La Venecia de Portugal en color
La llamamos “la Venecia de Portugal", ya que, exactamente como su nombre lo indica, se caracteriza por ser atravesada por barcos que llamamos góndolas, que permiten atravesar toda la ciudad a su largo y ancho. Se trata de una de las ciudades más bonitas de Portugal, que además presenta varias buenas comunicaciones con la capital, Lisboa, con Oporto, o al centro del país.
Entre otros encantos, es éste el que le da a Aveiro un importante turismo. Ya que, debido a su ubicación, no está lejos de grades ciudades. Se ubica a tan sólo una hora de Porto.
Llegada a Aveiro
En efecto, a partir de Oporto, podemos llegar a Aveiro gracias al metro urbano por solamente 3 euros por cada trayecto. También existe un autobús que se puede coger a partir de “Porto-Campanha” hacia Aveiro, para, por ejemplo, las personas que estén instaladas en Guimaraes, ya que no existen vías eléctricas directas desde Guimaraes hacia Aveiro. Todos estos medios son buenos para llegar y visitar esta preciosa ciudad. Para admirar y descubrir tanto sus bonitos monumentos como su arquitectura. Para conocer lo que llamamos “ la Venecia de Portugal” ya que es muy similar a la Venecia de Italia, por su río y su aspecto.
Visita en góndola
La primera cosa en la que pensamos al llegar a Aveiro, fue descubrir los bonitos barcos llamados góndolas portuguesas. Todo a lo largo del río, cuya extensión supone varios kilómetros, la ciudad es atravesada por éste, quedando dividida en dos partes. Para disfrutar de este trayecto, tenemos a nuestra disposición preciosos paseos en barco por solo 10 euros, que nos permite disfrutar de una muy buena vista de la ciudad.
A lo largo de este recorrido, podemos apreciar las casitas multicolores al borde del río principal, los museos y los edificios históricos, todos pintados de colores diferentes. Es esto lo que diferencia a la ciudad, ya que al ser tan colorida, le permite hacerse notar entre el resto, pero siempre conservando su estilo típicamente portugués.
Por otra parte, podemos también apreciar la cantidad de gente que va y viene por las orillas del río y sobre los puentes, que dan todavía más belleza al ambiente y proporcionan estupendos paisajes a la ciudad. Como en París, al igual que su puente de los amantes, aquí también tenemos los puentes que son testigos del amor de las diferentes parejas, ya que están ampliamente decorados de candados de amor, denominados puentes del amor eterno.
A proximidad del paseo en góndola, podemos apreciar las diversas montañas de arena fina, que son hoy en día montañas de sal. Y es que además de ser una preciosa ciudad, también permite la extracción de sal para la alimentación a partir del lago. En estas montañas vemos como se almacenan los kilos y kilos de sal blanca extraída del lago, antes de ser transportada a la fábrica que se ocupará de procesarla y después devolverla al público como sal apta para cocina. Esta producción es particularmente característica de las ciudades del norte.
Las góndolas pasan también cerca de la fábrica de cerámicas. Esta fábrica es muy conocida en términos históricos y constituye una obra maestra contemporánea debido a su arquitectura pintoresca y su edificio construido a orillas del río.
El parque de Dom Henrique
Aveiro constituye también un lugar donde podemos iniciarnos en especialidades culinarias diversas, o hacer picnics en familia, sobre todo en el parque Dom Henrique, que para mí, es una auténtica obra maestra: el color turquesa del río así como la exuberante vegetación y los diferentes tipos de almendros con sus flores rosas y blancas. Es encantador pasear y escuchar al río que atraviesa el parque, dando numerosos riachuelos a su paso. Incluso se ve también en este parque pequeños patos y sus criaturas que nadan tranquilamente y siguen a su mamá. Hacen del parque su casa, ya que incluso tienen sus nidos donde pueden descansar.
