amiga de Barcelona dejó la residencia en noviembre y me ofreció mudarme con ella. Lo hubiera hecho en un abrir y cerrar de ojos si no hubiera pagado el depósito y el alquiler de septiembre a abril.
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La residencia tiene un depósito de 610 euros (890 $ canadienses). Si abandonas la residencia antes de final del año escolar o antes de que dijeras que lo harías, perderás todo el depósito. Y no es precisamente una cantidad pequeña la que se pierde, así que asegúrate de que te quedas hasta el final. Parte de este depósito es una tarifa de matrícula de 310 euros (451 $ canadienses), lo cual no tiene sentido, y no estaba muy claro.
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El verdadero problema tuvo lugar durante los últimos días de mi estancia en el extranjero y fue extremadamente desagradable. Aunque había indicado en abril de 2016 que mi vuelo de vuelta a Canadá era el 1 de julio de 2017, me dijeron que abandonara la residencia el 30 de junio y me obligaron a salir de la residencia un día antes. Esto me sorprendió cuando a finales de abril les dije a las monjas qué día me iba. Cuando les recordé que dejaría la residencia el 1 de julio de 2017 a las 10:00, me dijeron que tendría que pagar 44 euros (70 $ canadienses) por un "día adicional". En mi opinión algo muy confuso e injusto. Llevaba un año en la residencia, en que supuestamente "te sientes como en casa", para que luego me echen un día antes. Algo muy inapropiado a mi parecer porque había pagado todo el mes de junio, y dejaría la residencia al día siguiente, el 1 de julio. Sin embargo, me dijeron que tenía que salir de la residencia el 30 de junio a las 18:00 como muy tarde. Mi madre intentó hablar con ellas al respecto y nos dieron una respuesta extraña que no tenía ningún sentido. Dadas mis circunstancias, me pareció irónico que las monjas "cristianas", que se enorgullecen de las enseñanzas de Cristo, expulsaran a una chica extranjera, que está sola en España, el día antes de que salga su vuelo, y teniendo unas maletas enormes hacerme pagar un día más. Lo cierto es que hubiera dejado la residencia antes de su tiempo estándar de "salida" del apartamento del 4º piso que se podía alquilar, que eran las 11: 00. Deberían haberme dejado muy claro en abril de 2016 que tendría que dejar la residencia la noche del último día del último mes de mi estancia, sin excepciones ni consideración.
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Por último, el día antes de irme, tuvimos un enorme problema con la fianza. Lavé una de sus mantas con buena intención y, naturalmente, perdió algo de color. La lavé a mano porque era una manta muy grande y sabía que le se iría algo de color. Bueno, a pesar de que la manta la había usado más gente antes que yo, al final terminé pagando 15 euros (22 $ canadienses) por la manta, directamente de mi fianza. Además, el verdadero problema fue con el colchón. Sí, los colchones se manchan y ensucian, por eso usamos fundas de colchones. Había derramado té sobre el colchón unos meses antes y lavé la mancha varias veces. Era una mancha que solo se notaba si te quedabas fijamente mirando, ya que no era más que un pequeño resto. Lo que estas monjas no entienden es que una residencia no es un museo. Los artículos y objetos que se usan tendrán algún signo de desgaste, y eso es un hecho. Si usas una camisa blanca una vez, ya no es blanca. Por supuesto que estará limpia, no has tenido por qué mancharla, pero ya no es blanco puro. Lo mismo se aplica para tus zapatos favoritos, que igual usas una vez al año, y lo mismo ocurre con un colchón. Pero, teniendo una funda de colchón, no veo cuál es el problema. Además de esto, me pareció absolutamente ridículo que esperaran que algo que se usa tanto como un colchón, esté como nuevo. De hecho, es el objeto que más se utiliza en esos cuartos tan enanos. Aparentemente, según ellas, el colchón estaba "indescriptiblemente sucio" y "ya no se podía usar", lo que significa que me cobrarían 165 euros (240 $ canadienses) para cubrir un colchón nuevo. Las monjas incluso me acusaron de dormir sin una funda