Ciervos, mar y mucha naturaleza en Aarhus.

Veréis, no me gustan demasiado los parques "temáticos" donde ves animales. Los cuidados de los animales en los zoos suelen dejar mucho que desear, así que en Madrid soy incapaz de volver a un zoo, y ya hace años que no piso uno. Personas que conozco me comentaron hace tiempo que son lugares como los Parques Naturales los únicos en los que, a pesar de que los animales están encerrados, viven en grandes terrenos en los que se sienten como si estuviesen en libertad. Por eso he querido escribir esto como una pequeña autorreflexión sobre el tema.

El caso es que ni siquiera sabía que en Aarhus había un parque natural y protegido donde habitaban ciervos salvajes en libertad y jabalíes en un terreno cercado para evitar posibles ataques a las personas que lo visitaran por la peligrosidad de los animales. Por ello cuando me dijeron que nos iban a llevar a un parque sorpresa pero que necesitábamos zanahorias, no tenía ni idea de lo que me esperaba.

Compramos un par de parquetes de zanahorias en el supermercado y cogimos el autobús que nos dejaría en una de las que actualmente considero que son las mejores y más bonitas zonas de toda la ciudad. Es una pena que estuviese a media hora de distancia en autobús, porque sino estoy segura de que nos hubiésemos pasado por allí los fines de semana. Nos gustaba tanto, que considerábamos que era otro punto turístico importante más allá del casco histórico de la ciudad, y las dos veces que vinieron a vernos desde Madrid acabamos llevando a nuestras visitas a pasar la mañana o la tarde a esta zona.

La primera vez que estuve en esta zona fue cuando decidimos ir a la playa con mis compañeros de clase, a finales de agosto, cuando todavía hacia el suficiente calor como para tomar el sol en bikini e incluso bañarse. Y es que la playa de Tangkrogen es una de las más visitadas de todo Aarhus, y como no es muy grande siempre que hacía calor estaba llenísima de gente. Además es justo allí donde se celebra el Food Festival del que también hablé en la entrada de eventos de Aarhus, la primera semana de septiembr de cada año.

Es una zona natural muy bonita que, a pesar de encontrarse en la zona donde viven las personas con mayor poder adquisitivo de Aarhus, parece haberse quedado fuera de la parte urbanizada de la ciudad. Parece estar en medio del bosque, y además el paseo de la playa está rodeado de césped donde las familias y los amigos suelen hacer picnics cuando hay buen tiempo.

Para llegar a la zona del parque natural hay que andar alrededor de vente minutos. Lo mejor es pasear por la orilla de la playa, y quizás hasta puedes tener la oportunidad de encontrar alguna estrella de mar en la orilla de las pequeñas calas que hay separadas por muros de rocas. El día que paseé por allí había estado lloviendo toda la mañana, así que todo estaba mojado y tampoco pudimos pararnos demasiado por allí.

De camino, justo a la entrada del llamado Marselisborg Forest nos encontramos un edificio bastante llamativo justo a orillas de la playa, el Varna Palace, que actualmente se utiliza para eventos y conferencias, y también para celebrar bodas. Es un edificio que parece enteramente un castillo danés como los que se encuentrar repartidos por el país, aunque este edificio es posterior a esa arquitectura, ya que se construyó a principios del siglo veinte. La verdad es que pilla de camino si vas a visitar el parque de los ciervos, así que seguro que tenéis la posibilidad de visitarlo si venís.

Pero bueno, esta entrada no es un tour turístico por mi zona favorita de la ciudad, así que a lo que íbamos, que es hablaros sobre el famoso Deer Park o Mindeparken, que acabé visitando al menos cuatro veces durante mi estancia en Aarhus, una por cada mes. Y es que este lugar es un parque en el que nada más entrar empiezas a ver a los ciervos correr por ahí y comer hierba. 

