Fin de semana con Iacopo en Almería y Málaga, sobrevivir a larga distancia

Las relaciones a distancia nunca son fáciles

El año pasado, cuando estuve en Vietnam, fue una pesadilla en cuanto a la distancia, pero Iacopo y yo lo conseguimos. Vino de visita en noviembre y le enviaron a Malasia por trabajo en abril, así que nos vimos dos veces en los nueve meses. Con una diferencia horaria de siete horas, hablar era difícil. Mientras él terminaba de trabajar a las 4 de la mañana en el Reino Unido, yo me estaba preparando para acostarme para salir a las 7 de la mañana en la ciudad de Ho Chi Minh. Fue difícil decir lo mínimo, pero seguimos juntos, así que algo debe haber funcionado. Esta vez, estoy en España. Estamos mucho más cerca con una diferencia horaria de una hora y nos hemos visto cada 6 u 8 semanas. Obviamente preferiría verlo todos los meses, pero ni él ni yo tenemos suficiente tiempo libre. Almería no es el lugar más fácil o más barato para llegar, así que hemos tenido que llegar a un acuerdo.

Desde que me mudé en septiembre, nos hemos visto dos veces. Iacopo llegó a mediados de octubre, la semana después de la visita de mi madre. La semana siguiente, tuvimos un 'Puente', así que me fui a casa en una visita rápida de dos días.

Iacopo voló de Glasgow Prestwick a Málaga, donde alquiló un coche y fue a Almería. Llegó cuando yo estaba en el trabajo, así que paseamos hasta que terminé. ¡Fue tan agradable verlo! Salió a cenar esa noche y le enseñé la ciudad en la que aún hacía calor por la noche. El jueves y el viernes pasamos el tiempo en la playa y paseando por las bonitas calles de Almería. Fuimos a la'Alcazaba' antes de trabajar el jueves donde charlamos y vimos las vistas de mi nueva casa. Salimos a cenar con un grupo grande de otros profesores, lo cual fue genial ya que conoció a todos mis nuevos amigos.

El sábado, hicimos un viaje a San José. Como Iacopo tenía que conducir, aprovechamos la oportunidad para explorar la zona. Condujimos por la costa y pasamos el día en una linda ciudad disfrutando de mariscos y cervezas en la playa. Volvimos a casa y salimos a comer paella y a tomar algo con amigos. El domingo lo dejamos para recuperarnos del fin de semana y despedirnos. A pesar de que iba a ver a Iacopo la semana siguiente, nunca es fácil separarse de él.

El resto del mes de octubre pasó volando, el clima más frío azotó durante el mes de noviembre. Ese fue un mes divertido ya que el trabajo parecía ir rápido, pero el mes pasaba lento. Como tenía que ir de vacaciones, nunca tuve la oportunidad de volver a casa. Iacopo quería venir a visitarme pero nunca le quedaban muchos días de vacaciones y los vuelos eran excesivos. Simona, Oonagh y yo habíamos planeado un viaje de fin de semana a Málaga para ver las luces de Navidad.

Le dije a Iacopo que íbamos a ir e inmediatamente buscó vuelos para ver si podía unirse. El principal problema para él que viene a Almería son los horarios de aterrizaje de los vuelos. La mayoría de los vuelos de Escocia llegan demasiado tarde para que él pueda tomar el autobús a Almería o alquilar un coche porque la oficina cierra. Pero como estábamos todos en Málaga, podía llegar en cualquier momento. Consiguió un vuelo de ida y vuelta del sábado por la mañana al domingo por la noche. No era mucho tiempo, pero era mejor que nada, era feliz.

Nos encontramos en nuestro Airbnb, lo que fue bastante decepcionante. Había pedido específicamente dos habitaciones separadas para alojar a Simona y a Oonagh, y a Iacopo y a mí. El anfitrión del Airbnb, en cambio, entregó un juego de llaves para una habitación dentro de otra habitación. No era la privacidad lo que buscábamos después de dos meses, pero al final funcionó.

El fin de semana fue genial. Caminamos bajo el sol durante unas horas. ¡Hacía tanto calor y era diciembre! Los vaqueros fueron una mala elección. Tomamos algo de comida y bebida y salimos a conocer la ciudad. Ojalá hubiéramos hecho una excursión a pie, pero lo sabremos para la próxima vez. Nos relajamos por la noche y luego, después de un par de cervezas en el asqueroso Airbnb, llegamos al final de un concierto de Navidad y vimos el increíble espectáculo de luces en la calle Larios. Las tapas y las bebidas continuaron hasta la noche y pronto estuve lista para volver a casa.

El domingo nos tomamos nuestro tiempo para desayunar en una bonita plaza y disfrutar del sol. Luego subimos a nuestro coche de alquiler y nos dirigimos a Benalmádena.

Era una ciudad muy turística llena de turistas británicos de edad avanzada y la mayoría de los bares y restaurantes estaban llenos de pubs irlandeses con horribles ofertas de happy hour. Encontrar un restaurante auténtico fue difícil. A medida que pasaba el día, los demás encontraron un lugar para descansar mientras tenían resaca. Esto nos permitió a Iacopo y a mí tener tiempo para ponernos al día y charlar sobre el futuro. Teníamos que volver a vernos en Italia el 28 de diciembre después de Navidad, así que no estaba muy lejos. Vivir separados es difícil, pero hemos hecho planes para visitarnos y estamos seguros de que los próximos seis meses pasarán volando.

He decidido que el año que viene me mudaré a Glasgow con él, ya que un año en Vietnam y en España es suficiente. Tal vez es hora de que me sacrifique un poco por la relación. Sin embargo, han sido dos grandes años y estoy muy agradecida por su paciencia y compromiso. En comparación con Vietnam, España es una maravilla. Disfrutaré los próximos seis meses, pero no puedo evitar sentirme culpable por estar lejos de Iacopo, pero hasta ahora todo está funcionando.

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