Isla Madeira

Con esta entrada, quiero contaros una escapada que hice a Isla Madeira, en Octubre del año pasado, aprovechando los días festivos del Puente del Pilar.

Fue un viaje sorpresa, pues yo no sabía el destino. Únicamente sabía que debía meter en mi maleta algo de abrigo y calzado de trekking, pero también bikini y gafas de sol… ¿Dónde puñetas voy? No fui capaz de hacerme una idea hasta que me vi en el Aeropuerto de O Porto en frente de la pantalla de próximas salidas: avión a las 14:35 con la compañía Transavia a… ¡Madeira! Vaya una sorpresa, me estaba otros destinos de Europa, pero no la isla portuguesa.  

Un destino ideal para todos aquellos que a los que os guste la naturaleza, caminar y conocer los recovecos de los lugares que visitáis. Era ideal para estas fechas, pues en un puente como ese, todo el mundo aprovecha para irse fuera, y debíamos elegir un sitio un poco más original y menos demandado para escarpar de la congestión de gente que va en busca de sol y playa.

Además de las playas de Funchal, la capital de la isla, existen muchas otras igualmente bonitas, y aunque no puedo juzgarlas todas, pues solo hemos recorrido la zona este de la isla, no deja nada que desear a la capital.

Aquí os adjunto un link con todas las playas de la isla, para que variéis y juzguéis con conocimiento de causa.

http://www.madeira-web.com/PagesS/beaches.html

 

Pues lo cierto es que me encantó el viaje. La isla era muy diferente a lo que me esperaba. Es como coger un pueblecito del interior gallego, y llevarlo al medio del océano, pero en un ambiente todavía más campechano y rural si cabe. 

MADEIRA, dónde está y qué es. 

Madeira es una de las islas (y la más conocida debido a su tirón turístico) de un archipiélago perteneciente a Portugal: la Región Autónoma de Madeira. Consta de dos islas habitadas, Madeira (de unos 250,000 habitantes, de los cuales casi la mitad se concentran únicamente en Funchal) y Porto Santo y otras más pequeñas que son Islas Salvajes e Islas Desertas (siendo estas últimas Reserva Natural desde el 1990).  Todas las islas son de origen volcánico, al igual que las Islas canarias, lo que caracteriza a la isla de Madeira un paisaje muy muy diferente, con una preciosa combinación de costa junto con grandes macizos montañosos y un relieve realmente abrupto.

Lo que yo no sabía, es que la isla se situaba tan tan al sur y es que están a menos de 400 Km de Tenerife.

Como es de esperar, la isla vive fundamentalmente del turismo, y es que debido a su clima agradable y suave, puedes visitarla durante todo el año. La localidad más visitada por supuesto es la capital, Funchal, al sur de la isla, pero también se acogen turistas en otros pueblos como Machico, Porto Santo, Camara de Lobos, Santa Cruz y Santana, todos ellos situados en la costa, fundamentalmente en la mitad este de la isla. 

Madeira, no se limita solo a Funchal. Aunque casi la mitad de la población habita en Funchal, no todos los lugareños se dedican al turismo. Otro pilar importante en la economía isleña, es la agricultura y la pesca en segundo lugar, sectos al que se dedica la otra parte de la población. Destaca el cultivo de la vid, pero también en la producción de frutas (tropicales en su mayoría), café e incluso flores exóticas.

CLIMA, ¿Abrigo o bikini?

El clima general en la isla es suave, rondando entre los 26ºC en verano y sin descender por debajo de los 17ºC en invierno, por ello es un destino apto para todo el año, para los que vayan buscando un remanso de paz, playa y sol. Es un clima subtropical, por ellos no es de extrañar que en ocasiones llueva, aunque no es lo más frecuente.

Eso sí, ten en cuenta que la altura la diferencia de altura, pues el pico más alto de la isla, el pico Ruivo se sitúa a unos 1862 m de altura, y va descendiendo hasta el nivel del mar. Se aprecia perfectamente con un viaje en coche, cómo el tiempo cambia de manera espectacular, sin necesidad de llegar hasta esa altura. A unos 1800 m que tiene el segundo pico más alto de la isla, el pico Arieiro, bajamos en coche hasta Funchal, a nivel del mar. Mientras arriba nos faltaban prendas para abrigarnos y el cielo estaba completamente gris, encapotado y con una neblina húmeda, a medida que íbamos bajando veíamos un cambio de tiempo increíble, con el cielo despejado y agradable calor. A mitad de camino nos parábamos y girábamos la cabeza y podíamos ver dos escenarios completamente diferentes que no parecían pertenecer al mismo lugar.

