Los controvertidos Shakespeares del MEC

Publicado por flag- Erasmoos — hace 13 años

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Nueve de cada diez españoles consideran muy importante el conocimiento de un idioma extranjero, pero la mayoría ni lo estudia ni se ha sentido perjudicado en su trabajo o estudios por desconocerlo.

El ejemplo más claro es que sólo un 23 por ciento maneja perfectamente la lengua de Shakespeare. Estos datos pertenecen al Barómetro de febrero del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Y la situación no es que mejore. El año anterior, 2008, el porcentaje era algo superior: cuatro puntos más.

Foto: Estudiantes becados por el MEC en una discoteca maltesa. /M. GARJÚ

Cada año, miles de españoles aprovechan el verano para estudiar inglés. El número ha crecido considerablemente desde 2007. Hubo “descontrol”. “Fue muy difícil controlar el primer año”, aseguran desde una conocida agencia que gestiona cursos de idiomas. Fue en ese año cuando el ministerio de Educación puso en marcha las conocidas -sobretodo entre los más jóvenes- como becas MEC.

Las ayudas continúan vigentes. Este año, la cartera de Educación dedicará 41. 000. 000 de euros a subvencionar cursos e instancias en el extranjero a mayores de 16 años. A partir de 2012 hará lo propio -según apareció publicado esta semana en la revista del Defensor del Pueblo- con los menores de 16 años que cursen estudios académicos por encima de su edad.

Un vistazo a los foros que hay en la Red sobre estas becas aporta dos ideas: las ayudas son la excusa para disfrutar de unas vacaciones pagadas por el Estado y las agencias que gestionan los cursos e instancias son las que están haciendo la maleta. Erasmusu se ha puesto en contacto tanto con beneficiarios de la beca como con agencias especializadas para ver qué sucede realmente.

“Me sirvió para conocer países distintos y culturas distintas. Y sobre todo para conocer a mucha gente”. Esta es la respuesta que da Cristina Ramírez, licenciada en Periodismo, cuando se le pregunta por la utilidad de sus becas MEC. Ella ha sido beneficiaria en dos ocasiones: Estuvo en Nueva York y Londres. Se enteró, dice, por un compañero de universidad de esta ayuda y le pareció “una buena oportunidad para viajar al extranjero ”.

Ramírez comparte la tesis de muchos: “Siendo francos, son más unas vacaciones pagadas que otra cosa. Si te lo tomas en serio sí aprendes. El problema es que las academias que ofrecen este tipo de cursos no son serias ni medio serias y te dan clases de inglés con un nivel de colegio ”. Su solución para que estas cosas no ocurran es drástica: “Habría que hacer un control más riguroso para evitar macrobotellones subvencionados por el ministerio en territorio foráneo”. Por último, lanza una crítica a las agencias. Considera que sus precios son “abusivos en la mayoría de las ocasiones.

Yolanda Moreno es otra estudiante universitaria. Piensa, y mucho, en su posible beca MEC para este vereano. Todavía no tiene la resolución, pero dice estar deseando “conocer otra cultura, conocer gente de todo el mundo”. No es nueva tampoco en esto: “Tuve suerte. Hace 2 años que me la concedieron”, Como Ramírez, califica de “verdad” el mito de vacaciones pagadas. “Sinceramente así lo creo”.

Moreno confía en las agencias que gestionan paquetes (viajes, cursos y alojamientos) para este tipo de becas. Sabe que pueden salir más caros que si los buscas por su cuenta, pero prefiere tenerlo todo garantizado al 100%. Considera que pagar un poco más le otorgará ciertas calidades en el lugar de destino.

Lo barato sale caro

En estos casos ahorrar unos euros puede salir caro. En el verano de 2007, el primer año de las becas MEC, El País publicó una historia espeluznante. Una estudiante de Granada, beneficiaria de una de estas ayudas y que se prometía un verano idílico en Malta junto a otros jóvenes, vivió un auténtico calvario. La joven fue alojada en una casa donde había restos de excrementos de animales y observó una práctica de zoofilia.

Este fue un caso extremo. Pero, entonces, ¿Se lucran algunas agencias con las becas que da el Ministerio de Educación? Esta es la otra de las cuestiones que más se hacen los estudiantes.

Sheffield Centre es una de las escuelas que gestiona desde viajes hasta alojamientos. Reconocen que en 2007, ante el gran volumen de nuevos estudiantes, sí hubo “descontrol”. “Tuvimos quejas”, apuntan. A partir de 2008 señalan que cambió la situación. En sus encuestas de calidad aseguran que el 95 por ciento de los que contestan posicionan su servicio entre;bueno y muy bueno;. Fuentes de la compañía dejan claro que “cuidan mucho al estudiante;.;Si tiene problemas enseguida nos encuentra. Dispone de un teléfono de emergencias las 24 horas del día para avisarnos;.

La inmediatez a la hora de actuar y el buen trato al estudiante es otra de las máximas de Inlingua. Rosa Canela es la persona de este centro que atiende a Erasmusu. Para ella nunca hay tiempo suficiente para mejorar un idioma.;Lo básico para un idioma es la continuidad;, cree.

Respecto a la calidad, sentencia: “Nosotros utilizamos nuestro propios centros. Nos conocemos personalmente. Tenemos unas garantías”. No se la juegan. Sus principales problemas a la hora de alojar a un estudiante son con las familias. Pese a que pasan unos controles estrictos, dice Canela, siempre hay algún inconveniente.

Continúa su alocución. El volumen de negocio para ellos;no es tan grande;.;Todo depende de dónde te metes” insiste. ; Si te vas a la Academia Pepis... tú sabras”, concluye.

Cada uno barre para casa en estos temas. Si no hablas inglés también puedes echarle la culpa al número limitado de sonidos vocálicos del español o al doblaje en cine y televisión al que tan acostumbrados estamos. Quien no se consuela es...


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