Londres, allá voy

Planes para visitar Londres

La semana pasó tan rápido que no sé en qué perdí el tiempo. Me lo había pasado tan bien cenando y comiendo con mi pareja que me arrepentía de haber reservado el viaje a Londres con tanta antelación. Quería ir a Londres, pero también quería pasar tiempo con él. Encima, si él quisiese venir conmigo no sería posible, porque tenía que trabajar en su tesis.

Así que intenté mirar hacia el futuro y estar feliz porque iba a visitar Londres una segunda vez. Ya había estado allí en un viaje de estudios a principios de mi último año, pero ahora iría sola de forma independiente, así que no tenía que seguir ningún horario ni plan. Había reservado una habitación por Airbnb a las afueras del centro de Londres porque era imposible pagar una habitación de hotel en el centro sin tener mucho dinero.

Mi vuelo salía el nueve de mayo por la noche, cuando había fiesta nacional en Francia. No sabía esto cuando reservé el vuelo, y ahora tenía el problema de que ese día solo había tres trenes que salían de Amiens a París. Y ninguno de ellos me venía bien. Le pregunté a mi pareja si sabía alguna solución, y me dijo que podía ir a la estación de tren TGV Haute Picardie en autobús y de ahí coger un tren que fuera directamente hasta el aeropuerto Charles de Gaulle de París.

Me parecía un poco complicado, pero cuando vi los horarios en Internet descubrí que así no tendría que esperar tanto tiempo en el aeropuerto. Así que decidí hacerlo. Me tiré todo el día haciendo el equipaje de mano y guía turística francesa sobre Londres.

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Salida hacia Londres

La noche de antes - ¿de verdad quiero irme?

Por la noche, como siempre, fui a recoger a mi pareja al trabajo. Fuimos al supermercado a comprar algo para comer y volvimos a mi apartamento en la residencia de estudiantes. Disfruté mucho el poder pasar la noche con él, como siempre, y me di cuenta de que no tenía ganas de ir a Londres la mañana siguiente. Nos quedamos en la cama hasta la hora de comer y aunque hubiera preferido quedarme un rato más, quería comer algo antes de montarme en el autobús al aeropuerto, así que me di una ducha y me preparé para salir del apartamento.

Cogí el autobús a la estación de autobuses y fui a un pequeño restaurante de comida rápida a comer algo. No quería ir a Londres, ya que no quería perder el tiempo durante mi semestre en Francia haciendo cosas que no tuvieran nada que ver con pasar el tiempo con mi pareja. Pero ya lo tenía todo reservado e iba a ver a dos amigas mías, así que no tenía otra opción. Disfruté del último momento que estuve con él antes de que me enseñara el sitio donde tenía que coger el autobús al aeropuerto.

Teníamos un rato, así que nos sentamos a hablar. Sabía que a él le hubiera gustado venirse conmigo, así que esperaba que un día pudiéramos viajar juntos y tener una vida en común. Pero eso estaba muy lejos en el futuro, y tenía que pasar un semestre en Tenerife, lo que iba a ser muy difícil. Por todo esto no sabía si íbamos a tener un futuro juntos después de irme en enero. Así que tras despedirme, entré al autobús. Estaba medio feliz y medio triste.

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Demasiados transportes públicos

El trayecto en autobús hasta llegar a la estación TGV de Haute Picardie era de una hora. Nunca había estado en esta parte de Francia, así que me puse a mirar por la ventana a disfrutar de las vistas. Al llegar todavía quedaban unos veinticinco minutos antes de que llegara el TGV. Como mi horario era bastante estricto, esperaba que no hubiese ningún retraso, pero por supuesto, tras diez minutos de espera, todavía no había llegado mi TGV. Me puse muy nerviosa porque no quería perder mi vuelo. Pero no podía hacer nada, así que espere. Al final, el TGV llegó veinte después de la hora de salida oficial. Me senté en mi sitio y me puse a mirar por la ventana durante el trayecto de cincuenta minutos.

Cuando llegué a la estación de metro del aeropuerto Charles de Gaulle de París salí corriendo del tren. Todavía me quedaba una hora y media para coger el avión, pero como alemana que soy, siempre tengo miedo de llegar tarde, ya que el aeropuerto era demasiado grande. Así que me puse a buscar mi puerta de embarque. Por suerte, ya había facturado online, así que solo tenía que pasar el control de seguridad. Como no sabía cuándo iba a poder comer algo, paré en el Burger King, que estaba en frente del control de seguridad. Lo bueno es que tan solo tarde diez minutos en encontrarlo.

Después de comer algo atravesé el control de seguridad y llegué al a zona con las puertas de embarque. Encontré una pantalla con mi vuelo y fui a mi puerta de embarque. Las puertas se abrirían en veinte minutos, así que me senté a descansar un poco. Nunca había llegado a un aeropuerto tan tarde. Pero todo estaba bien, así que podía tranquilizarme un poco. El vuelo iba a su hora y tras una hora y media, llegué a Londres. Como solo llevaba equipaje de mano pude salir del aeropuerto rápidamente, al menos eso pensaba. Pero tuve que hacer cola para pasar el control de pasaportes. Como hacía mucho tiempo que no viajaba a un país de fuera de la UE, no estaba acostumbrada, y no pensaba que para entrar a Inglaterra tuviera que pasar un control especial, porque estaba en la Unión Europea.

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Tardé más de una hora en pasar el control, pero finalmente después de eso pude salir del aeropuerto. Ya eran las siete de la tarde y no quería llegar tarde a mi habitación, así que me di prisa. Fui al puesto de información del metro para comprar una Tarjeta Oyster, la tarjeta más barata para moverse por el metro de Londres, y después miré en el mapa del metro dónde tenía que ir. Tenía que cambiarme de línea en el Puente de Londres, pero antes tenía que pasar unos cincuenta minutos en la misma línea. Por suerte había encontrado un sitio para sentarme, así que me puse a mirar a otra gente del metro mientras me sentía feliz por estar en Londres. Dejé el tren en el Puente de Londres y me puse a buscar los trenes de cercanía, pero era muy difícil. Había tantos andenes y tantos caminos que al final tuve que preguntar en información.

Después de que me dijeran a dónde tenía que ir encontré el andén correcto después de veinte minutos. Tuve que esperar otros veinte minutos para que pasara el siguiente tren, y ya eran las nueve de la tarde. Después de otros veinte minutos más llegue a la estación de metro y con la ayuda de Google Maps encontré la casa en la que iba a dormir los cinco días siguientes. Llamé al timbre y estaba un poco nerviosa porque no conocía a los dueños. El chico que abrió la puerta era muy agradable. Me ofreció agua, me dijo todo lo que debería de saber y me dejó descansar en mi habitación.

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Era una una habitación muy grande, bonita y acogedora. Saqué un par de cosas de la maleta y me di una ducha. Soy muy tímida cuando estoy con otra gente y esperaba no estar molestando con el ruido que hacía. Tenía mucha hambre, pero había olvidado comprar algo para comer, así que tenía que esperar al día siguiente para comer algo. Así que miré algo en Internet y me quedé durmiendo porque estaba muy cansada de todos los autobuses, trenes y aviones que había tendido que coger para llegar a Londres. La vida sin coche es muy complicada. Pero estaba ilusionada porque en los próximos días iba a poder explorar Londres desde una forma diferente.


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