En esta foto sacada desde el mirador de Cabo Girão, se aprecia como las nubes ensombrecen el interior de la isla, mientras que hacia la costa puede disfrutarse perfectamente del sol.

En la misma isla, en sus 741 Km2, existen varios microclimas, lo que explica el hecho de tener temperaturas tan diferentes en un mismo horario. Así pues, como os decía, la bahía de Funchal está protegida por altas montañas, lo que le permite disfrutar del sol.

Como consejo, deberás adaptar la indumentaria según las actividades que quieras realizar: buen calzado y abrigo si quieres caminar (o simplemente decides hospedarte en la montaña), o una chaquetilla, chanclas y bañador si únicamente quieres disfrutar de la playa. Lo que siempre es recomendable es llevar un chubasquero.

Aunque no es frecuente, es un clima subtropical, por lo que no es de extrañar que a veces llueva, aunque no es una lluvia constante como la que tenemos en Galicia. Son conocidas las fuertes lluvias torrenciales, y aunque no son frecuentes y no afectan a toda la isla, si son de alta peligrosidad, pues debido al relieve tan abrupto de la isla, es muy frecuente que esto genere desprendimientos, generando graves daños materiales incluso costando la vida de varias personas, como el conocido temporal en Funchal de 2010, que dejó varios heridos y algún muerto. 

Nosotros nos hospedamos en Porto da Cruz, justo a pie de playa, y fue una pena que justo dos días antes habían tenido un fuerte temporal como el de Funchal en 2010, dejando la zona repleta de barro, y la playa más cercana sucia y con fango por todas partes. Durante los tres días que estuvimos, había camiones intentando arreglar el desastre y justo parecía que cogía color el día que nos fuimos. ¡Una lástima!

¿Dónde alojarse? 

Depende de lo que vayas buscando, tienes varias opciones. Está Funchal, la capital isleña, que quizá sea el destino más conocido. Es la región más urbanizada de la isla, que acoge a la mayoría de turistas que viajan a Madeira, por lo general más ansiosos de centros comerciales, playas y grandes hoteles.

Por otro lado, que fue la elección que nosotros escogimos, tienes pueblecitos más pequeños y humildes donde alojarte en pequeñas pensiones o apartamentos, al borde del mar o en la mismísima montaña.

 

FUNCHAL, la capital madeirense. 

Funchal es la capital de Madeira, hoy en día la ciudad es conocida por acoger a turistas de todo el mundo durante todo el año, por sus lujosos restaurantes y hoteles. La ciudad se asienta en la costa sur de la isla, rodeada de abruptas montañas, cuya protección le permite tener una de las costas más soleadas.

La historia de la ciudad, comienza con la llegada de los portugueses, que colonizaron la bahía donde destacaba la abundancia del hinojo (funchoen portugués): de ahí el nombre que recibe hoy en día de Funchal. Poco a poco fue creciendo debido a que recibía la atención de toda Europa, gracias su comercio internacional.

Su puerto es muy importante, conocido a nivel mundial, ya que sirve como escala en las rutas de cruceros y de grandes trasatlánticos. De hecho, está catalogado como uno de los más espectaculares de todo el mundo, junto al puerto de Rio de Janeiro. Incluso es normal ver transatlánticos en cualquier época del año. Cuando fui yo, no tuve la ocasión de ver grandes barcos atracados, pero si disfrutamos de un bar en pleno muelle, donde nos tomamos un par de helados en la terraza.

La ciudad es adecuada tanto para aquellos que vienen buscando el descanso y tranquilos paseos, como para los que vienen en busca de fiesta. Incluso, nos comentaba el dueño de un bar, que es destino de muchos de los portugueses más adinerados de la península, que deciden viajar a Funchal para disfrutar de la fiesta de fin de semana. Si bien es cierto que durante la semana es un destino muy tranquilo, la noche de los jueves, viernes o sábados, incluso domingos, puede salirse de bares y discotecas que abren hasta las 4 de la mañana, o para aquellos que quieren continuar la fiesta hasta entrado el día siguiente, también hay discotecas que solo abren de 4 a 7 de la mañana. El “Vespas”, es el local más grande y el más famoso de la isla. Abre de miércoles a domingo y las noches que preceden a los días festivos desde las 00h hasta las 6 de la mañana.

