Viviendo en una caravana
Buenas chicos, que tal?
Como ya os he contado en post anteriores, mi novio y yo alquilamos tres casas en Albufeira. Dos de ellas son de diferentes dueños que, por diferentes motivos no pueden llevar las reservas, así que yo las gestiono y me quedo con una comisión por cada alquiler. Pero la tercera casa es donde mi novio y yo vivimos el año entero.
El año pasado fue la primera vez que la alquilamos, así que durante unos meses nos fuimos a vivir a un apartamento más pequeñito de alquiler para así poder sacar un buen dinero en verano. Con lo caro que es el alquiler en Albufeira más los gastos de agua, luz, gas e internet, nos dimos cuenta que para el siguiente año teníamos que buscarnos algo más económico para que nos mereciera la pena. Así que durante el invierno me dediqué a buscar casas de alquiler, pero es muy difícil encontrar casas que se alquilen en verano de manera mensual.
Normalmente la gente las .alquila de octubre a junio para poder sacarle más dinero en verano alquilándolas por noche, al igual que hago yo. Sólo encontré un mini estudio sin ventanas y con una camia en la que si te tumbabas podías meter los pies en el fregadero de lo pequeño que era todo. Me recordó a mi época de buscar alquiler de erasmus en Francia, que sólo podía pagar el alquiler de pequeños apartamentos como ese. La otra opción era irnos a una casa compartida con más gente, pero tampoco encontramos ninguna teniendo en cuenta que vivimos con un perrito grande, vamos, un labrador, un minipig que hace bastante ruido dentro de un piso y cuatro gallinas.
Así que mi novio tuvo la fantástica idea, según él claro, de comprarnos una caravana y así ahorrarnos el alquiler de esos meses y tendríamos la caravana para viajar todo el invierno.
Lo primero que le dije es que viviera él solo en la caravana todo el verano y que yo me iba para Huelva a vivir con mis padres tan feliz en una cama de verdad y con un baño de verdad. Yo no soy hippy, ni me gusta el campo ni las aventuras en plan mochilero tirados en la carretera. A mí me encanta viajar, pero con hoteles programados y con un plan más o menos estructurado. De hecho, muy estructurado. Yo soy de las que planea un viaje de principio a fin, incluyendo los lugares en los que vamos a comer y los trenes o metros que tenemos que coger para no perder el tiempo estando perdidos o mirando un plano.
En fin, quedaban meses para el verano y yo tenía la esperanza de no encontrar una caravana que pudiéramos pagar o de poder ponerle pegas a todas las que mi novio encontrara.
Partiendo del punto de que no entendemos nada de nada de caravanas, o más bien no entendíamos entonces, nos pusimos a buscar caravanas de segunda mano en internet. No sabíamos ni que teníamos que buscar. Mi novio decía que nos valía con tener una cama de matrimonio, una cocinita y un baño. Pues ya empezamos mal, porque resulta que las caravanas normalitas no tienen ni ducha ni wc. De hecho empezamos a leer cosas como wc químico. ¿¿Pero que se suponía que era un wc químico?? Las que podíamos pagar no tenían ni wc ni ducha. Ya nos informamos un poco y vimos que era realmente raro que tuvieran ducha las de los años 80, que eran las únicas que nos podíamos permitir. El wc químico por lo visto era algo portátil que podíamos comprar en tiendas como Amazon, aunque era otro dilema saber cuál comprar.
Fueron meses de búsqueda y no encontrábamos nada que pudiéramos pagar y que estuvieran más o menos cerca de donde vivimos. De hecho, es que no encontrábamos ninguna ni en el Algarve. Un día encontramos una por un precio dentro de lo que queríamos gastar, bueno dentro de lo que quería gastar mi novio. Pero la verdad es que haciendo cuentas, la caravana nos costaba más o menos lo que nos gastábamos en dos meses de alquiler más gastos en el apartamento en el que habíamos estado durante el verano. Así que al menos no perderíamos dinero.
