Alojamiento en Aber: Cwrt Mawr

Alojamiento en Aberystwyth: Cwrt Mawr

¡Hola a todos un día más! En la entrada de hoy hablaré solamente de mi residencia. Esta entrada le parecerá más útil a los que vayáis a ir a Aberystwyth, aunque no sea a esta residencia en concreto, ya que todas funcionan prácticamente igual, porque todas pertenecen a la universidad. Dicho esto, ¡empezamos!

“Cwrt Mawr”, que en español significa algo así como “Gran patio” y se pronuncia algo así como "curt mauer" (si es que al final… una aprende galés sin quererlo), fue mi residencia mientras estaba en Aber. Antes de irme, tuve que hacer un listado por orden de preferencia para escoger la residencia, y esta fue la que había puesto en tercer lugar, así que estaba más o menos contenta.

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En cuanto a las otras residencias, yo escogí como primera opción Pentre Jane Morgan porque me gustaba la idea de cómo eran las casitas: acogedoras y súper monas. Cuando me di cuenta de dónde estaban ubicadas, di las gracias porque no me había tocado. Pentre Jane Morgan (PJM) está situado en lo más alto de la más alta torre, segunda estrella a la derecha y todo recto hasta el amanecer. Lo prometo. Está lejísimos, una amiga nos invitó a una fiesta una vez y quedamos sin aliento cuando llegamos. Ya la cuesta que hay que subir desde la ciudad a mi resi es larga, enorme y odiosa, como para tener que seguir subiéndola. También tengo que mencionar a Seafront: es la residencia más cara de todas (también es la que más mola estéticamente, todo hay que decirlo), pero está en la ciudad, así que tiene sus ventajas y sus desventajas. Una de sus desventajas, por lo que he escuchado, es que es bastante fría, con vistas al mar (reflejado en el nombre), pero fría, además de que hay que sumarle el gasto adicional de subir en bus todas las mañanas a clase. De todas formas, aquí os aconsejo que vayáis a la página de la uni, para que veáis con calma todas las resis que hay.

Profundizando con Cwrt Mawr, mi residencia, pero no os lo imaginéis como un edificio enorme, no. Son pequeños bloques, pequeñas casitas que están repartidas por todo el campus. Cada bloque suele tener unos tres pisos. Las habitaciones pueden ser individuales o de dos personas; si son de dos personas, pagas menos, pero yo la prefería individual, más intimidad y estás más a tu bola. También puedes escoger si prefieres convivir con personas de tu mismo sexo o no. En mi caso me daba lo mismo, pero dio la casualidad de que en mi residencia éramos todo chicas. Nueve chicas para ser exactos: Dos españolas (Paula y yo), una de Austria, dos de Alemania, Australia, Corea del Sur, Países Bajos, EE. UU… Un popurrí, como se suele decir, una mezcla de nueve chicas escogidas al azar y ¡bum! De repente, conviven en el mismo bloque a pesar de sus diferentes costumbres, idiomas, horarios de comida… etc.

En términos generales, la residencia está bien, sin más. Es bastante cara para lo que realmente ofrece, pero "no hay otra cosa”, como quien dice (salvo que quieras buscar un piso en la ciudad). La habitación es bastante espaciosa: armario, mesa, cama, lavabo, radiador. La mía es así cómo os cuento, pero muchas veces se escuchaba el ruido de las cañerías y me costaba dormir. De hecho, al principio tuve que usar tapones para los oídos, pero llegó un momento en el que no servían para nada y a base de dormir todas las noches con ese ruido, me acostumbré. También me molestaba para estudiar y hacer los trabajos, así que estudiaba en la cocina. De todas formas, era la única que escuchaba las malditas cañerías, no os asustéis, ja, ja, ja. Seguimos, el retrete y la ducha son compartidos, además de que los gastos que conllevan (como papel higiénico o detergente) son comunes, salen de nuestros bolsillos. Importante: Tenéis que llevar vosotros vuestras propias sábanas y almohada, así que haced sitio en la maleta. La calefacción no está puesta todo el día, pero por lo general, no se pasa frío (aunque Paula tuvo que prestarme su manta para dormir durante los meses que estuve). En cuanto a la cocina, es bastante grande: dos frigoríficos, armarios para guardar la comida y otros para guardar los utensilios de cocina; una mesa grande con sillas y un sofá. En la cocina también se guarda el aspirador, que funciona los años bisiestos. Mi consejo es que os llevéis bastantes utensilios para cocinar: sartén, cubiertos, “pelazanahorias”, abrelatas… Por muy ridículo que suene, yo los eché en falta y tuve que usar los de mis compañeras, que los trajeron de milagro.

