¡Mi primera vez en Barcelona!

Planeando el viaje...

Hace ya unos años, visité la “ciudad condal” por primera vez, que es como también se conoce a Barcelona. He de decir que estuve detrás de un viaje a esta ciudad algo así como un año, pero entre unas cosas y otras no encontraba el momento de hacer la mochila y lanzarme a conocerlo. Pero al poco de empezar uno de mis buenos años en la universidad, definitivamente convencí a mi amiga y nos pusimos en marcha.

El viaje fue de tres días, viernes, sábado y vuelta el domingo por la tarde. Había hablado a través de couchsourfing con una pareja extremeña que vivía cerca del centro y que estaba dispuesta a acogernos durante ese fin de semana, pero en el último momento me dijeron que no iban a poder por motivos personales y me tocó buscar otro sitio donde poder al menos dormir. En Barcelona hay mucha gente que alquila pisos y habitaciones a turistas (cosa que no se si sigue siendo legal con los cambios de Ada Colau), así que no tuve mayor problema en dar con algo acorde a lo que necesitábamos. No recuerdo el precio, pero sí que recuerdo que era bastante barato y además que estaba cerca de la plaza Cataluña, una de las más céntricas y famosas de Barcelona. En cuanto al cómo ir a Barcelona, habíamos cogido los vuelos con dos semanas de antelación, y eso unido a que la vuelta era el domingo hizo que se subieran un poco los precios, rondando los 100 euros ida y vuelta, pero es lo que tiene hacer las cosas sin demasiado tiempo. (Luego explico lo que es el couchsurfing y alguna otra cosilla).

Llegada y... ¡perdidos!

El viernes por la mañana, Marina (mi amiga) y yo, estábamos subidos en el avión que nos llevaba a Barcelona. Una vez allí tuvimos la típica desorientación de aeropuerto, que si se va por allí, que dónde están los baños… Y acabamos saliendo por una pasarela larga a unas vías que se supone era el cercanías para ir hasta el centro de Barcelona. No recuerdo bien cual era la línea, pero sí que recuerdo que estando allí esperando a que viniera el tren, se oía hablar más en inglés que en español, un claro indicio de la gran cantidad de turistas extranjeros que pasan por la segunda ciudad más importante de España, después naturalmente de Madrid. El billete del tren cercanías nos costó cosa de 5 eurosy se supone que teníamos que hacer transbordo en una de las paradas de la línea, creo recordar que era cerca de la zona universitaria.

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Pero como en todos los viajes mi cabeza loca me tiene que jugar una mala pasada, nos bajamos en una parada antes de lo que tenía que ser, lo que hizo que perdiéramos 2 horas de nuestro corto fin de semana en Barcelona, caminando por calles no muy céntricas en dirección a alguna boca de metro que enlazara con Plaza Cataluña. Después de retomar el underground y llegar por fin a la Plaza Cataluña, buscamos la calle donde estaba el apartamento donde dormiríamos las dos noches. Llamamos al telefonillo y nos contesta una mujer en catalán, a lo que naturalmente respondo “lo siento, no hablo catalán” en un tono más de disculpa que otra cosa. Nos abrió la puerta y subimos a ver nuestra humilde morada. La mujer se llamaba Beatriz y he de decir que era catalana hasta la médula, pero muy maja ella. Nos dejó la llave de la habitación en la que íbamos a dormir, nos preguntó si habíamos ingresado el dinero en su cuenta bancaria y después de decirla que sí, se escapó del piso y nos dejó solos. Nos estuvo contando que normalmente tenía más gente en las otras habitaciones, pero que en ese fin de semana estaríamos solos, cosa que a nosotros realmente nos daba igual, porque no íbamos a estar mucho tiempo en el piso.

*Antes de seguir...

El couchsurfing es un modo barato (gratuito) de encontrar alojamiento en las ciudades que vas a visitar en casas de gente a la que no solo no le importa recibir gente, sino que le encanta recibir gente en sus casas. Suele estar muy bien, porque te ahorras un buen dinero en el alojamiento y sobre todo porque conoces gente nueva que seguro que te va a ayudar a conocer mejor la ciudad. A mi por ejemplo siempre me recomiendan determinados sitios que visitar, bares, museos, cual es la mejor forma para moverte por la ciudad… ¡Y quien mejor para darte esos consejos que alguien que vive en la ciudad durante todo el año! Es un término que utilizaré en algunas de mis entradas, ya que han sido unos cuantos viajes los que he hecho con este sistema de encontrar alojamiento. He de decir que dependiendo de qué países es más fácil encontrar este tipo de alojamientos, pero en Europa, sobre todo en países como Francia y Alemania, suele ser bastante fácil.

Y otra cosa que hay que saber, en este caso de Barcelona, es que además de su nombre original “Barcelona” y de “la ciudad condal”, también se le conoce con el nombre de “Barna”que no es otra cosa que quitar el “celo” a Barcelona (que mal queda eso jajaja). Esto es bastante útil en mi opinión, ya que en algunos trenes y cercanías en el cartel de la parada en vez de poner Barcelona en determinadas paradas pone Barna y para alguien extranjero o que no tenga ni idea, puede conducirle a un error importante.

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Al poner "Barna" en Google me ha aparecido esta imagen con todos los edificios simbólicos de la ciudad, ¡Me encanta!

Con la mochila hecha con lo imprescindible y justo después de comer, nos pusimos en marcha Marina y yo para ver por dónde empezábamos. Y por donde empezamos fue por acercarnos a la Plaza Cataluña y echar un vistazo detenidamente. Aquí he de hacer un inciso y decir que nuestra intención era visitar la ciudad en modo “expres”esto es, rápido y mal básicamente, pero es que si no no da tiempo a ver ciudades en tan poco tiempo.

Plaza Cataluña o Plaça Catalunya en catalán.

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En la Plaza Cataluña lo que me llamó la atención fue el gran número de palomas que había y la gran cantidad de personas que pasaban por allí. Nosotros lo que hicimos a partir de este punto se puede resumir en una palabra; andar. Desde que salimos de la Plaza Cataluña, empezamos a caminar durante toda la tarde por algunos de los puntos más emblemáticos de la ciudad. Nuestra ruta era Plaza Cataluña – Casa Batlló – Casa Graciá (La Pedrera) – La Sagrada Familia – Parque Güell. Nos vamos a ir deteniendo en cada uno de estos puntos.

La Casa Batlló nos asombró gratamente e ingratamente, por una y otra razón. Lo bueno que tiene es que la fachada es una maravilla y realmente resulta curioso ver una fachada así en una calle de tiendas y comercios tan importante como es el Paseo de Gracia.

Fachada de la Casa Batlló.

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Lo que nos asombró para mal, es el alto precio que había que pagar (y que hay que pagar) para entrar, ya que creo recordar, eran como 20 euros, eso sumado a la cola que había... Así que sintiéndolo mucho decidimos pasar a nuestro siguiente punto de destino después de hacer las fotos de rigor y dejar la visita por dentro para otro momento en el que tuviéramos mayor bonanza económica. Algo a destacar, es la alta concentración de turistas en un espacio realmente pequeño. Y es que en frente de la casa había una multitud de gente haciendo fotos a la fachada, al lado hay justo una estación y los coches pasan realmente cerca… lo que no se es cómo no vimos más de un atropello involuntario de algún turista demasiado centrado en coger la mejor foto. Como apunte informativo, la Casa Batlló la diseñó Antonio Gaudí, uno de los arquitectos más famosos de España y en concreto de Cataluña.

Seguiré hablando de Barcelona en la próxima entrada. ¡Hasta pronto!

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