Justo en la entrada del parque, podemos apreciar una puerta magnífica, decorada con las plantas y un edificio decorado con mosaicos azules, formando paisajes excepcionales que cuentan muy bien la historia y la cultura del país, como la historia de los agricultores portugueses que trabajaban típicamente sus tierras ayudados por sus mujeres en las tareas de esa vida de labradores. Esta vida de granja y agricultura es más típica de todo el norte del país, así como sus trajes de faldas y fulares.
El parque de Dom Henrique es un parque muy especial para mí ya que es el más bonito que haya visitado nunca. Se trata de un parque que nos muestra una autenticidad única con un amplio río que sirve de ambiente y de hábitat para los patos, así como otros pájaros salvajes, que se esconden por todas partes.
Llama la atención el color del río, tan verdoso turquesa, debido a la existencia de las hojas de los árboles, que le dan ese aspecto tan increíble.
Caminando por el parque nos encontramos con sitios donde las familias se instalan para relajarse, tomarse un desayuno y disfrutar de un ambiente natural rico en olores, en parte gracias a la abundancia de flores por todas partes. Da casi la impresión de estar en un cuento de hadas, paseando por las pasarelas rodeadas de abundante vegetación.
Sobre todo en ambientes naturales como éste, la gente usa frecuentemente las bicicletas para desplazarse, con el fin de evitar la emisión de gases nocivos en la naturaleza y tener un gran gesto con el medio ambiente, en aras de una comunidad limpia y sana. En nuestra mano está también el asegurar el mantenimiento de los animales salvajes, dándoles de comer a los patos, que seguramente tendrán necesidad de comer y de alimentar a sus pequeños, ya que en este entorno no podrán estar muy bien alimentados.
Los picnics son una actividad de alta elección entre las familias, ya que el parque permite relajarse al máximo en un ambiente tranquilo y al aire libre.
El centro comercial y alrededores
Por último el centro comercial de la ciudad y la plaza donde se encuentra. Es aquí donde podemos ver la estatua de un antiguo rey de la ciudad y un precioso mosaico de piedras pequeñas redonditas, generalmente en colores negros y blancos, que gracias a los múltiples diseños refleja un poco la historia de la ciudad.
En este centro comercial, podemos darnos cita con algunas de las mejores actividades de la ciudad. Situado en el centro de Aveiro, su segunda planta permite disfrutar diferentes platos en sus restaurantes de la segunda planta, además de varias tiendas con multitud de artículos interesantes. Por ejemplo aquí es posible degustar la especialidad culinaria de la ciudad: los huevos “molhos”, una preparación de huevos crujientes y ligeros.
Desde la cima de este centro comercial, podemos obtener unas espectaculares vistas panorámicas de la ciudad, con los canales transitados por los barcos a un lado, y al fondo la naturaleza en su esplendor con sus montañas de sal. Desde aquí somos testigos del ambiente jovial y alegre entre los habitantes de la ciudad, que disfrutan de una atmósfera amistosa y agradable, que deja a los visitantes asombrados por sus maravillosas características y su ambiente romántico, exactamente como la ciudad italiana de Venecia y sus góndolas.
Una ciudad que baila al ritmo de los movimientos del río que discurre a lo largo de la calle principal y la actividad desencadenada de las montañas de sal extraídas de los lagos de la proximidad.
Galería de fotos
Contenido disponible en otros idiomas
- Français: La Venise du Portugal en couleurs
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Comentarios (2 comentarios)
Isabel Correia hace 4 años
Dear Maria and Fatma,
Congrats on your description about the city of Aveiro.
I just want to mention that even if Aveiro is known as the "Portuguese Venice", for the entioned reasons, the typical boats on the canals that cross the city are not called "Gondolas portuguesas" (the name "Gondolas"is only for the boats in Venice), but "Moliceiros", because initially, years ago, these boats were used by fishermen to get the "Moliço" from under water in the canals.
Isabel Correia hace 4 años
Also, the Aveiro speciality is a sweet not called "huevos molhos", but "Ovos Moles" (soft eggs, in English).