Superando el síndrome post Erasmus

Si acabas de volver a tu casa después de realizar una beca Erasmus o conoces a alguien que lo haya hecho, seguramente sabes de qué estamos hablando. Cuando somos estudiantes cuesta cerrar etapas de nuestra vida y, si alguna de ellas ha sido tan intensa como la experiencia de vivir fuera de nuestro país, la cosa se multiplica.

Hoy te damos algunas claves para que la vuelta a nuestro país de origen se haga menos dura.

En el caso de que acabes de terminar tu Erasmus, cuentas con una ventaja muy grande, ya que en verano todo tiene un cariz distinto y las cosas son mucho menos cuadriculadas que de costumbre.

Aprovecha para hacer cosas nuevas y desconectar, lo que te ayudará mucho a volver a integrarte poco a poco en tu ambiente natural y a comenzar el curso que viene con más ganas.

Si nos tomamos el verano como un pequeño puente entre el Erasmus y nuestra vida normal, la diferencia será mucho menos drástica y el cambio más natural.

Puede que lo que nos ocurre es que echamos de menos a las personas con las que hemos compartido vivencias y risas durante estos meses, las nuevas tecnologías (y hasta los vuelos a bajo coste) nos lo ponen fácil. No se trata de perder el contacto ni mucho menos, sino de integrarlos en nuestro día a día de la forma en la que nos sea posible.

Otra cosa que se nos hace muy cuesta arriba es volver al hogar paterno después de haber vivido unos meses por nuestra cuenta. Contra eso lo único que podemos hacer es hablar claramente con nuestros padres, explicarles la situación y pedir más cancha libre desde ahora o intentar volver a independizarnos, esta vez por nuestra cuenta y sabiendo que tendremos menos ayudas, lo antes posible.

Pues eso, ánimo y a disfrutar de la ex-experiencia!