Host Family in California!

CAPÍTULO QUINTO

Que trata de la llegada, descubrimiento y asentamiento en su nueva morada en los Estados Unidos

Llegó el momento de ver la zona en la que iba a vivir durante tres semanas en California, América. Un barrio un tanto apartado del centro de San Francisco. Con eso quiero decir que tenía que coger un f***ucking bus todos los días para llegar a la Escuela y para volver a casa (a no ser que quisiera quedarme a dormir con los homeless por algún suburbio de la city).

De camino a casa, Horace me estuvo contando un poco cómo iba el tema de la familia de acogida. Me contó que él era manager de ventas y que se encargaba de algo así como la compra-venta en un negocio de gráficos y pintura. Su mujer era secretaria ejecutiva en una empresa que me dijo el nombre pero no recuerdo. Tenían dos hijos, uno que era más o menos de mi edad (veintipocos) y estaba estudiando en el Skyline College y otro más pequeño que tenía once y estaba en el colegio.

Me contó que ya llevaban años haciendo de familia de acogida para estudiantes durante distintas temporadas y que estaban encantados con la experiencia (no me extraña, les daban un buen pellizco por ofrecer el “servicio de acogida”).

La empresa que me puso en contacto con ellos y lo arregló todo a cambio solamente de un ojo y medio de la cara me contó que la familia tenía muchos intereses que compartían con los invitados (yo en este caso) como era cocinar en familia, ver películas, jugar a baloncesto, hacer paseos en bici, caminar, juegos de mesa, etc.

Bueno si alguna vez reserváis algo así cruzad los dedos porque de lo que os diga la empresa ni mie*** va a ser verdad jajaja.

Tengo que reconocer que, aunque el padre era majo y el niño pequeño también (fue con el que compartí más tiempo), la madre y el hijo mayor apenas estuvieron conmigo una tarde y no eran muy habladores. Vamos que iban a su rollo y punto.

Pero al llegar no sabía eso, y la verdad es que fueron muy majos el primer día. Incluso comí con ellos (en mi contrato sólo tenía desayuno en la casa, ni comida ni cena). Conocer al hermano mayor lo recuerdo como una experiencia cojonuda jajaja. Me vino un chaval con el flow de Will Smith, balanceándose a los lados, con sus atuendos al más puro estilo Eminem y la gorrita ladeada jajaja a chocarme la mano y medio-abrazarme (ya sabéis esos medio abrazos que se dan los brothers!). Me quedé pensando “o se mete mucho en su papel o es que aquí realmente lo viven así y lo de las películas no es tan estereotipado como pensaba”.

Más tarde descubrí que sí, que es que allí lo viven así. Por lo menos él y sus colegas, con los que jugué un par de veces a baloncesto alguna tarde (bueno más bien lo intenté, porque tenían la cancha en el barrio y la verdad es que era bastante lamentable verme rodeado de chavales que me sacaban una cabeza, yo no soy especialmente bajito, mido sobre un metro ochenta, dándome un auténtico repaso jaja, pero la experiencia lo valía).

Con el más pequeño fue con el que más aprendí inglés. Le ayudé alguna tarde con los deberes y jugamos en el ordenador a algún que otro chorrijuego. Eso era lo que esperaba hacer allí más a menudo, pero entre que tenía que comer y cenar fuera de casa y que todos los días tenía excursiones y mil sitios por ver… al final se quedó en un par de veces.

La sorpresa vino cuando me enseñaron dónde iba a estar yo. Y no fue en absoluto desagradable. La verdad es que la casa estaba genial, aunque el barrio era un poco… bueno. No era el mejor barrio de San Francisco, eso seguro jajaja. Pero tenía su toque.

El caso es que la cocina era muy grande y el salón también. Cuando me dijo que mi habitación estaba abajo me imaginé un cuchitril-sótano… pero qué va, nada más lejos de la realidad. Tenía toda la planta de abajo para mí y el hermano mayor de la familia. Una pasada. Teníamos abajo televisión con satélite para ver noticias en inglés (es como mejor aprenderás inglés, viendo las noticias en ese idioma), la Wii, un reproductor DVD con una estantería llena de películas, juegos, etc… Además de una nevera y un baño. Vamos estaba de lujo. Os dejo un par de fotos para que lo veáis.

Además, mi habitación estaba reservada como doble, es decir, supuestamente íbamos a ser dos estudiantes, pero finalmente estuve yo solo. Habría estado guay haber compartido con alguien más para que los viajecitos en el bus no se hubieran hecho tan pesados pero en fin…

Esa tarde ya llevaba tantísimas horas de viaje y de paseo con las maletas de arriba a abajo que en cuanto me di una ducha y me tiré en la cama me quedé dormido, además tenía que acostumbrar el cuerpo al famoso jet lag…

Por cierto para los que viajéis mucho con cambios de hora hay una técnica que a mí me funcionó muy bien.

Se llama técnica de relajación de Jacobson. Es una relajación muscular progresiva que provoca que el cuerpo tenga esa sensación de descanso en pocos minutos. De esa forma, y con la respiración adecuada, se aprende a relajar los músculos y reducir la ansiedad. Lo que para problemas de insomnio o jet lag viene perfecto. Os dejo el enlace de la Wikipedia (y en Youtube podéis encontrar muchos videos al respecto) para que le echéis un ojo al procedimiento completo. Pero os adelanto que se hace simplemente tumbado en la cama, poniendo en tensión distintos músculos del cuerpo por zonas y relajándolos. Para caer dormido… mano de santo.

http://es.wikipedia.org/wiki/Relajaci%C3%B3n_muscular_progresiva_de_Jacobson

No llegué ni a terminarla y ya estaba dormido. Por la mañana el sol me pegó un tortazo en la cara y abrí los ojos con esa sensación extraña que se tiene cuando despiertas en una cama que no es la tuya y te desconciertas unos segundos. Recuerdo que fue una sensación genial pensar: “Estoy en California, estoy en San Francisco, que empiece la aventura…”

Desayuné, cogí las llaves que me habían dado y puse rumbo al primero de tantísimos buses que cogería hacia mi escuela…

BRICONSEJO FAMILIAS DE ACOGIDA

Muchos de los compañeros que conocí allí no estaban nada contentos con sus familias de acogida. Y es que claro, cuando reservas con la agencia no sabes nada de la familia que te va a tocar. Sabes lo que ellos te dicen, que lo único que es verdad es cómo se van a llamar los miembros de la familia.

Si tenéis una situación en la que no estáis cómodos. Por ejemplo en mi caso mi familia allí pasaba un poco del tema pero me dio las llaves y no me puso ningún horario, mientras fuera respetuoso con el ruido y tal, lógicamente. Pero algunos compañeros tenían incluso “toque de queda” y decían que en la familia el ambiente era bastante hostil, o que habían reservado con comidas y cenas y tenían que estar a horas determinadas allí o no comían. Además se quejaban de la calidad de las comidas, etc.

Si os ocurre esto no dudéis en poneros en contacto con la agencia. Los profesores de la escuela os pueden ayudar. Es una experiencia que tenéis que vivir completa y no debéis perder tiempo en una situación que os incomoda o que no es lo que habéis pagado. Las agencias os cambiarán de familia o buscarán la solución oportuna. Pero no os quedéis quejándoos y sin hacer nada. ¡Movimiento!

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