de colchón, lo cual, en mi opinión, es algo desagradable y una acusación horrible. Y todo eso sin tener en cuenta que apenas estuve en la residencia ese año. En el lapso de 10 meses, visité 17 países. Esto significa que, si sumas los días que estuve de viaje, que dormí con mi amiga y con mi pareja, pasé más tiempo durmiendo fuera del que pasé durmiendo en la residencia. Por lo tanto, sus argumentos eran completamente inválidos. Tuve que llamar a mi padre, que estaba al otro lado del Atlántico, para hablarlo. Después de una larga conversación, dijeron que no me cobrarían por el colchón. En lugar de recuperar los 610 euros originales, solo recibí 547 euros (796 $ canadienses). La reducción incluyó la manta, una tarifa de asociación (no tengo idea de qué es eso), y una tarifa de limpieza de casi 40 euros (59 $ canadienses), que supuestamente estaba incluido en el depósito, pero evidentemente no. Digamos, por ejemplo, que el colchón estaba completamente negro de suciedad: pasé tanto tiempo fuera que todo el dinero que se habían ahorrado en mí podría haber cubierto fácilmente el colchón. Pasé un total de 60 noches fuera de la residencia, tan solo con los viajes, esto no incluye dormir con amigos y mi pareja. Esto equivale a 2904 euros (4232 $ canadienses). Esta cantidad podría haber cubierto 17 colchones nuevos. Por lo tanto, su comportamiento fue completamente injustificado. Unos días después de mi regreso a Canadá, tanto yo como mis padres, recibimos un correo electrónico de las monjas explicando su supuesta "tristeza" por mi "comportamiento" con respecto al "dinero para gastos" de 240 $ canadienses, a pesar de que podrían haber comprado 17 colchones nuevos con todo el dinero que ahorrado de mis viajes. En primer lugar, que me enviaran el correo electrónico después de haber vuelto a casa me pareció inapropiado. Pero enviar un correo electrónico a mis padres, a pesar de que tenía 20 años en ese momento (la mayoría de edad en España es 18) es todavía más ridículo e inaceptable. Incluso terminaron muy bien el correo electrónico diciendo: "Que Dios te bendiga, Él lo sabe todo".
En resumen, aún no tengo muy claro cómo estas mujeres pueden llamarse a sí mismas "monjas", o incluso remotamente "religiosas", teniendo en cuenta que todo para lo que viven y respiran es el dinero. Estas mujeres harán cualquier cosa para conseguir sacarte el mínimo dinero. Una cosa que quiero poner en perspectiva es la cantidad de dinero que hacen estas señoras y cómo esto hace que sus acciones sean aún mayores. Para hacer el cálculo, supongamos que las 16 residentes pagan la opción más barata, que es de 693 euros (1010 $ canadienses), que incluye solo el desayuno. Eso significa que las monjas obtendrían un total de 11 088 euros (16 153 $ canadienses) al mes de todas las residentes. Ya sea que sea de América del Norte o de Europa, esta suma de dinero es enorme, y este es solo la opción más básica, que no incluye prácticamente nada. Y aunque creas que muy pocas, por no decir ninguna, de las chicas pagaron la opción más básica, imagina cuánto ganan cada mes, luego multiplica esa cantidad por 10 meses. Conseguir semejante cantidad de dinero y cobrarme, de mi fianza, por una manta que lavé, para ser respetuosa y facilitarles la limpieza, es terrible y vergonzoso.
A estas monjas les gusta jugar a hacerse la víctima. Son agradables a la cara, pero no te creas nada.
Conclusión, si estás acostumbrada a ser totalmente independiente y tener mucha libertad, te recomiendo que busques en otro sitio. Antes de que creara esta publicación y de mis comentarios tanto en Google como en Facebook, prácticamente no había comentarios de estudiantes reales acerca de esta residencia. Por eso cometí este error. Ten en cuenta que las monjas se ponen a ellas mismas calificaciones de 5 estrellas con 0 reseñas para equilibrar otras calificaciones por debajo de 5 estrellas. Hasta ahora, mis comentarios son los únicos comentarios legítimos sobre esta residencia, ya que ninguna de las otras calificaciones y comentarios provienen de residentes, provienen de las monjas.
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