El jueves de la carne. Costumbres en Atenas

Antes de nada, me gustaría indicar que esta entrada la escribo un poco desde mi faceta de amante de la comida, de las delicias que cada cultura ofrece. El año pasado viví las fiestas griegas como visitante en casas de algunos amigos y por las calles, y una gran parte de ellas es el sentarse a la mesa junto a seres queridos. Sin embargo, cabe decir que la base de esta fiesta y de muchas otras es religiosa, con lo que no me identifico personalmente, pero mucha gente sí, por lo que si vienes recuerda respetarlo como costumbre tanto como una creencia.

Profundizar en las costumbres de la cultura griega es algo que personalmente me encanta, pues siempre hay algo por descubrir. Cada familia celebra a su manera, y tiene costumbres según las tradiciones del país. Por eso hoy me permito contaros una festividad que se celebró hace sólo un par de días, y que aunque haga frío compensaría un pequeño viaje hasta aquí para verla.

El cristianismo ortodoxo.

En Grecia la religión principal es el cristianismo, dentro de la rama Ortodoxa. Eso la ha llenado de iglesias pequeñas y muy coloridas por todas partes (islas, pueblos, ciudades, terrenos...). Dentro encontrarás iconos y frescos de estilo bizantino tanto antiguos como renovados. A mi siempre me recuerda a esas pocas pequeñas capillas románicas, protegidas, que quedan por España, por lo que tener tanta abundancia de templos así en la ciudad es algo que no puedo perderme, aunque no sea religiosa personalmente.

*La cantidad exhuberante de iglesias y capillas también se debe, no sólo a la devoción de la gente y el seguimiento de costumbres religiosas extendido, pero al detalle de que el Estado cobra menos a aquellos propietarios de territorios en que haya incluída una iglesia, un poco como le pasaba a España en tiempos y que aún se nos recuerda cuando vemos fincas privadas con una capilla propia.*

De todas formas, es verdad que la mayoría de la población, y aún con más intensidad en pueblos e islas, es devota y practicante, y quienes no lo son (como muchos jóvenes) aún siguen las tradiciones familiares relacionadas con la religión. Una de las celebraciones es la que os voy a contar: τσικνοπεμπτη, el jueves de la carne.

La cuaresma.

Como antiguamente se celebraba en muchas más naciones, la Cuaresma es el período en que los cristianos pasan los 40 días previos a la Pascua en ayunas de carne, en señal de respeto a la historia relatada en la Biblia.

Aquí aún se continúa celebrando, y son participantes la mayoría de los griegos, aunque la cuaresma no la sigan estrictamente todos ellos.

La festividad ocurre en este jueves, señalado en el calendario anual, en que la gente cocina todo tipo de carnes en planchas de barbacoa en sus casas, así como los establecimientos de comida lo hacen públicamente, en la calle. La tradición consiste en comer y cenar estos platos, debido a que durante el siguiente mes estarán privados de ello (para quienes lo sigan).

La costumbre es grandiosa ya que, en general, los platos que incluyen algún tipo de carne son muy comunes en la gastronomía griega típica (no todo son ensaladas y yogurt), algo que viene de antiguo y que está reforzado en parte por la cultura árabe que continúa influyendo en el país. Sobre todo se come cordero, pero la ternera, el pollo y el cerdo también se sirven.

Por lo tanto, un paseo por la ciudad durante este jueves tan especial no será equivalente a ningún otro. Te verás rodeado por el olor de la barbacoa que ponen en las esquinas y que viene de dentro de las casas, y podrás verlo y saborearlo por ti mismo si te acercas a cualquier establecimiento. Totalmente recomendable si eres amante de las carnes.

¿Y después?

Como os he dicho, después de todo el seguir esta tradición es privada y personal para cualquier persona, por lo que en los establecimientos públicos se sigue sirviendo carne con normalidad para aquellos que no lo realizan, así como se vende en cualquier mercado.

Tan sólo os recomiendo que os acerquéis aunque sea a verlo, a probar, y que os preparéis para la Pascua que llega en un mes y medio. Es la festividad más importante para la religión ortodoxa, y si creíais que habíais probado comida suficiente, entonces haced hueco para el fin de semana Santo. ¡Suele ser un auténtico festín!

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