Si planeas viajar a la isla, aquí os dejo un link para que al programar vuestras vacaciones tengáis en cuenta los eventos y fiestas que se dan en la isla y podáis valorar si son de vuestro interés. Todos los fines de semana en verano, hay alguna fiesta, en las que se reúnen los lugareños y es un ambiente idóneo para conocer mejor la isla y sus hábitos.

http://www.madeira-web.com/PagesS/event-listing.html

Incluso para aquellos que no van buscando la fiesta juvenil de borrachera en discotecas, hay también espectáculos temáticos en muchos de los hoteles, que se celebran determinados días a la semana, y suelen ir acompañados de una selección de platos típicos.

 

Gastronomía

Los platos más típicos de la isla incluyen todo tipo de alimentos.

Debido a su tradición pesquera, se preparan platos donde el pescado es el protagonista: el pez espada (llamado “espada preta”) en una combinación con plátano, el atún con maíz frito, o el bacalao preparado de diversas maneras.

También son típicas las carnes: una buena espetada (carne troceada colocada en brochetas como un pincho moruno y hecha a las basas), o la “carne de vinho e alhos” (trozos de carne de cerdos, adobados con ajo, vinagre y laurel). Los picados, aunque para mi gusto menos atrayentes, son también muy famosos: son pequeños trocitos de carne frita con ajo y pimiento rojo que se sirven con patatas fritas. 

Otro de los platos más típicos es la sopa de tomate y cebolla (que a veces decoran con un huevo escalfado).

A la hora de probar los postres, destacan las “queijadas” (pasteles hechos con requesón), los “bolos de mel” (un pastel típico isleño, el más antiguo en tradición muy relacionado con la navidad), o el “bolo de caco” (un pan con mantequilla, ajo y perejil que puede llevar dentro chorizo u otros fiambres). Es muy común encontrar puestos por las calles de Funchal donde te ofrecen estos postres, a precios económicos. Nosotros nos pedimos un bolo de caco con chorizo en uno de los puestos y aunque está delicioso es una bomba. Tú mismo te das cuenta al probarlo la cantidad de aceite, grasa y  mantequilla que estas comiendo, pero el bocado merece la pena. 

Nosotros, salvo este "bolo do caco", no probamos muchos platos típicos, ya que aprobechamos más el tiempo en disfrutar de caminatas u otras localidades, y a penas parábamos para comer, y por las noches nos hacíamos nosotros la cena con la compra del super. 

Además, como he dicho antes, es muy habitual el cultivo de vid, por ello es un lugar genial para los amantes del vino. Yo no he probado ninguno, pues la verdad, prefiero disfrutar de una cerveza (no sé si debería decir esto muy alto), pero sí que nos comentaron las variedades más conocidas, que se diferencian según la altura a la que son cultivadas sus vides: Sercial, Verdelho, Boal y Malvasía, cada uno más adecuado para acompañar un estilo de platos determinado en función de sus características (más seco, más dulce...) algo que entenderán mejor aquellos a los que les guste. 

Además del vino, son bebidas muy típicas: la “nikita”, aunque es más común en cámara de Lobos nosotros la encontramos en casi cualquier bar, una mezcla de cerveza, helado y trozos de piña; y por otro lado, la “poncha”, que mezcla aguardiente con miel y zumo de limón.

 

Después de introduciros un poco en el ambiente de Madeira sigo contando.

Nuestra elección fue instalarnos en Porto da Crus, una zona de la costa este, donde nos permitía estar aislados del bullicio del turismo, pero a 5 minutos de dos pueblos más grandes (al sur, Machico, y Santana al norte) para visitar oficinas de turismo y hacer nuestras compras.

¿Es necesario alquilar un coche?

En Madeira se sitúa el aeropuerto principal más concurrido de las islas, el Aeropuerto Internacional de Madeira, situado en el este de la isla a unos 20 Km de Funchal y a unos 4 Km de Machico, aunque si deseas visitar la isla de Porto Santo, también cuenta con otro aeropuerto.

