¿Cómo elegir una residencia universitaria? Encuentra la vivienda estudiantil perfecta

Antes de empezar a evaluar las ventajas y desventajas de vivir en una vivienda para estudiantes, primero debemos conocer las diferentes opciones. Aunque la variedad de tipos y estilos de alojamiento es grande, en general todos pueden clasificarse como residencias universitarias (también conocidas como viviendas para estudiantes), colegios mayores o pisos compartidos.

Algunos os preguntaréis: ¿pero no es lo mismo una residencia universitaria que un colegio mayor? Hay gente que utiliza estos dos términos para referirse a lo mismo, pero es conveniente distinguir entre ambos. En realidad son dos tipos de alojamiento estudiantil muy diferentes. Empecemos con las residencias universitarias.

¿Cómo elegir una residencia universitaria? Encuentra la vivienda estudiantil perfecta

Residencias universitarias

Las residencias universitarias se podrían considerar como una especie de hotel para estudiantes. Duermes ahí, e incluso puedes comer ahí (lo normal es tener pensión completa). Para lavar tu ropa, tendrás una sala de lavadoras, o mejor aún, un servicio de lavandería, donde dejas en una bolsa la ropa sucia, y te la devuelven limpia y planchada.

La calidad de las habitaciones y de las instalaciones puede variar desde un palacio real hasta una casa de campo, pero el objetivo principal de todas es el mismo: mantenerte protegido y abrigado cuando llueve. Además, te permiten comer y ofrecen servicios de limpieza de la ropa y del baño (algo fundamental, sobre todo si compartes la habitación).

Colegios mayores

Un colegio mayor es como una residencia universitaria, pero existe una diferencia esencial entre ambos. Mientras que la típica residencia de estudiantes se limita a ofrecerte un lugar donde vivir, estudiar, comer y ver la tele, el colegio mayor está también implicado en proporcionarte "una formación cultural y, muy frecuentemente, ética, que complemente los conocimientos adquiridos durante la carrera", por decirlo de alguna manera.

Si estás pensando "puaj, vaya chiste", déjame traducir "aprendizaje cultural y moral" a términos más adecuados. Me refiero a competiciones deportivas entre colegios, sesiones de cine, representaciones teatrales, concursos de arte y música, conferencias de personas conocidas, campañas benéficas, entre otras muchas... Y todas son organizadas, dirigidas y realizadas por los mismos estudiantes. Es decir, ¡por ti!

Cada una de estas actividades con tus compañeros, además de ser muy divertidas, sirven para formar un grupo. Si hablas con estudiantes que viven o han vivido en un colegio mayor (te aconsejo que lo hagas), te darás cuenta de que muchos de ellos piensan en su colegio mayor como si se tratara de su madre. Algunos pueden incluso llorar recordando su paso por allí. ¡No es broma! Bueno, quizás haya exagerado un poco.

Ahora que he explicado la gran diferencia entre las residencias universitarias y los colegios mayores, debes saber que eso no es para siempre, y en ocasiones, no nos conformamos con lo que tenemos, pensando que lo de otra persona es mejor. Hay residencias universitarias con características de colegio mayor, y colegios mayores que no cuentan con las instalaciones adecuadas o no están bien organizados, por lo que pueden parecer residencias universitarias. Pero, en general, son muy diferentes la una de la otra.

Llegados a este punto, aunque tuvieras claro desde el principio dónde preferirías vivir, por poner un ejemplo, en una residencia, tendrías que decidir en cuál. "¿Acaso importa?" Respuesta incorrecta. No hay dos residencias, y menos aún, dos colegios mayores, que sean iguales. Si quieres aprovechar al máximo tus años universitarios como mereces, tendrás que dedicar mucha energía a explorar las residencias universitarias y los principales colegios mayores para determinar dónde vas a poder ser más feliz.

Si tu universidad es pequeña o su campus está alejado, es posible que no tengas muchas opciones. En Alicante, te recomiendo la residencia universitaria RECTOR 3, en la Universidad de Alicante. Por otro lado, si optas por una gran universidad en una ciudad grande, es posible que tengas tal variedad de alojamientos entre los que elegir que no sepas ni por dónde empezar. La Universidad Complutense de Madrid, por ejemplo, tiene más de cuarenta grandes centros afiliados. Sin embargo, cuando empieces a analizarlos más a fondo, descubrirás que cada uno de ellos es diferente, y que habrá algunos que serán más adecuados para ti que otros.

Aquí hay algunos requisitos que debes tener en cuenta. Cada persona tiene sus prioridades, y seguramente tu tendrás ciertos criterios que no están incluidos. Haz una lista de ellos y tenla en cuenta mientras estudias las diferentes opciones.

¿Alojamiento mixto o masculino/femenino?

Muchas residencias universitarias y colegios mayores pueden ser mixtos, masculinos o femeninos. No hay ninguno que sea mejor o peor, simplemente son diferentes. Y, si piensas que los de un único género son aburridos en comparación con los mixtos, te equivocas. Habla con gente que vive allí y lo comprobarás.