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Ah, otra cosa bastante guay de mi residencia (y de mi bloque en particular) es que quedaba al lado de un supermercado, muy útil, ya que si querías comprar algo no tenías que patear o cogerte un bus hasta la ciudad. Eso sí, este supermercado (CK’s) era bastante más caro que los de la ciudad como podían ser el Lidl o el famoso Tesco (que me encanta).

Siguiendo con el tema, en la residencia, cada una era responsable de mantener limpia la habitación y después, en conjunto, la cocina y el baño, así que decidimos hacer turnos de limpieza semanales para las zonas comunes. Las inspecciones de limpieza se realizaban cada X tiempo y nosotras las pasamos todas, jeje. Hay que tener cuidado, porque si no las pasas, tienes que pagar una especie de multa, tanto si tu habitación no está limpia como las zonas comunes. También hay que tener cuidado de no perder la llave de tu habitación, porque si mal no recuerdo, si la pierdes hay que pagar cuarenta libras, que se dice pronto. La residencia en sí es bastante segura, de hecho, una vez tuvieron la brillante idea de activar una alarma de incendios (era falsa, pero nosotras no lo sabíamos) y todo el mundo tuvo que salir fuera del edificio a las ¿siete de la mañana? Un caos. Gente con el jabón por el cuerpo porque estaba en la ducha, todo el mundo en pijama, casi desnudo, descalzo… Con un frío que pelaba, para que al final fuese un simulacro. Un show. Mejor no recordarlo.

Cwrt Mawr también ofrece servicio de lavandería y secadora. Hay que hacerse una tarjeta, cuesta 20 libras (por ahí, más o menos) y entre lavado y secado eran unas tres libras cada vez que la usabas, creo recordar. Lo que hicimos Paula y yo fue comprar una tarjeta entre las dos porque nos salía mucho más económico ya que las lavadoras son bastante espaciosas y las secadoras lo mismo, o sea, hay suficiente espacio como para meter la ropa de dos personas.

(Así lavaba, así, así).

También cabe destacar que durante las primeras semanas nos dieron una charla para que tuviésemos cuidado con el horno, el fuego, procurar que no nos dejásemos nada encendido, etc. De hecho, una vez una amiga se dejó el pescado en el horno, fuimos a hacer un recado y cuando se dio cuenta, volvió a la resi corriendo y estaba toda la cocina llena de humo. Por suerte, fue solo eso y no pasó nada, sorprendentemente ni siquiera sonó la alarma de incendios. De todas formas, todas estas advertencias y explicaciones están descritas detalladamente en la “Student’s guide” (o algo así, no recuerdo exactamente el nombre) que os envían por correo antes de que lleguéis a Aberystwyth. Mi consejo es que le echéis un vistazo, es bastante útil y resuelve muchas dudas.

Importante: Otra cosa que tengo que decir es que el contrato con la residencia es para el primer semestre, así que si alguno de vosotros tiene que irse antes (ya sea porque habéis acabado vuestros exámenes en Aber o porque, como era el caso de unas chicas de mi resi, tenéis que empezar las clases en vuestra universidad), decidlo porque os devuelven el dinero del tiempo que no estáis allí. Vale la pena porque es una buena pasta. ¿Me explico?

En cuanto a mi alojamiento, creo que está todo dicho. He pasado por los puntos que a mí me parecían más importantes a tener en cuenta. Y esto es todo por hoy, amigos. A los que os vayáis a Aber, espero que os haya parecido interesante y útil y a los que no, espero que os haya gustado. Si tenéis alguna duda, no dudéis en preguntar. Hasta el próximo post.

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