Una vez llegado allí, a menos que pienses en elegir un sitio y no moverte (una opción poco adecuada en mi opinión, pues la isla ofrece mucho que ver, pero para ello necesitas desplazarte), es casi imprescindible alquilar un coche, pues no hay ningún otro medio de transporte para ir de un lugar a otro de la isla. Existen taxis, pero para cortas distancias, no para llevarte de una punta a otra de la isla.

Las fianzas son bastante altas (a nosotros nos retuvieron unos 400 euros), y es que los caminitos que tiene la isla no son para un novato al volante (cuestas muy empinadas, caminos muy estrechos con grava, grandes laderas a un lado y barranco al otro…) Sin embargo, con precaución no debería haber problema.

Aquí pongo un link para alquilar coches en madeira que os puede ser de utilidad. Lo más recomendable es llevarlo todo tramitado desde casa para perder el menor tiempo posible, además una vez que bajes del avión verás bastantes colas en las empresas de alquiler de coches. Sin embargo no es un requisito, puedes alquilarlo allí mismo. 

http://www.discountrentacar.com/es/madeira/index.html

 

Debido a estas grandes irregularidades en el terreno, es frecuente ir conduciendo y pasar casi más tiempo entre túneles que al aire libre. Hoy en día la isla cuenta con carreteras asfaltadas y túneles (algunos verdaderamente largos, y es que hoy en día la isla cuenta con casi 44 Km de recorridos de túneles), lo que permite el fácil acceso a cualquier punto de la isla además de la rapidez de llegada.

Aunque supongan un impedimento para disfrutar de las vistas, y aunque a los turistas nos parezca un inconveniente, hay que pensar que agiliza mucho el tráfico además de facilitarlo, lo que para los lugareños supongo que será de mucha importancia.

Como detalle en cuanto a los coches, es importante (sobre todo por la noche) retirar las antenas de los coches) pues muchos se aprovechan y las roban.

Otra de las opciones es coger un tour en autocar con la empresa Lido Tour. Nosotros hemos recorrido la isla en coche, por lo que no puedo dar mi opinión, ni sé como funciona, únicamente nos informaron de su existencia en la agencia de turismo, pero supongo que puede ser útil para aquellos que no quieran conducir. Aquí un link de la empresa, puede servir de ayuda para complementar la información.

http://www.lido-tours.es/es/index.html

Saliendo ya del aeropuerto en nuestro coche de alquiler, el camino comienza fácil, pero a medida que te vas desviando hacia la costa ya no es tan sencillo: nos encontramos con caminos sin salida, en obras o de imposible acceso. Tuvimos que preguntar a varios isleños cómo llegar a nuestro “apartamento”, y ni ellos mismos sabían hacerlo en algunos casos. Nos contaron después, que la dificultad de llegar se vio añadida por los derrumbamientos que hubo a raíz del temporal, que no permitía el acceso a Porto da Cruz por los lugares donde estaba señalizado. 

Pero nos encontramos con un señor muy agradable que se ofreció a guiarnos hasta nuestra localidad. Supongo que estarán muy acostumbrados a recibir a turistas. Con nosotros todo el mundo se mostró muy amable y a nuestra disposición para lo que nos hiciese falta.

A pesar de que había estado en Brasil y dominaba más o menos el portugués, para hablar con los“madeirenses” en general necesitas poner los cinco sentidos, sobre todo con aquellos que viven en las montañas o en los pueblos más apartados. Es una versión de Galicia: por mucho gallego que domines, incluso siendo nativo de la tierra, te encontrarás con aldeanos que hablan su propio dialecto y con un acento tan cerrado que resulta difícil entenderlos.

 

Estábamos en unos apartamentos, Sea Breeze Studios, a tres pasos de la playa, sin embargo tuvimos la mala suerte de no poder disfrutarla, por lo que os comenté del temporal. 

http://www.booking.com/hotel/pt/sea-breeze-studios.html?aid=304142&label=postbooking_confemail;pbsource=conf_email_hotel_name

A aquellos que les coincida mejor tiempo, es una zona estupenda, cerquita de la playa y además totalmente tranquila, una lástima que no hubiésemos tenido esa suerte.  La isla es de origen volcánico y conserva playas naturales preciosas. En la zona costera de Porto da Cruz, donde nosotros nos alojamos, construyeron unas piscinas naturales de agua salada que seguro merecen la pena disfrutar.

¿Qué hacer en Madeira?

