nómadas por naturaleza

Creo que todos tenemos un nómada dentro. Lo de convertirnos en sedentarios mola por eso del ganado etc. que yo he hecho el camino de Santiago y eso de andar tanto todos los días cansa al final. Sin embargo, algunos nos rebelamos contra ese desliz que tuvimos en contra de nuestra naturaleza y somos los llamados "trotamundos" (o culoinquietos, como dice mi madre). 

Lo digo por ese sentimiento que he tenido siempre dentro de mí, esa especie de ansiedad que me empujaba a coger el tren e ir sola a visitar pueblos alrededor del mío, cada vez más lejos a medida que mi independencia como hija única aumentaba. No es que no me guste mi ciudad natal, Donostia, de hecho es preciosa, al lado del mar y todo eso. Pero al final, sobre todo en Bachiller, me terminé agobiando, de todo y de todos.

No me gustaba salir a comprar pan y cruzarme con 4 personas que NO me apetecía ver. O que al final siempre saliesen los mismos planes con los amigos. O que mis padres no afrontasen el hecho de que estaba creciendo y que ya no era una niña. Por eso cuando conseguí entrar en la UAM, Madrid, me alegré como nunca antes lo había hecho.

A veces pienso que pasa algo malo conmigo, ahora que llevo 3 años viviendo en Madrid, empiezo a sentirme como antes en Donostia. Me gustaría creer que con el tiempo me serenaré y que al final podré asentarme, pero en el fondo sé que soy una trotamundos, una especie en extinción que vamos dando tumbos por el mundo (y por la vida) intentando hacernos un hueco en alguna parte. 

Hasta entonces... maleta en una mano y pasaporte en la otra.

Galería de fotos