La historia de cómo conocí Bangor

- ¡Que me voy a Bangor!

- ¡¿A Bangkok?!

-Bangor, mamá. En el norte de Gales.

Tal vez no sea conocido. Es un pueblo pequeño, costero, aislado, con no más de 15. 000 locales y con universidad. Pero ¿para qué engañarnos? Un pedacito de mí siempre permanecerá en esta metrópolis.

La travesía para llegar desde el aeropuerto de Manchester a esta localidad galesa es una aventura. Tres transbordos en Penrhyndeudraeth y otra paradita en Blaenau Ffestiniog (siento entorpecer la lectura). Intentar pronunciar Bangor correctamente para que el revisor me entendiera fue mi primer reto. Al llegar a lo que sería mi casa durante los siguientes seis meses, surgieron otro tipo de desafíos. Que si la fruta está muy cara; que si hay que pagar al casero; que si me gasto X dinero hoy, mañana no salgo; que a ver cómo quito yo esta mancha del pantalón… En serio, mamá, ¿cómo lo haces?

No solo se trataba de vivir independientemente, sino de convivir con personas de una cultura que difiere en muchos aspectos de la mía. Disculparse constantemente; cenar a las 7 de la tarde; tomarse un té cada dos horas... Yo he tenido el placer de vivir estas experiencias con mis tres compañeros de piso (británicos e increíbles). Nunca olvidaré sus caras de desconcierto cuando derramaba aceite en la tostada durante el desayuno. Y me decían que el aceite es very unhealthy. Hablemos de vuestro Roast Dinner y del British Breakfast, guys. A moment on the lips, forever on the hips. ¡Y qué más da estando de Erasmus! Un paseo hacia Penrhyn Castle y todo se pierde.

Puedes contar ovejas y narcisos mientras disfrutas del paisaje, pero no olvides la chaqueta. Igual llueve, igual sale el sol, igual graniza. Todo en un mismo día; pero no hay mal tiempo, solo mala ropa. A la vuelta te invade la sed. ¿Quién necesita agua teniendo pintas a una libra? Únete al Pub Crawl y charla en espanglish. Comprobarás que tu acento mejora después de una Guinness.

Relájate (pero no demasiado) y disfruta del Erasmus. Viaja, vive experiencias y compártelas. Sal, empápate (literalmente) de la cultura inglesa y deshazte de los prejuicios. Te aseguro que es el mejor souvenir que te puedes a casa.

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