Durante los días que estuvimos allí, fuimos a Machico a la oficina de turismo para preguntar qué podíamos hacer en esa época del año.

Como todo lugar, nos aconsejaron visitar la capital, y nos dieron algunos folletos para conocer los lugares más emblemáticos e históricos. Además de tener varias iglesias y conventos a los que personalmente no puedo darles mucha importancia, pues para mí no deja de ser un edificio bonito, encontré mucho más encantador caminar por las pequeñas callejuelas y disfrutar de cafés en los bares más escondidos o en el puerto.

Nosotros nos enteramos tarde, pero también hacen mercadillos semanales, en los que venden sus productos y artesanías. Un lugar idóneo para adquirir algún producto típico de la zona, sin recurrir a los grandes centros comerciales.  Nacieron como mercados de flores, y fueron evolucionando hasta el día de hoy, en el que puedes encontrar desde alimentación hasta decoración, ropa o  CDs.  Se despliega de lunes a viernes desde las 7:00h hasta las 20:00 e incluso los sábados por la mañana, de 7:00h a 14:00h. 

 

Como ya he dicho, Madeira, se adapta a los gustos de todo tipo de personas, cada una decide cual es la manera de disfrutarla que más se adapta a sus gustos. De cualquier modo, se puede apreciar la tranquilidad, otro ritmo de vida, sin el ajetreo ni el bullicio al que nos acostumbran las grandes ciudades. Hay que saber apreciar este paraíso natural, con su riqueza cultural y paisajística, donde el exotismo de la vegetación no deja indiferente a nadie.

Desde mi punto de vista, para descansar a la orilla del mar y disfrutar de hoteles caros y lujosos, quizá existen otros destinos más apropiados. Para mí, el encanto de la isla (como llevo recalcando varias veces a lo largo de este artículo), es la maravilla de la naturaleza, y lo gratificante que resulta caminar entre la vegetación y descubrir nuevas vistas y paisajes a los que no puedes acceder en coche.

Además del senderismo, se pueden realizar otros deportes, tan variados como el golf, tenis, o salir al mar para salir a dar paseos en vela, pesca deportiva o el surf.

Hace poco que se practica el surf en estas playas, sin embargo pronto se hizo famosa su práctica en la isla. Parece ser, que no son las mejores playas para aprender, pues el oleaje hace que sea peligroso para principiantes. En uno de nuestros viajes, vimos en una de las playas próximas a nuestro alojamiento, un grupo de chicos que parecían estar estirando antes de entrar en el mar, para practicar bodyboard. 

 

Además, pueden realizarse grupos para realizar submarinismo y disfrutar de la fauna submarina, de las ballenas y delfines, principalmente en la costa de Garajau (al sur de la isla, cerca de Funchal), una de las primeras reservas naturales submarinas de Europa. Está claro que la experiencia debe ser increíble, se escapa de presupuesto. 

Otro de los atractivos de Madeira es su abundante vegetación y su flora exótica. Es conocida como “el Jardín Flotante del atlántico”. Se encuentran en la isla una gran variedad de jardines y parques, entre otros el Jardín de la Orquídea y el Jardín Botánico, entre otros de los parques que aceptan las visitas del público.  El Jardín Botánico, consta de más de 2000 plantas, y juega con la combinación de llamativos colores. Este parque del año 1960, está situado a solo 3 Km de Funchal, es hoy en día un centro no solo cultural sino también científico. En el 2000, Funchal fue premiada con el premio de oro de “La Ciudad Florida Europea 2000”, un premio a nivel mundial, a los jardines más bonitos y cuidados.

Otro de los lugares que no puedes dejar de visitar es el acantilado de Cabo Girão, uno de los más altos del mundo.

Pese a que las indicaciones para llegar no son muy buenas, no tengáis reparo en preguntar, pues la gente es muy amable y podrán indicarte sin pérdida.  es una pena que cada vez más se esté convirtiendo en una atracción turística, pues además del mirador, poco a poco están implantando tiendas, cafeterías… lo que hace que decaiga su encanto. 

En la siguiente publicación os contaré un poquito más sobre las diferentes rutas de senderismo que ofrece la isla y cuáles hicimos nosotros.

La verdad es que el viaje fue estupendo, y aun me quedé con ganas de volver para poder recorrer la parte de la isla que nos queda por conocer.