Adjudicación y llegada

Miro hacia atrás y recuerdo ya lejanos los días en que las adjuciaciones erasmus se daban lugar en mi universidad, la Universitat de València. Tras mucho sopesar yo había decidido que mi primera opción iba a ser Oslo, capital de Noruega. Había consultado mil informaciones: había hablado con gente que estaba allí, había mirado el alojamiento, la comida, los transportes... Me hacía una idea de lo que iba a costarme (bastante...).

Un día de abril nos aglutinamos todos los alumnos de segundo de Comunicación Audiovisual y la subasta comenzó. Afortunadamente, pude elegirla sin problemas ya que estaba la número 7 en la lista. No cabía en mí de gozo. No tenía ni idea de lo que me esperaba.

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Conforme se acercaba enero de 2013 se me hacía más y más extraño pensar que iba a largarme durante 6 meses de mi casa (¡OLE OLE OLE OLE!). Compré el avión para volar el 18 de enero, lo alargué bastante porque me sabía mal por mi madre (NUNCA JAMÁS HAGÁIS ESO, yo fui estúpida, no lo seáis vosotros también).

Recuerdo que mi hermano me llevó al aeropuerto de Alicante y le despedí entre lágrimas. Aún así, estaba emocionada y tenía muchísims ganas de llegar. El vuelo duró unas cuatro horas de las que dormí una y media o así. Éramos 20 en el peligroso avión de Ryanair. 

Allí me esperaba un chico español con el que había estado hablando durante 5 meses antes de ir y que muy majo (a pesar de que viviamos en el mismo edificio no volvimos a quedar nunca jamás, jajaja), vino a recogerme a la estación de buses. Desde la estación cogimos el T-bane (metro de Oslo) que nos llevaría a Kringsjå (pronunciado Krinsho, a lo rechulón), la residencia donde me esperaba una habitación vacía y de paredes amarillas hospital.

El T-bane tiene un coste en Oslo de 30 NOK el viaje, eso son unos 3.60€ el billete sencillo (DOLOR). Para mí, que era estudiante, existía la opción de comprar el billetito mensual por el módico precio de 50€ al mes. Pero este billete es un poco relativo, ya os hablaré de él más adelante... xD. Lo bueno de estos billetes es que no solo sirven para coger el metro, sino que puedes usarlos para el tranvía, el bus o el ... ¡ferry! 

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Kringsjå está a unos 20 minutos del centro, a las total y absolutas afueras, pegado al bosque y a un maravilloso lago llamado Sognsvann. 

Cuando llegué a la residencia se me avecinaba la segunda odisea: llamar a la mujer de seguridad para que me diera las llaves de mi habitación. Puede parecer sencillo, pero conllevaba llamar a un contestador que te habla en noruego (WTF). Así que, bueno, a final, tras unos 30 minutosgelant-mede mala manera en la puerta del supermercado, pillé por banda a una chica que salía, noruega ella, y le dije que por favor llamase por mí y le dijera al p*** contestador que me trajera las llaves. 20 minutos después la de seguirdad aparecía dentro de una furgoneta y me daba las llaves de la habitación 401 del edificio 28. Esa sería mi casa durante los próximos maravillosos (¡no sabía cuánto!) seis meses.

La foto que adjunto son las vistas que tenía desde mi habitación y cómo se veía mi habitación cuando llegué.

Y ante la duda: pregunta.


Galería de fotos


Comentarios (3 comentarios)

  • flag-es Pablo Melero Morán hace 10 años

    Debe ser muy caro vivir allí 6 meses... Aunque la idea de vivir al lado de un lago y de la naturaleza suena bastante bien.

  • flag- Andres Garcia Lopez hace 10 años

    la habitación sí que parece de hospital sí, espero que luego la arreglaras un poquito

  • flag- Laura Ramon hace 10 años

    Qué buenas vistas! Como dice Pablo, me gusta la idea de vivir al lado de un lago y de ese paisaje...

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