Hasta iría 3...el gato negro

La autopista por esa parte estaba en obras y pasaban camiones llevando mucha tierra y poniéndonos hasta arriba de polvo... yo estaba sediento y después de otra vez, un largo caminar de dos o tres kilómetros, como si de un oasis se tratara, una garita de los obreros, fui hacia allí y le pedí a uno un poco de agua, medio una botella de dos litros y bebí y bebí. El tipo me miro, me la volvió a rellenar y me la dio. Imagino que debía de parecer bastante sediento y destrozado.

Caminamos unos metros más y allí a 500 metros como marcaba el cartel, otra gran estación de servicio... bien, ese sería el punto para continuar ahciendo dedo...

Llegamos a eso de las 5 aún había luz, aún había esperanza de llegar a Hungría para reunirme con mi amiga.

Esa estación de servicio era un infierno, los que allí trabajaban nos hablaban mal y la gente a la que preguntaba me respondía muy mal, muy despreciativa. Estaba tan cerca y a la vez tan lejos... pasaba el tiempo y el sol se iba acostando para dar lugar a una oscura noche donde la única esperanza de poder moverme de allí era preguntar una y otra vez a la gente si me podía llevar...

Ya era tarde, sobre las 10:30 de la noche y en la gasolinera apareció un coche, matrícula de Varna, la ciudad donde vivía en esos momentos! me acerqué a ellos, una pareja joven y empecé a hablarles en búlgaro y que vivía en Varna pero ya había visto que tenían el coche lleno de maletas y cosas hasta arriba y no había sitio... me dijeron que si no tuvieran el coche asi me hubieran llevado...

Llevábamos ya 6 horas en la gasolinera, mi amigo Raimon o;el gato negro; )porque desde que me crucé con él no había tenido más que mala suerte) y yo decidimos ir a dormir, poner los sacos en un siito recogido y descansar... mañana sería otro día y seguiría con el;gato negro; tan cerca de mi destino un día más...