El único problema es que la caravana estaba en Elvas, una ciudad a la altura de Cáceres y mi coche no tiene bola para poder tirar de ella. Era la más barata con diferencia que habíamos visto en los últimos meses, así que no queríamos perderla, pero no encontrábamos forma de ir a por ella. Preguntamos a todos nuestros amigos y conocidos y ninguno tenía coche con bola para poder prestárnoslo. Llamé a todas las compañías de alquiler de coche y pregunté por todos los coches y furgonetas que tenían, pero ninguno te lo alquilaban con bola. Así que tuvimos que hablar con el dueño y decirle que por mucho que la quisiéramos no teníamos forma de ir a buscarla. El pobre hombre esa misma noche nos trajo la caravana de madrugada y llegó a las seis de la mañana a casa. Le pagamos más por el transporte claro. Sobre todo después de haber buscado cuánto nos costaba que nos la trajeran en camión transportadora, que era más caro que la caravana en sí.
Lo que hicimos fue dividir nuestra parcela, que es bastante grande, en dos, de manera que se quedara la parte donde está la casa para alquilarla en verano y otra parte independiente para colocar nuestra caravana recién comprada con su propio avance y estar separados de los inquilinos en verano.
Así que, una vez separadas dos parcelas dentro de nuestra gran parcela, colocamos la caravana al contrario de cómo estaba para estar mejor orientada y que nos cupiera el avance sin estorbarnos los árboles.
Lo primero fue elevar la caravana porque se supone que no es bueno que la rueda esté en contacto permanente con el suelo. Para ello la caravana trae sus propios gatos, cuatro para ser exactos, uno en cada punta. Uno de ellos se nos rompió al intentar elevarlo porque estaba muy oxidado, así que tuvimos que sustituirlo por uno de los que te venden para coche, que resultó más fácil de elevar que los demás, al ser hidráulico y nuevo. Aun así no se quedaba lo bastante alta como para que la rueda no tocara el suelo, supongo que porque nuestro terreno no estaba completamente llano. Así que tuvimos que colocar unos bloques sobre los que colocamos cada uno de los gatos para que quedara perfectamente recta y no quedarnos torcido cuando estuviéramos dentro.
El siguiente paso era montar el avance para darle estabilidad a todo y ver cómo podíamos organizar las cosas que queríamos colocar dentro y fuera, porque no teníamos claro ni cuánto medía el avance, sólo sabíamos que era de invierno, y ni siquiera teníamos claro qué significaba eso.
Sacamos todos los palos y las lonas y aquello no traía ni instrucciones ni un dibujito ni nada. Buscamos videos en internet y con eso nos hicimos una idea, porque sin haberlo visto ni montado antes no sabíamos ni por dónde empezar.
Una vez conseguimos colocar la estructura central lo demás resultó más fácil. De primera nos sobraban varios palos y mi novio decía que venían de repuesto por si alguno se rompía, pero hasta que no conseguí descubrir dónde iban no me moví de allí. La verdad es que el avance resultó mejor que la caravana para mi gusto. Estaba completamente nuevo y medía tres por cuatro metros, lo que nos dejaba un buen espacio para tener como una pequeña salita y poder respirar algo más que en la caravana.
Durante los meses de invierno fuimos colocando las cosas necesarias en el avance y en la caravana y llegó el momento de comprar un wc químico. Me metí en amazon y había montones de ellos muy similares, pero con precios muy diferentes y yo no conseguía ver la diferencia. Te hablaban de la capacidad en litros y yo no sabía ni por qué hablaban de dos depósitos diferentes.
Así que tuve que buscar información en un foro sobre caravanas, donde aprendí que existe un depósito de aguas limpias y un depósito de aguas negras. Además, aprendí que necesitaba diferentes productos químicos para la cisterna, para la descomposición y para el mantenimiento del wc. Empezaba a parecerme que con tantos gastos no nos salía tan barata la compra de la caravana. Y lo de tomar duchas de agua fría, por mucho que fuera sólo en verano, no me llamaba nada la atención. Por suerte, mi tío vive en la misma parcela en la casa de al lago y me ofreció su casa para ducharme cuando quisiera, pero tampoco quería ir todos los días a su casa, así que teníamos que buscar alguna solución.
Cuando llegó junio ya teníamos muchas reservas, pero no todos los días, así que cuando no había nadie en la casa volvíamos para dormir, comer y hacer vida allí. De momento era llevadero, pero cuando llegó julio y no teníamos ni un día la casa libre llegó el momento de afrontar que estábamos viviendo en una caravana.
