De Polonia y sus rivalidades

Todos los paìses tienen sus ciudades rivales. En Polonia, es bien conocida y marcada: Varsovia-Cracovia. La historia que me contaron a mí consistía en un rey loco alquimista que (Segismundo III, si quieren buscarlo) haciendo experimentos, quemó una buena parte de Wawel -el castillo de Cracovia- y, pareciéndole muy pesado reconstruirlo, lo que encontró más lógico fue mover la capital al otro extremo del país. Desde entonces se han incorporado otros agravios, como que a Varsovia los nazis la destruyeron completamente y a Cracovia no; por lo tanto, Cracovia mantiene intacto su encanto de cuento de hadas mientras Varsovia es una ciudad muy linda pero reconstruida y con cicatrices profundas. La gente de Varsovia admite con resignación que Cracocia es "linda y antigua" pero ostentan con orgullo la bandera de capital del país, por lo que Krakow queda relegada a la segunda ciudad más importante.

Todo esto lo sé de primera mano porque ya he ido dos veces a Varsovia y he podido comprobar que esta rivalidad no es inventada ni exagerada. Ahora mismo quiero contarles mi experiencia en la primera visita que hice a la capital; primero, porque fue en la que hice turismo y segundo, porque la primera impresión vale mucho. 

La primera vez fui a Varsovia en Polskibus. Compré el pasaje con un mes de anticipación, y por esto el costo fue alrededor de 12 zl para ir y 16 para volver (alrededor de 6 euros en total-sí, en serio-) Y fui afortunada porque, sin saberlo, compré en el polskibus silver -o algo así- en el que te dan café, helado, sandwich y los asientos son muy cómodos. Cada vez que vayan a comprar en Polski, revisen si al lado del precio sale el logo rojo o el gris -el rojo es el bus normal y el gris es el especial- porque los precios no varían mucho y el viaje es completamente distinto. Otra opción muy buena es ir en tren (en la página de PKP se pueden comprar los ticket online) porque tenemos 51% de descuento por ser estudiantes y el viaje dura la mitad del tiempo; dependiendo de la fecha podría salir mucho más barato que el polski o al mismo precio y vale la pena porque viajar en tren es genial. El viaje en bus normalmente se toma entre 4 y 5 horas y en tren puede variar entre 2 y 6, dependiendo del ticket que encuentren.

Me alojé en el Warsaw Center Hostel, donde la noche costó 7 EUR. El hostal está muy bien ubicado, en el centro y justo enfrente de una estación de bus y de tram. Es muy limpio y en la cocina encuentras todo lo que necesitas, desde Nescafé y té gratis, tazas, platos, sartenes, cubiertos, etc. Lo único malo que tiene es que es un poco difícil encontrarlo porque, a pesar de que llegar a edificio es muy fácil con google maps o Jakdojade, el hostal en sí está en el tercer piso y para entrar tienes que marcar un código y subir el ascensor y no está indicado en ninguna parte. Yo tuve la suerte de preguntarle a una muchacha que estaba en frente del edificio y que resultó ser la recepcionista; al subir, le escribí a mi amigo con el que iba a encontrarme -Eduardo- y me dijo que tenía una hora sentado en una pizzería al lado del edificio porque nunca supo como llegar al hostal. Bajé a recogerlo y, afortunadamente, no tuvimos que pasar la noche en la calle.

Sólo íbamos a pasar un día en la ciudad y queríamos aprovecharla al máximo. Nos despertamos muy temprano y era un día frío pero soleado. Fue muy fácil llegar del centro al Old Town -a diferencia de Cracovia, están separados. El centro es donde están los mall y hostales, bancos, etc. y el old town es... bueno, la ciudad vieja-. Hicimos el Free Walking Tour de Old Town -recuerdan que les hablé de ellos entre mis cosas favoritas de Polonia?- donde paseamos y vimos cosas divertidas y muy lindas, como la fachada más estrecha -hay una historia muy interesante que no les contaré para que hagan el tour- la campana de los deseos -que sí funciona, mi deseo se hizo realidad menos de dos meses después

Los restos del muro de la ciudad, bares de leche, la casa de Marie Curie -¿sabían que esta mujer ganó no uno sino dos premios nóbeles; su esposo uno, una de sus hijas otro y la otra hija no ganó nada pero no se quedó por fuera porque su esposo sí que ganó otro premio Nobel? Mucha gente no sabe que esta científica era polaca- los bancos que reproducen piezas de Chopin, compositor polaco, y que se encuentran alrededor de toda la ciudad -esta fue una de mis cosas favoritas ¡qué manera de promover la cultura... bancos en los que puedes sentarte a tener una conversación y tener música de fondo, o simplemente leer cosas curiosas de uno de los polacos más famosos mientras esperas a alguien! También fuimos al único edificio que no fue destruido en la guerra y escuchamos la historia del rey loco desde el punto de vista de Varsovia -la primera vez la escuché de un guía Cracoviano (de nuevo, no sé si el gentilicio está bien: que alguien me ayude)- por cierto, el rey tiene una estatua en el centro del old town, ya se imaginarán por qué es tan querido en Varsovia.