¿Cómo elegir una residencia universitaria? Encuentra la vivienda estudiantil perfecta

Las reglas del juego

Cada residencia tiene sus propias normas, pensadas para facilitar la convivencia y garantizar la seguridad de los residentes. Sí, colega, hay normas. Pero somos espíritus libres, y por eso tienes la libertad de elegir el lugar con cuyas normas estés más de acuerdo (o, si eres pesimista, con aquellas que te molesten menos). ¿De qué tipo de normas estamos hablando? Algunos ejemplos:

  • Ruidos fuertes. Algunas residencias y colegios mayores tienen horas en las que se debe guardar silencio. Esto puede afectarte si te gusta poner música a todo volumen, o incluso tocar la trompeta, o bailar flamenco.
  • Invitados. Pueden existir normas que limiten quién puede entrar en el edificio y a qué hora, y especialmente, en las habitaciones. Hay un poco de todo, desde edificios en los que no puede entrar absolutamente nadie más que las personas que viven en ellos, hasta lugares por los que puede pasar quien quiera a cualquier hora del día, o incluso de la noche.
  • Toque de queda. Algunos sitios van un paso más allá y limitan cuándo puedes entrar y salir. ¿Prefieres tener libertad sobre cuándo entrar y salir, o tal vez prefieres la tranquilidad de saber que tu compañero de piso nunca te despertará a las tantas de la mañana volviendo de fiesta?
  • Tus cosas. Algunos lugares limitan las cosas que puedes tener en tu habitación. No hay duda de que esos petardos deberías dejarlos en casa. ¿Pero ese calefactor eléctrico? ¿Tu póster de El Fary?
  • ¿Eres fumador? Si no fumas, puede que prefieras un alojamiento donde no fume absolutamente nadie.
  • Las instalaciones. ¿Te gustan? ¿Los baños son privados o compartidos? ¿Hay internet en cada habitación? ¿Qué instalaciones deportivas hay?
  • La vida. Si se trata de un colegio mayor, el hecho de formar un grupo marcará la diferencia entre ser una habitación más, y una experiencia que puede cambiarte la vida. ¿Te inspira ganas de llorar de alegría o te hace sentir indiferente? ¿Los residentes están unidos o son distantes? La mejor manera de averiguarlo es hablar con personas que viven allí.

¿Piso compartido o residencia de estudiantes?

Si estás inmerso en el cosmos del alojamiento estudiantil, vivir en un piso compartido es como vivir en la frontera entre la universidad y la temida "vida real". Entre las grandes diferencias, en un piso nadie pone reglas. O mejor dicho, las reglas son las que tú mismo te pones y las que acuerdas con tus compañeros de piso.

Puede parecer guay, pero también es una enorme responsabilidad. No habrá nadie que te diga cuándo tienes que estar en casa, pero tampoco habrá nadie que te prepare la comida. Y nunca, en ningún caso, es sencillo estar conforme con tus compañeros de piso. En un piso hay bastantes más cosas que te pueden hacer sentir incómodo que en una habitación de una residencia de estudiantes.

Una de las cosas que suele provocar mayor tensión es la limpieza. ¿Quién limpiará el baño y con qué frecuencia? (Recomendación: al menos una vez a la semana, sea quien sea). ¿Hay que lavar los platos sucios de inmediato o se pueden dejar para "mañana"? Otro de los puntos de debate que surge a menudo es el del dinero. En un piso hay gastos compartidos. Además del alquiler, hay que pagar la calefacción, el internet, los productos de limpieza, y otras cosas. Basta con que una persona no pague a tiempo, aporte menos o consuma más que los demás para que haya un enfado.

Dicho esto, si fuera imposible vivir felizmente en un piso compartido, nadie lo haría. Sí, requiere una enorme responsabilidad y capacidad de compromiso por tu parte y, también, por parte de tus compañeros de piso. Aprenderás mucho sobre la convivencia, quizá más que en una residencia de estudiantes, y la independencia que te puede aportar, puede ser realmente gratificante. Pero voy a darte mi opinión. Si puedes, sobre todo en el primer año, vive en una residencia de estudiantes o en un colegio mayor.

Te darás cuenta de que la vida universitaria va mucho más allá de las clases. Una pieza esencial que te llevarás después de tus tres, cuatro o cinco años en la universidad son las amistades que has hecho, y las experiencias que has vivido fuera de las aulas. El primer año es cuando se entablan algunas de las mejores amistades. Puede que no haya otro momento en tu vida en el que puedas conocer a tantas personas nuevas de tu edad, todas ellas con ganas de hacer nuevos amigos.

En las residencias de estudiantes, estarás en medio de este foco de gente, ideas y energía. No es que vivir en un piso signifique estar fuera, pero se pierde ese contacto inmediato e incesante.

¿Cómo elegir una residencia universitaria? Encuentra la vivienda estudiantil perfecta

¿Cómo encontrar el alojamiento de tus sueños?

Empieza a pensar en las características que te gustaría que tuviera tu alojamiento ideal. Al mismo tiempo que miras las diferentes universidades, investiga los alojamientos que tienen a su alrededor. Pide información sobre la universidad y, del mismo modo, pregunta si pueden darte información sobre su alojamiento. A menudo, hay casas privadas para estudiantes que puedes consultar.

Si puedes visitar la universidad, aprovecha para hablar con los estudiantes y conocer su opinión sobre las diferentes opciones de alojamiento. Hay que mantener la mente abierta. Tal vez un estudiante te cuente una experiencia, o incluso te dé algún consejo, que te haga replantearte algunos de tus criterios.

Sea cual sea tu preferencia, vivir en un piso, en una residencia de estudiantes o en un colegio mayor, mi mejor consejo para la búsqueda es el mismo. ¡Mira con antelación! Si es posible, en el tercer mes del año, pero sea como sea, hazlo siempre antes de hacer la prueba de acceso a la universidad. Todas las residencias de estudiantes e instituciones importantes tienen un espacio limitado, y no serás el único que encuentre su lugar ideal, y que luego esté lleno. Los mejores lugares se ocupan rápidamente, y si esperas demasiado, acabarás en un piso caro o cutre, o incluso en un piso que sea ambas cosas.

El lugar donde vivas tendrá un gran impacto en tu experiencia como estudiante de primer año en la universidad. Dedica el tiempo necesario para hacer una buena elección y lo agradecerás cuando empiecen las clases.


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