Sólo pasamos un día en el hotel, pero la estancia fue genial. La situación del hotel es excelente, cerca de la estación de trenes y de autobuses y al lado del centro, lo cual hace que se pueda ir caminando a cualquier sitio. El trato del personal es magnífico, especialmente del chico, la chica es simplemente correcta, pero el chico nos trajo las maletas de donde las habíamos dejado guardadas, incluso nos las subieron a la habitación.
La habitación está muy bien, al igual que el baño: ambos muy limpios y con todo lo necesario (toallas, gel, peine, etc). Tiene calefacción aunque nosotros no supimos usarla, pero no se pasa frío (y eso que estuvimos en pleno invierno, en diciembre, y con el frío que hace en Albacete), y en todo caso, hay una manta en el armario.
El precio incluía desayuno buffet, que es muy completo y de buena calidad: fruta, bollería, cereales, café, leche, Cola Cao, tostadas, queso, jamón york, mantequilla, mermelada... Nos pusimos las botas :) Sin duda lo mejor de nuestra estancia en el hotel.
Lo único malo es que se oyen todos los ruidos, lo cual es algo molesto y le resta calidad. Incluso se podía oír cómo en la habitación de al lado le daban al interruptor de la luz, y además por la noche hubo un goteo continuo durante un par de horas que pondría a cualquiera de los nervios.
Si los papis van a visitaros es un buen sitio en el que alojarlos, ya que en Albacete no hay mucha oferta de hoteles y este está bastante bien en relación calidad-precio. Además, ya sabemos lo que disfrutan los padres pudiendo llevarse las cosas del buffet...