Atenas: la ciudad blanca.

Llegué en Octubre de 2015, casi sin darme cuenta de que pasaría el año entero en un lugar que apenas recordaba de un viaje que había hecho hacía años. Pero no importaba, porque lo bueno de una experiencia así empieza siempre con la infinita cantidad de oportunidades de ver y comparar lo que no podías imaginar de antemano.

Si bien es cierto que hoy en día tenemos al alcance imágenes y relatos sobre cualquier parte del mundo prácticamente, a la vez tenemos la ventaja de acceder a ellos en menos de dos días y darnos de bruces con una realidad que no puede verse a través de una pantalla, un libro, o una voz. Es una ley de vida en el s. XXI muy extendida, lo sé, y entonces, ¿por qué iba yo a relatar mis impresiones si, hasta que no experimentes por ti mismo las tuyas, no entenderás a qué me refiero? Bueno, a parte de que tener información previa sobre un lugar nunca está de más, espero que aproveches la casualidad de leer esto como una herramienta más para levantarte cada día con un estilo de vida en el que compartir es un principio, y quizá incluso que llegues a animarte a venir a esta ciudad.

Primeras impresiones.

1. LUZ Y COLOR: Atenas es una ciudad blanca, construída al pie de una serie de pequeñas montañas. El color no sólo auyenta el calor que se cuela por sus recovecos 8 meses al año, si no que le otorga un brillo especial. Yo soy de Madrid, a la que he considerado siempre una ciudad de luz amarilla, debido a sus edificios antiguos y más oscuros que te dejan apreciar sus alrededores con un color más apagado. Sin embargo, Atenas refleja con grandeza la luz del sol, al que le gusta asomarse sin cesar, y que la sociedad aprovecha con grandes ventanales en sus edificios y comercios.

   

2. ESTRUCTURAS: Los edificios nunca son muy altos, y este es un detalle con el que la sensación de no estar en Europa se hace patente, sumado a su estilo de vida y elementos de sus calles de los que te hablaré más adelante. Madrid, París, Londres, Berlín...grandes capitales conocidas del continente llenas de grandes y emblemáticas construcciones, dejan Atenas a parte como si se tratase de un pequeño pueblo, donde se concentra la actividad del país. ¿Alguna vez imaginaste como sería España si la capital aún fuese Toledo? Así es como lo vi: un entramado de calles sencillas, algunas bañadas por el olor del mar, y otras en el regazo de la montaña, que rodean a un centro histórico antiquísimo. Aquí se sitúa el núcleo del turismo, y aún más profundamente, de la importancia de su base histórica.

   

3. CULTURA: Su característica de ciudad antigua no deja de ser cierta, pero no sólo por el motivo que te imaginas. Además de su pasado anciano, Grecia tiene una historia muy reciente bajo el mandato de el antiguo Imperio Otomano, lo que la ha empapado de una cultura muy cercana a la árabe y, más aún, a su vecina turca. Además, no podemos ignorar su situación geográfica en el Este, y aún más importante: en el Sur. Esto hace a su capital una ensalada perfecta de culturas europea, turca, árabe, balcánica, yaunque te suene sorprendente, latinoamericana. Estas características se aprecian en su imagen y en su gente, que detallaré en entradas posteriores, ya que lo fui descubriendo a medida que pasaba el tiempo.

4. CALLES: Lo que sí me impactó desde el primer día en que llegué, hablando a pie de calle y como una joven entonces completamente perdida, fueron sus calles estrechas y prácticamente desiluminadas. Es una característica, tristemente, aplicable a cualquier barrio de esta ciudad, y es que dada la situación política y económica en que se encuentra, parece que el mantenimiento de sus calles se ha estancado. Sin embargo, no me fue difícil encontrar una gran avenida donde la luz y la cantidad de gente alrededor alivió mi momentánea sensación de ir a perderme. Hay avenidas en todas las zonas, donde se concentran la mayoría de comercios y donde desembocan las callejuelas residenciales.

   

5. LA COSTA: El mar no da la sensación de estar cerca, pero realmente está a un tiro de piedra, y aunque sus playas no son ideales para bañarse como lo harías en Valencia, el transporte público te deja en la puerta de la costa, en frente de un cuadro vistoso de un paisaje marítimo. Casi parece que, tras 20 minutos en tren, te has trasladado por completo a otro lugar. El tranvía te hace un recorrido casi por toda la costa más cercana a la ciudad y, como he dicho, no lleva más de media hora alcanzarla.

   

6. TRANSPORTE: Hablando del transporte, desde el primer momento me agradó ver que no hay dificultad prácticamente en moverse por la zona del centro, por algunos barrios del Norte, y por la costa. Hay cuatro medios principales que detallaré más adelante: metro y tren, tren suburbano, tranvía, y autobús (bueno, y taxis, como en todas partes, ¡amarillos al estilo neoyorquino! ). Para una estudiante como yo, la facilidad de moverme por el centro y alrededores cercanos fue un problema menos del que preocuparme.

   

7. IDIOMA: Y seguí restando problemas cuando descubrí, pasadas unas semanas de algo de mala suerte, que hablar inglés, e incluso español, te permite comunicar con la mayoría de la gente en cualquier parte (sobre todo en comercios o centros donde presten algún tipo de atención). Teniendo en cuenta que el griego moderno es uno de los idiomas más difíciles a día de hoy, hasta que logré aprender y poner en práctica las palabras básicas del día a día, el inglés y el español me permitieron deslizarme cómodamente dentro de la sociedad y empezar a aprender de ella. También es común que la gente hable francés y alemán, que se imparte en numerosos colegios, pero el nivel de inglés y español es magnífico (comparado, con perdón, con el de España). Así mismo, existe un gran interés entre la gente por acoger a personas extranjeras de cualquier parte, compartir la riqueza de su historia y su país, y aprender de los que nos plantamos aquí a ver qué descubrimos. Supongo que tiene sentido, dado que Grecia se sustenta económicamente en el turismo, si fuesen agrios y cerrados, ¡nadie volvería! Y yo no seguiría aquí sentada, en una de sus cafeterías tan bonitas, a escribirte mis recuerdos.

¡Bien! Pues si he podido hacer un resumen de lo que guardo en mi memoria de hace año y medio, esto es lo que seguramente describí en mi diario (quizá con tonterías de por medio). ¿Preparad@ para adentrarte en los secretos de Atenas?

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