Barcelona

Fui a Barcelona de viaje con mi novio en el 2011, así que os contaré mi experiencia en esta maravillosa ciudad.

Llegamos en avión desde Sevilla. Cuando aterrizó el avión buscamos el tren que te lleva a la ciudad. El aeropuerto es enorme, pero la parada del tren se encuentra fácilmente siguiendo la lína de color.

Al llegar decidimos comprar un mapa para encontrar nuestro hotel. Después de muchas vueltas porque nos perdimos, por fin lo encontramos. Y normal que no lo viéramos, porque el cártel con el nombre del hotel era super pequeño.

Se llamaban Apartamentos Europa, y resultó ser unos cuantos apartamentos dentro de un edificio enorme de apartamentos normales.

Habíamos decidio buscar un apartahotel para no gastar demasiado en comer fuera, y según los anuncios de internet parecía muy grande y estaba bien de precio, pero al llegar resultó ser bastante pequeñito. Aunque ahora que estoy viviendo en Amiens y he visto los apartamentos que hay aquí aquel era hasta grande comparado con estos jajaja.

Dejamos las maletas y nos fuimos a pasear. El primer día vimos el puerto, enorme con su gran cantidad de barcos, y el Aquarium, lo que nos entretuvo la tarde entera, ya que es enorme.

También vimos ese día la Catedral de Santa Eulalia y varias iglesias.

Antes de anochecer decidimos buscar un supermercado para comprar algo de comida para la cena y cosas básicas como pasta de diente, porque al no haber facturado maleta, había muchas cosas que no llevábamos.

Al día siguiente decidimos comprar unos tickets que venden para poder coger las diferentes líneas de autobús turístico. Nos pareció que merecía la pena, en lugar de coger tantos metros para acá y para allá y correr para poder verlo todo.

Y el bús turístico realmente mereció la pena. Al ser una ciudad tan grande no es sólo un bús, sino tres líneas que puedes diferenciar en un mapa por sus colores según la zona, la verdad que está muy bién hecho.

Conviene coger sitio en la parte de arriba, claro, que vas al descubierto y lo ves todo mejor, aunque en marzo y con el autobús andando hacía un poco de frío, sobre todo por las tardes.

Llevábamos los auriculares que te dan y puedes elegir escuchar lo que vas viendo en diferentes idiomas.

Además, al comprar el ticket este del autobús turístico te regalan un librito con diferentes descuentos en restaurantes y demás, algunos muy típicos como McDonalds. Y según la publicidad del bono, si los usabas todos, lo que te estabas ahorrando equivalía a más de lo que habíamos pagado por el ticket del bús turístico.

Efectivamente no los usamos todos, pero si que aprovechamos todo los que eran de sitios baratos de comida rápida jeje.

Desde el bús pudimos ver, que yo recuerde, la Casa Milá, la Casa Vicens, partes de la Sagrada Familia, que después visitamos a pie, claro, la Casa Batlló, La Pedrera, la Casa de les Punxes, las playas, el palacio de la música, el maremagnum, el palacio Güell, el mirador de Colon, el parque de Joan Miró, el estadio Campo Nou, el mercado de Sarriá, el parque Güell, la casa Vicens, la casa Fúster, el mercado de la Boquería, la Rambla, el museo de l´Erotica...

Por lo que veis el autobés tiene un recorrido perfectamente calculado para que lo puedas ver todo. Aparte de hacer el recorrido completo para escuchar la información sobre todo lo que veíamos por los auriculares, fuimos a verlo a pie mejor, claro.

Visitamos por dentro la Sagrada Familia, después de una larga cola, también pasamos el día en el parque Güell y comimos allí bocadillos sentados en un banquito, como hacen muchos turistas, y nos perdimos intentando encontrar al lagarto de colores jeje.

Otro día visitamos también el Hospital de San Pablo, patrimono de la humanidad por la Unesco, pero tuvimos mala suerte y resultó estar en reformas, así que sólo nos dejaron ver una parte bastante pequeña.

Por supuesto, paseamos bastante por la Rambla y vimos todos sus puestos de flores, quioscos, restaurantes... Me encantó cómo la gente expresa su arte de maneras diferentes a lo largo de la Rambla, como la cantidad de pintores y dibujantes que te encuentras a tu paso, así como las muchas personas que se disfrazan y hacen mimos y demás para recibir algún dinero.

Al acabar la Rambla, vimos también el mirador de Colón y el museo marítimo.

El último día cogimos el telesférico de Montjuic para poder disfrutar de una vista panorámica de la ciudad y admirar su fortaleza militar, que en su día sirvió para vigilar la entrada en Barcelona desde el mar.

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