Tú a Benidorm y yo a California

CAPÍTULO SEGUNDO

Que trata de la primera salida (not really) que de su tierra hizo el ingenioso don Valera

Hechas, pues, estas gestiones comentadas en el capítulo primero, no quise aguardar más tiempo a poner en efecto mi pensamiento, apretándome a ello la falta que pensaba que hacía en la costa californiana mi presencia. Había en San Francisco muchas sinrazones que entender y aventuras que vivir. Sin más tardanza me armé de todas mis armas (portátil, cámaras, libretas, mudas) y partí en búsqueda del pájaro metálico que me llevaría al otro lado del charco…

Pero antes debía seguir unos pasos imprescindibles:

1. El primer paso fue contactar con la agencia, hacer los pagos de reserva del curso y familia de acogida.
2. El segundo paso fue estudiar el tema de las visas y decidirme por el documento ESTA del que hablé en el capítulo anterior. Aquí hubo un inconveniente la mar de majo. Mi pasaporte estaba caducado y me iba en dos semanas. Intentad renovar el pasaporte en Benidorm en pleno agosto y veréis por qué es un inconveniente. Vamos que la cita previa me la daban a tres meses vista. Imposible. Pregunté si podía hacer cola, me engañaron. Fui como un tonto a las cuatro de la mañana a hacer cola para que cuatro horas después dieran cinco miserables números y me tuviera que volver a casa… Mi desesperación iba en aumento hasta que Fortuna giró a mi favor de nuevo… un familiar tenía una cita y finalmente no la iba a usar, así que fui a Alicante y pude renovar el pasaporte in extremis y terminar con la maldita burocracia por el momento.
3. El tercer paso, una vez tenía claras las fechas del curso, fue encontrar un billete de avión con tan poco tiempo a un precio razonable. Sólo hay una manera de hacer esto. Las temidas escalas (chan chan chaan de telenovela). Docenas de ellas, con recorridos ilógicos entre una y otra: Milán – Barcelona – Londres – China - Un barco que cruza un canal lleno de piratas– Nueva York –– Bici hasta una colina – Aeroplano hasta un túnel de fuego bajo un lago infestado de pirañas esquizofrénicas y finalmente San Francisco. Algo así fue lo que reservé para que el precio se quedara en setecientos y pico euros (eso sí, la ida y la vuelta, que no estamos tan locos). Vosotros mirándolo con tiempo podéis gastaros fácilmente doscientos euros menos.
4. El cuarto paso fue buscar un seguro médico privado para que me cubriera durante mi estancia allí. Pero yo no fui conocedor de este paso hasta que estaba allí, cruzando un barranco por encima de un tronco en el Parque Nacional de Yosemite y una amiga me gritó: -Menos mal que tenemos seguro privado jajaja No puedo describir la cara que puse en ese momento, pero debieron darse cuenta de que era el único que no había contratado ningún seguro médico porque se lanzaron sobre mí como si fuera uno de los protagonistas de Crepúsculo en un instituto y me sacaron de aquella trampa mortal en segundos. Así es, viviendo al límite. Tres semanas allí sin seguro médico (no os lo recomiendo, una vez lo sabes, hasta bajas con miedo las escaleras, dejas de comer pan de barra por miedo a usar el cuchillo y te alimentas a base de sopa y ramen calentado en el microondas por miedo a quemarte en los fogones o a que te salpique aceite).
5. El quinto paso fue pensar cómo iba a llegar hasta Madrid, de donde salía mi avión (el primero de tantos que iba a tener que coger). La opción fue el bus, después de barajar precios y tener una dura negociación con un empleado del AVE:

YO: -Buenos días, quería saber… ¿Cuánto cuesta el billete de Alicante a Madrid?

SIMPÁTICO EMPLEADO (S.E.): -¿Día y hora?

YO: -Es… domingo y son como las cinco y media

S.E.: -Día y hora que quiere el billete

YO: -Ah jaja. Pues… el sábado y la hora como para llegar a Madrid a las ocho y media de la mañana…

S.E. :  Unos 40 euros

YO: -¿No hay algo má…

S.E.: No

YO: -Ok (pronunciado “oc”)

Así que me decidí por el bus que además me dejaba en Barajas directamente (o eso creía yo, en realidad te hacen esperar casi 40 min en la estación sur y luego otro bus te deja en el Aeropuerto, pero te lo venden como Benidorm-Barajas T4).

El sexto paso una vez todo estaba listo era el más jodido… Y muchos lo conoceréis bien. Me enfrentaba a la maleta vacía y la incertidumbre ante el armario…

Y esa noche finalmente llegó. La noche en que tenía que plantar cara a la maleta. Ese gran momento antes de un viaje cuando todavía no has hecho la maleta y cuentas las horas que te quedan para salir. Siempre acabas sacrificando horas de sueño, eso es así. El pensamiento seguirá un patrón más o menos estable a lo largo de tu vida como intrépido viajero que vive al límite el día antes de realizar un viaje. Será el siguiente:

8:00 a.m. Tengo todo el día por delante, y mañana es el gran día, qué ilusión, qué nervios, me voy a América. Qué bien, voy a desayunar y me pongo con el armario a ver qué me llevo y lo dejo todo listo.

10:00 a.m. Un buen y último desayuno hasta dentro de casi un mes. Bueno antes de comer voy a ver si dejo hecha la maleta y una cosa que me quito de encima y me pongo a ver si tengo todos los papeles que necesito, el pasaporte y demás…

11:00 a.m. Una partidita al Candy Crush (o ponga aquí su juego-droga favorito) y me pongo a ello

12:00 p.m. Voy preparando algo para picar de almuerzo…

13:30 p.m. Uff casi la hora de comer ya, después de comer me pongo con la maleta

15:00 p.m. Una siestecita revitalizante y al lío…

17:00 p.m. Voy a mirar por Internet qué tiempo hace allí… qué suele llevar la gente…

20:00 p.m. (Después de haber pasado las tres últimas horas en Facebook, viendo fotos, o pasando por videos random de Youtube hasta acabar viendo alguno de gatos, bebés, o caídas de personas con sobrepeso y musiquilla punzante de fondo sin saber cómo ni por qué) Las 20:00 vamos a ver qué tenemos por aquí… te lanzas a meter tres pantalones y dos camisetas

20:05 p.m. Llega tu madre. ¿Que todavía tienes así la maleta? Pero por el amor de… si es que no se te puede dejar hacer ná… siempre a última hora… todo a última hora… luego pasa lo que pasa… el pasaporte caducado… la maleta sin hacer…

21:30 p.m. Madre: -Si al final si no lo hago yo… si fuera por ti te ibas sin ná ¿verdad que sí?

Yo: -Mamá no creo que las albóndigas me las pasen en el aeropue…

Madre: -Una maleta se hace con 48 horas de antelación. No te lo tengo que decir yo, lo tendrías que saber ya... es más ya te he puesto ahí lo que tienes más decente elige a ver qué te llevas que bastante te he hecho ya…

22:00 p.m. Hora de cenar

23:00 p.m. Faltan tres horas para coger el bus.

Y ahí es cuando dices: “Bueno, ya dormiré en el bus” (jajaja pobre insensato). Mal-haces la maleta y te despides de la comodidad del hogar con la sensación de que olvidas algo (y seguramente olvidarás algo porque eres un fucking disaster)…

Rumbo a California bitches!

Galería de fotos