Vimos el Castillo -lo siento Varsovia, pero Wawel es mucho más lindo- y escuchamos la historia de su curiosa construcción. Nuestro guía, Psi, era muy divertido y dinámico -todavía lo recuerdo y mi visita fue hace dos meses... saquen conclusiones-. En resumen, disfruté muchísimo del tour y me dejó una muy buena impresión de la ciudad. Completamente recomendado.

Luego comimos en el bar de leche donde comió el Dalai Lama y sinceramete, no me gustó demasiado pero era muy barato y está muy cerca de donde termina el tour; así que no es una mala opción. 

De postre, hicimos el Tour Judío -con Free Walking Tour, por supuesto- y estuvo muy bien, a pesar de que Varsovia no tiene mucho que mostrar porque fue completamente destruida, especialmente el distrito judío, luego de los alzamientos. Sin embargo, sí que tiene muchas historias que contar. Recuerdo que la impresión más grande que me dejó fue la de sentirme -por primera vez- orgullosa de los polacos; no de su país ni de sus lindas ciudades, sino de su gente. Ellos hacen bromas con todas las veces que han luchado y perdido pero, cuando otros países, como Hungría -ya hablaremos de esto-, se rindieron, ellos lucharon todo el tiempo y desde distintos frentes. Hay historias maravillosas de los polacos durante la segunda guerra mundial que sólo son conocidas en el sitio en el que ocurrieron, en su tierra. Los guías son varsovianos -¿es así su gentilicio?- y conocen no sólo las historias famosas sino la de las personas anónimas, comunes y corrientes, que ayudaron no sólo salvando vidas sino dando esperanzas.Schindler no es el único héroe de Polonia. En fin, muy recomendado también, a pesar de que todavía recuerdo el frío insoportable que no me dejó disfrutarlo en plenitud.

Fuimos al parque más grande de Varsovia, el Parque Lazienki, y estoy segura de que es encantador, pero no pudimos ver absolutamente nada porque era de noche y no había ni una luz. Entiendo que pueda parecer tonto ir a un parque de noche, pero hasta en Caracas las zonas públicas están iluminadas -bueno, algunas zonas públicas-, más aún si son tan importantes como este parque. Así que si van, y creo que vale la pena ir, vayan de día. Hay un jardín botánico y a veces hacen conciertos de piezas de Chopin. 

Luego caminamos y caminamos. Vimos la palmera gigante; caminamos por la avenida del Palacio de Cultura, volvimos al centro, encontramos más bancos de Chopin y finalmente decidimos cenar en Manekin. Es un restaurante de crepes y pastas que está brutal. A pesar de que tuvimos que esperar alrededor de 45 minutos por una mesa -mi papá siempre dice que la gente es el mejor indicador para elegir donde comer si no conoces la ciudad- valió completamente la pena. Es relativamente económico -Eduardo diría "absurdamente barato" - , un plato cuesta alrededor de 35 zl (8 EUR, más o menos) y está muy, muy rico. Y allí nos quedamos, conversando como conversan los amigos cuando tienen 6 meses sin verse, hasta que se nos hizo la hora de volver a Cracovia. 

Nos faltaron cosas por ver: no vimos el museo del Alzamiento, ni el de ciencia ni ningún otro -pero yo creo que si vas a una ciudad es mejor conocer sus calles, sus restaurantes, sus esculturas, su historia... los museos son para cuando te sobra tiempo-. No vimos el Palacio de Ciencia por dentro y, lo que más lamento, no fuimos al barrio de Praga -también hay un Free Walking Tour para conocerlo, pero no nos daba tiempo- donde se grabó El Pianista. Ya será para otra visita.

Ahora, la pregunta evidente: ¿Varsovia o Cracovia?

Eduardo diría que cada una es hermosa a su manera, que no se puede comparar Caracas con Margarita y bla, bla, bla, pero sólo lo dice porque es un niño de capitales, nacido y criado en Caracas. Para mí está claro: Cracovia es mejor. Más linda, más pequeña, más acogedora. No me odien, por favor. Varsovia es preciosa, tiene cosas muy interesantes y es, por supuesto, más grande, compleja y variada que Cracovia. Es una ciudad que hay que visitar porque además, debe ser un sacrilegio no ir a la capital de tu país de Erasmus; y no sólo por eso sino porque se lo merecería aún sin ser capital. Pero si soy sincera, cada vez que voy a Varsovia me siento nostálgica; no es del tipo de nostalgia de la que ya he hablado, sino como una especie de tristeza; tal vez sea porque la ciudad siempre guardará un remanente de su destrucción... o tal vez no sea nada dramático y sea sólo el clima el que me hizo sentir así. Sea como sea, me quedo con Cracovia porque es una ciudad encantadora y mágica y porque simplemente es mi hogar, dulce hogar.

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