Mi espalda, que ya de por sí está torcida como una “S” empezó a estar peor de dormir en colchonetas. Porque, para los que no lo sepáis, en las caravanas no hay colchones normales. Teníamos una mesa con dos sillones que se transforman en una cama de matrimonio colocando las colchonetas de los sillones como un puzle. Así que, después de una semana durmiendo allí a diario, decidimos comprar un colchón en condiciones para ponerlo encima de las colchonetas.
Eso ayudó bastante a mi desesperación de dormir en una caravana. Para poder usar el wc químico tuve que leerme unas grandes instrucciones y ya ni digamos el primer día que tuve que vaciarlo y limpiarlo. Había leído en los foros que al vaciarlo no olía mal porque el químico que lleva en el depósito inferior anulaba el olor y sólo dejaba olor a producto químico, pero no veáis si es mentira. No sólo huele horrible, sino que por mucho que descomponga las cositas que hacemos en el wc, no las descompone totalmente y da muchísimo asco, al menos a mí.
A las semanas de vivir en la caravana dejó de funcionar el grifo del fregadero y no podíamos fregar. Parecía que la bomba funcionaba bien. Teníamos un bidón de agua en el depósito de almacenaje de la caravana con dos bombas para el agua; una que llevaba el agua hasta el lavabo y otra hasta el fregadero. Tras comprobarlo todo, no sabíamos que era lo que no funcionaba. Mientras tanto, me sentía mejor al saber que estábamos ganando bastante dinero con el alquiler de la casa, pero no me sentía nada bien viviendo en la caravana. También me daba miedo que nos entrada cualquier bicho mientras dormíamos.
No conseguimos arreglar el grifo del fregadero, así que tuvimos que construir un fregadero exterior, que la verdad quedó bastante bien y nos solucionó muchas cosas porque era más fácil fregar fuera.
Por otra parte, también construimos una ducha exterior con un bidón verde muy grande encima lleno de agua. De esa manera, durante el día el calor calentaba el bidón oscuro y el agua salía calentita en la ducha. Le pusimos una pequeña alcachofa y, aunque mi novio estaba feliz duchándose sin ropa ahí en plan campestre, yo no me sentía cómoda, así que él me colocó una cortina que me permitía ducharme sin ropa con toda la intimidad del mundo.
Para cocinar utilizamos los dos fuegos de la cocina de la caravana, pero también compré un una hornilla eléctrica de un solo fuego que me permitió colocar más ollas a la vez en el fuego, porque con dos se me quedaba corto.
En el avance colocamos dos sillones, una mesita donde poníamos el portátil para ver algo por la noche y unos mueblecitos para almacenar cosas. Ah, y un frigorífico de tamaño normal porque con el de dentro de la caravana no nos apañábamos y además dejó de funcionar bastante pronto. Bueno, es posible que no supiéramos cómo se encendía. Se supone que hay dos formas diferentes de encenderlo dependiendo de si lo quieres utilizar con electricidad o con gas. Otra cosa para la que tuvimos que buscar un video en youtube para saber cómo se utilizaba, jajaja hemos sido bastante torpes en temas caravanas.
Y en general, esa ha sido mi experiencia. Cada problema que ha surgido lo hemos podido ir solucionando de un modo u otro. Aunque, en general me he dado cuenta de que no me hace especial ilusión vivir en una caravana.
Así que hemos pensado para el próximo verano comprar una auto caravana, que podamos mover de sitio cada día y amanecer mirando el mar. Y estamos en ese proceso ahora, así que ya os contaré.
Lo que sí me he dado cuenta es que, con el dinero que vale una caravana y, teniendo en cuenta que en países como Francia o Alemania son más baratas que en España y Portugal, podría haberme comprado una durante el año que viví en Francia de erasmus y me habría ahorrado un dineral en alquiler y ahora ya tendría una auto caravana.
Así que, para los que estéis ahora de erasmus, plantearos la idea, que en muchos países de Europa el alquiler es carísimo y esto podría ser una buena solución.
Os sigo contando en próximos post cómo va mi compra de una auto caravana, saludosss!!!
Galería de fotos
Contenido disponible en otros idiomas
- Italiano: La mia vita in una roulotte.
¿Quieres tener tu propio blog Erasmus?
Si estás viviendo una experiencia en el extranjero, eres un viajero empedernido o quieres dar a conocer la ciudad donde vives... ¡crea tu propio blog y cuenta tus aventuras!
¡Quiero crear mi blog Erasmus! →
Comentarios (0 comentarios)