No nos vamos a engañar, es un lugar bastante turístico. Incluso el primer día que fui, que llevaba toda la mañana lloviendo y las nubes todavía indicaban que había muchas probabilidades de que nos volviese a caer el diluvio universal, estaba lleno de gente. Esto hace que los ciervos se hayan acostumbrado completamente a los humanos, algo que no es demasiado positivo teniendo en cuenta que se trata de animales salvajes.

Ellos saben perfectamente que si hay humanos, hay comida, por lo que solo acaban acercándose a ti si te ven sacar una zanahoria de la bolsa, sino, para ellos ni siquiera existes. Y así les pasa, que están gordísimos, muy sobrealimentados, porque no paran de comer ni un segundo. Pero claro, la gente va allí a ver ciervos, y si quiere verlos tiene que llevar comida, así que lo de darles de comer es algo que nunca acaba. Además, está permitido, al contrario que a los jabalíes, a los que no puedes dar de comer bajo ningún concepto.

La verdad es que caminar entre ciervos y tenerlos tan cerca impresiona bastante, sobre todo si se te acercan ciervos adultos machos con los cuernos bien definidos. Algunos hasta tenían los cuernos rotos y ensangrentados al haberse metido en peleas, lo que realmente te recuerda que siguen siendo animales salvajes, y que por mucho que les estés alimentando, siempre te arriesgas a que pueda haber algún percance.

Pasear por la zona es muy relajante, porque a pesar de la gente que hay, hay muchos rincones para alejarte un poco, descansar y sentir que estás en medio del bosque, porque realmente lo estás. Además en algunos puntos hay mesas de picnic, así que si hace bueno puedes hacer como hicimos nosotros uno de los días que fuimos y llevarte tu comida para pasar allí el día, que te apetecerá estar fuera mientras el tiempo te lo permita.

Hay un lago donde puedes ver nadar a un montón de patos que van picando de todo lo que les sobra a los ciervos, tanto zanahorias como cualquier otra fruta que se les caiga de la boca y llegue hasta la orilla del lago. También allí podréis ver a bastantes ciervos, sobre todo los que aun son pequeños, acercarse a la orilla a beber agua. Y si salís un poco del sendero del parque, que es donde se encuentran los ciervos más hambrientos, podréis ver algunos refugios de madera que también son bonitos y también a los ciervos más rezagados.

Y cuando salgáis del parque, siempre podéis pararos en el famoso muelle de Ballehage Strand, la continuación de la playa de Aarhus de la que hablé antes. Desde aquí los daneses más valientes se tiran al mar Báltico tanto desnudos como en bañador sin importar la estación que sea o el frío que haga. Será muy bueno para los huesos, pero no iba a bañarme yo en ese mar en pleno Diciembre ni loca...Hay duchas para después del baño e incluso vestuarios para toda la gente que hace piragüismo a lo largo del año, todo muy completo. Admemás muy cerca hay un hotel, así que es posible que por aquí veáis a bastantes turistas que se acercan a echar unas fotos o ver el mar desde muy cerca.

Además, si os acercáis al borde del muelle y tenéis mucha suerte (más que yo) es posible que veáis alguna ballena o algún delfín a lo lejos saliendo a la superficie. Mira que siempre que estábamos por la zona lo intentábamos, pero al final fuimos incapaces de ver ninguna...Pero desde allí tienes unas vistas maravillosas, así que merece la pena acercarse hasta el final aunque solo sea para sentarse en los bancos que hay y respirar el olor a mar.

En definitiva, que es una visita que debería ser obligada si estás viviendo er Aarhus, si vienes de visita o si te vienen a ver a ti pero no sabes dónde llevar a tus visitas después de haber visto la ciudad en un par de días. Resume bastante bien el concepto de mezclar naturaleza y ciudades urbanizadas de todo Dinamarca. No hay duda de que es el mejor sitio para respirar aire puro, ver el mar de la forma más bonita y además, estar en contacto directo con animales salvajes.

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