Las calles atenienses
Cualquiera que salga a dar un pequeño paseo por la ciudad, tanto por el centro como los suburbios, podrá apreciar las características singulares de cada barrio, que no son tan fáciles de aprender. Al principio, seguramente te parezca todo un entramado lioso de calles y avenidas, pequeñas y grandes, con nombres ilegibles y con la misma pinta que todas las demás, pero ¿ quién no se pierde al llegar a un lugar nuevo?
Lo primero que deberás saber es como se dice calle, avenida y plaza:
- Calle: οδός (odos)
- Avenida: λεωφόρος (leoforos)
- Plaza: πλατεία (platía)
En general, están indicadas así y con el nombre propio de cada una en carteles azules colocados en las esquinas.
Hay varias reglas que seguir en esta ciudad para no perder los nervios con simplemente bajar al supermercado, y tristemente la experiencia me empuja a haceros esta indicación.
Para dejarlo más claro, os diré lo mejor de pasear, y con qué tener cuidado y paciencia:
LO MEJOR
- Cercanía entre lugares: Atenas es una de las pocas ciudades en que verdaderamente todo parece que está cerca. Quizá es el entretenido viaje que hay que hacer hasta cualquier sitio, o el hecho de que la mayoría de lugares importantes se encuentran en el mismo área.
- Comercios: sin duda la mayoría de comercios que vas a encontrar son de comida y cafetería, así como pequeños mercados o grandes cadenas de supermarkets, pastelerías y panaderías. Seguramente no te haga falta irte muy lejos para comprar cualquier cosa. Así mismo, cada calle tiene sus tiendas características (la mayoría de dueños autónomos) de ropa, zapatos, electrónica, elementos del hogar, deporte, etc. u oficinas de otro tipo de servicios.
- No hay barrios peligrosos: en contra de comentarios que vayas a oír sobre algunos barrios centrales, te aseguro que no hay peligro verdadero en vivir o caminar en cualquier parte, la que mejor te venga. La peligrosidad de algunas zonas se atribuye a la mayoría de residentes inmigrantes y gitanos en ellas, así como la falta de cuidado y limpieza urbano que han dejado muchos edificios y locales vacíos, ocupados por gente pobre o sencillamente desagradables de ver. Sin embargo, Atenas es una ciudad muy tranquila sin altercados diarios, sin armas, y con más impulso social en pro de ayudar que de robar.
- Vida social: uno de los pros que personalmente me encantan de la ciudad es que nunca hay una calle vacía, sin alguien riendo o tomando algo, sea a la hora que sea, y casi nunca he sido molestada al caminar.
CUIDADO Y PACIENCIA
- El estado de las calles: es una pena, pero Atenas está rota. Las aceras son pequeñas y con múltiples baches, habiendo que caminar muchas veces por la carretera, más aún si están haciendo obras en algún tramo o si se trata de una callejuela muy transitada. No es tan complicado, ya que por calles pequeñas los coches suelen ir despacio, pero en zonas como Omonoia o calles grandes ten paciencia.
- Fast and Furious: la conducción griega no es la mejor del mundo, todo sea dicho, así que si eres peatón no asumas que respetar los semáforos va a servirte de mucho. En numerosas ocasiones, éstos ni siquiera existen, y hay que acostumbrarse al tránsito de coches y motos hasta por calles peatonales o aceras. Así que, por tu bien, recuerda esas palabras de tu madre y mira un par, o más de tres veces, a los lados antes de cruzar.
- Suciedad: sobre todo en el centro, la acumulación de basura por la falta de contenedores y papeleras hace que se vea mucha suciedad, lo que acaba dando un aspecto bastante oscuro a la ciudad. ¡Repito! Falta de contenedores y papeleras: es hasta un bien preciado encontrarlos al caminar, pues de veras que no abundan, por lo que ten siempre fichado un lugar donde poder tirar tu basura.
- Falling in the rain: Grecia está hecha para los bellos meses de primavera y verano, sol y calor que te invitan a recorrerla y comértela con los ojos. Y la capital no iba a ser menos, sin embargo, cuando llueve ten mucho cuidado. Las aceras no están muy habilitadas para este fenómeno, y resbalarse es más fácil de lo que crees (al habla la experiencia: dolió mucho). Por lo tanto, no olvides comprar unas buenas botas y ponerte las gafas de cerca al salir en un día nublado.
Hasta aquí, me parece que he generalizado lo suficiente. Hay ciertas cosas que me resultan algo neutrales, como los parques o la abundancia de árboles alrededor, que me parece que es como en cualquier otra ciudad (quizá abunda menos verde en general, pero se compensa con que los parques son naturales casi enteramente, ¡es como introducirse en un bosque!), aunque hablaremos de ellos en algún momento.
Debo decir que vivir en Atenas no me ha sido difícil nunca, y que uno se acostumbra a sus ventajas con una facilidad increíble, aunque haya que cabrearse un poco más de la cuenta con los conductores suicidas. Así que no te lo tomes al pie de la letra, vete preparado, ¡y descubre más detalles!
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